Bienestar integral: claves para una vida saludable

Por Karla Telöcken
Mgter. Lic. en Nutrición MP 222
Coach Ontológico

El bienestar es un estado general de salud y felicidad que implica no solo el aspecto físico, sino también el mental, emocional y social.
Se dice que el bienestar empieza por el que decidimos darnos, la dedicación comienza en nosotros. Es importante plantearnos desafíos, recomiendo a veces esos que nos dan miedo, es así que tanto el proceso como el resultado nos brindan enseñanzas.
Otro punto importante es ponernos objetivos realistas a corto plazo, disfrutando del paso a paso, será lo que poco a poco nos irá dando más confianza.
El autoestima también forma parte del bienestar, pensar en nosotros, creer en uno es la clave para el crecimiento personal.
Seamos paciente con nosotros mismos, aceptemos cuando estamos mal y tomemos lo positivo de cada situación para seguir aprendiendo de ellas. Los errores, las frustraciones, muchas veces terminan siendo grandes oportunidades para salir adelante más fortalecidos, agradeciendo a la vida.
Mantener el equilibrio físico, mental y social es esencial para un bienestar general.
También es importante lleve un equilibrio mental: Recomiendo la práctica de mindfulness, la cual implica meditación y atención plena, las mismas pueden ayudarte a reducir el estrés y mejorar tu salud mental.
Conocernos, autoevaluarnos, escucharnos para encontrar técnicas que funcionen, como el ejercicio, la meditación, la lectura o la música es esencial para que logremos bienestar.
Tengamos presente llevar una vida con elecciones saludables en todo lo que implica formar y re crear hábitos, que al final del día nos hagan sentir bien y con salud física, mental y social. Importante cultivar y mantener relaciones saludables para así nos sintamos en paz tanto con nosotros, como con los demás.
Ser agradecidos y generosos, teniendo una actitud positiva en la vida, tendrá una relación directa con el bienestar.

Algunas otras recomendaciones a tener en cuenta

Alimentación consciente y saludable: Consuma una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros.
Evite los excesos de azúcares, grasas saturadas y alimentos procesados y ultraprocesados.

Realiza actividad física regularmente, incluyendo ejercicios aeróbicos, de fuerza y flexibilidad. Encuentra una actividad que disfrutes para que sea más fácil mantenerla a largo plazo.

Descanso: Asegúrate de dormir lo suficiente todas las noches para permitir que tu cuerpo se recupere y se regenere.