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"Lo que más quiero es justicia", súplica de la mamá de dos chicos que murieron atropellados en Panambí

José Ramón Engler y Maira Gisela Engler perdieron la vida en 2021 al chocar de frente la moto en la que circulaban con un coche al mando de Víctor Finke. Ana Engler denunció que el automovilista "se cruzó de carril en doble raya amarilla" y que "circulaba a 150 kilómetros por hora".
sábado 04 de noviembre de 2023 | 20:45hs.
"Lo que más quiero es justicia", súplica de la mamá de dos chicos que murieron atropellados en Panambí
"Lo que más quiero es justicia", súplica de la mamá de dos chicos que murieron atropellados en Panambí

La vida de Ana Engler se paralizó aquel sábado de hace casi tres años (8 de mayo de 2021) cuando le avisaron que dos de sus hijos habían muerto en un tramo de la ruta Provincial 5 en la localidad de Panambí, donde residían. José Ramón Engler (19) y Maira Gisela Engler (17) perdieron la vida al chocar de frente la moto Corven en la que circulaban con un Ford Focus al mando de Víctor Finke (39).

El deceso de los hermanos fue en el acto en ese encontronazo aparentemente consecuente de una maniobra de sobrepaso hecha por el conductor del coche en un sector no permitido, causa que continúa en proceso investigativo. Tanto Finke como su pareja y dos hijos, que iban en el vehículo, resultaron ilesos. Para la madre, desde entonces, todo es angustia y desolación.

"Pasaron casi tres años y sigo sin conseguir justicia para mis hijos", lamentó Ana, y reclamó que "nunca me notificaron nada, ni la Policía, ni desde la Justicia, al punto que desconozco en qué quedó todo o si el hombre que causó la tragedia va a tener su castigo algún día". 

La mujer, agricultora, habita una de las zonas inundables de la localidad fronteriza con Brasil y el mes pasado fue una de las damnificadas por la crecida del río Uruguay. Contó que cuando tuvo que abandonar su casa por el avance del agua, lo primero que hizo "fue poner a salvo los recuerdos de mis hijos, que pasaron a ser mis más preciados tesoros". 

Se le humedecen los ojos cuando habla de José y Maira. "Eran excelentes chicos, educados, responsables", aseguró, y sustentando sus dichos acotó que "nunca le puse límites a sus estudios, ni a sus sueños. Se esmeraban para salir adelante, siempre con ganas de progresar. No eran hijos vagos, se criaron trabajando para tener sus cosas, para la comida y que no falte el pan en la mesa".

Contó la madre que el varón había regresado a Panambí pocos días antes, después de haber trabajado durante algun tiempo en Brasil: "Juntó el dinero para costear los gastos de ingreso al Ejército y volvió, estaba entusiasmado y decidió continuar haciendo changas hasta el momento de sumarse a la fuerza". La hija también quería ser miembro del Ejército: "Le faltaba poco para terminar el colegio, era una chica con carácter, persistente, estoy segura que lo iba a conseguir", puntualizó.

La tragedia diezmó a la familia de Ana, que ahora tiene a su cuidado solamente a Thiago, el menor de todos, y quien sufre a la par de su madre la falta de sus hermanos. "Lo que más quiero es justicia para mis hijos, a los que extraño todos los días", reiteró la mujer quien también se quejó porque "todo es lento", y mientras tanto "Finke sigue libre y disfrutando de su vida como si nada pasara".

Presentimiento y tragedia 

El día que ocurrió el siniestro vial, la madre despidió a sus hijos que debían buscar un par de zapatillas en la casa de sus tíos. "La nena salió aquella tarde con el hermano, buscaron el calzado, el tío le regaló una gallina a José y estaban regresando", recordó Ana. Reveló que estando a su casa, sola, tuvo un mal presentimiento: "Comencé a sentirme mal, a presentir que algo malo pasaba con mis hijos. Fue como si me arrancaran del pecho pedazos inmensos del corazón. De inmediato llamé a mi mamá y ella me contó que cerca de su casa hubo un choque. Le pedí que se fijara si no eran los chicos y fue así, en ese momento ya estaban muertos".

Según lo que se fue enterando, tras el choque el velocímetro del coche "marcó que circulaba a 150 kilómetros por hora" y que "Finke se cruzó de carril en doble raya amarilla llegando a la curva, hay testigos, ellos mismos me contaron pero al momento de declarar no quisieron, dicen qué por miedo". La progenitora dijo que según esas personas sus hijos "iban bien, en su carril, a una velocidad de 40 kilómetros por hora con dirección hacia el Puerto", y que "por la velocidad del auto la moto terminó incrustada en el motor".

"Cuando llegué al lugar encontré a mis hijos destrozados, hasta ahora no salen de mi cabeza esas imágenes porque un rato antes los había despedido en casa. No hay como aguantar", admitió, y en ese contexto puso en evidencia "la falta de educación y empatía" de muchas personas en Panambí "que viralizaron videos y fotos de mis chicos muertos en la ruta, hasta filmaron las partes íntimas de mi hija. Fue muy doloroso atravesar todo eso".

Más allá de eso, Ana contó que de inmediato en el pueblo "hicieron circular rumores poniendo a mis hijos como responsables, que ellos tuvieron la culpa porque la moto no podía circular, que no tenía luces, que era robada, que los chicos habían robado una gallina y estaban escapando, todas mentiras. Yo desmiento esas falsedades porque mis hijos merecen respeto; la moto estaba en condiciones y al día con toda la documentación, mi hijo tenía al día el carnet de conducir". 

"Esta es la verdad y con la verdad como escudo estoy reclamando justicia", puntualizó la madre. "Sufro demasiado sin José y Maira, es un dolor inmenso que a veces se hace insoportable y crece aún más al saber que el que los mató sigue la vida tranquilo, manejando, sin mirarme a la cara y sin pedir siquiera disculpas a las personas que arruinó la vida".

Fuentes judiciales consultadas por El Territorio dieron cuenta que Finke estuvo demorado durante algunas horas aquel sábado hasta que recuperó la libertad estando vinculado a una causa por doble homicidio culposo en accidente de tránsito que lleva adelante el Juzgado de instrucción Dos de Oberá.

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