La denuncia fue radicada ante la Seccional Segunda de Oberá

Deudos de una fallecida denunciaron un intento de estafa en el cementerio

Familiares de Jesusa García apuntaron a la encargada del predio municipal. Habrían pedido 30 mil pesos para inhumar los restos. Tras el reclamo formal, no tuvieron que abonar
sábado 09 de diciembre de 2023 | 5:30hs.
Deudos de una fallecida denunciaron un intento de estafa en el cementerio
Deudos de una fallecida denunciaron un intento de estafa en el cementerio

Algunos de los momentos más sensibles en la vida de las personas están relacionados con el fallecimiento de los seres queridos, algo inevitable, pero siempre triste y doloroso.

En ese contexto, el pasado fin de semana una familia obereña padeció una llamativa situación cuando asistió al cementerio municipal La Piedad para inhumar los restos de quien en vida fuera Jesusa García, fallecida a los 80 años.

Según la denuncia por intento de estafa radicada ante la Seccional Segunda, el deseo de la octogenaria era ser sepultada en la misma fosa doble donde hace dos años inhumaron a su hijo.

“Mi madre falleció el sábado y el domingo fuimos al cementerio con el servicio fúnebre, pero nos encontramos con un inconveniente que nos amargó y complicó muchísimo. La encargada del cementerio pretendía que paguemos 30 mil pesos a un albañil para abrir la fosa doble, sin darnos otra opción”, comentó Isabel F. (43).

En diálogo con El Territorio, mencionó que en ese momento los familiares no tenían dicho monto, por lo que se ofrecieron ellos mismos para extraer el material, lo que habría sido rechazado por la encargada del lugar.

“Nosotros pagamos la tasa municipal por la fosa doble y nunca nos dijeron que había que pagar para poner el segundo cajón, Además, se supone que el personal del cementerio hace ese trabajo. También nos llamó mucho la atención que la encargada nos dijo que teníamos que llamar a cierto albañil, no podía ser otro”, subrayó.

Sepultada dos veces
Ante la imposibilidad de afrontar los 30 mil pesos solicitados y la intransigencia de la responsable del cementerio, la única opción fue abrir una segunda fosa para inhumar los restos de doña Jesusa.

Al respecto, su hija reconoció que “fue un dolor enorme porque ella quería ser sepultada con mi hermano, pero tampoco podíamos demorar más la sepultura porque ya estábamos ahí”.

Muy disconformes con la situación que habían padecido, el día lunes Isabel y otra hermana se dirigieron a la Municipalidad de Oberá para realizar un reclamo formal.

“Nos atendió el titular del área y nos dijo que la encargada del cementerio no nos podía pedir plata, que eso no corresponde y que iban a investigar el tema. Nos dijo que el personal debe hacer el trabajo sin cobrarles nada a los deudos”, manifestó.

Para ratificar que lo sucedido 24 horas antes era incorrecto, le autorizaron a extraer el féretro de su madre de la tumba y trasladarlo hasta la fosa doble donde descansan los restos de su hijo.

Pero el pasaje de un sector a otro tampoco fue sencillo y los familiares tuvieron que colaborar en el traslado del cajón.

“La tumba de mi madre estaba en el sector 5 y la de mi hermano en el 41, en la otra punta. El lunes, una vez que nos autorizaron el traslado, tuvimos que ayudar a llevar el féretro. Fue todo muy traumático, muy triste. Aparte, quisieron estafarnos. Por eso hicimos la denuncia, para que no le pase a otra gente”, agregó Isabel.

Reclamos previos
En junio pasado, este matutino publicó los reclamos de deudos de dos personas que fueron inhumadas en el cementerio La Piedad y luego exhumadas por error.

María Cristina Benítez, nieta de Francisca Araujo -quien falleció en 1991-, contó la sorpresa que se llevaron sus padres cuando detectaron que no había tumba.

El personal del lugar les explicó que los huesos habían sido llevados al osario común. De acuerdo a la documentación exhibida, en el lugar fue sepultada otra persona.

“Mi familia jamás adeudó el derecho de cementerio, antes de que se venciera siempre pagamos, entonces me parece gravísimo que hayan desaparecido el cuerpo de una persona y sin previo aviso, aunque está visto que no tenían por qué tocar la tumba de mi abuela”, cuestionó.

Un caso similar padeció Guillermo Kremer, padre de Carlos David, quien falleció hace 32 años, cuando tenía apenas 11. Ocurre que a fines del año pasado los restos fueron exhumados y depositados en el osario,

“Por segunda vez me lo han quitado y el dolor que siento es demasiado fuerte”, lamentó dolido.

Y agregó: “Por respeto a mi hijo siempre pagué el derecho de cementerio, estuve al día durante más de tres décadas y de hecho ahora lo estoy, porque tengo abonado hasta el 27 de febrero de 2024. No les importó, rompieron la estructura y lo sacaron. Cuando vine en febrero me topé con esto y desde entonces busco respuestas, pero todos hacen silencio”.

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