¿QUERES RECIBIR NOTIFICACIONES DE LAS NOTICIAS MAS IMPORTANTES? HACE CLICK ACÁ

Reflexiones sobre la elección pasada y la próxima, final

jueves 26 de octubre de 2023 | 6:00hs.

Durante estos próximos treinta días el tema dominante en nuestro país y provincia será la próxima elección presidencial ‒final‒ del 19 noviembre y su antecedente: la reciente del pasado 22 de octubre.

Obviamente, cada uno de nosotros opina desde su propia visión política e ideológica; la mía tiene la friolera de 70 años (yo estaba en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955 a las 12.30 y salvé mi vida por la sugerencia de un tipo que rajaba, que me cruzó y sólo me gritó: “Pibe, volvete a tu casa”… (¿cuántos sobrevivientes quedaremos vivos?).

Por lo tanto, como probable víctima del odio antiperonista, lamentablemente sobre estas elecciones mi opinión estará teñida.

Tras varias décadas de traspiés económicos, cambios de moneda, inflaciones, súbitos cambios de presidentes o de ministros de economía, estas elecciones parecen ser el final de la grieta, como afirmó Massa en su discurso post elecciones. 

Es notable la diferencia conceptual de los discursos de los dos candidatos presidenciales: Milei y Massa. Como escribe el analista Hugo Presman, que considera que “Milei pone en discusión lo que el conocimiento humano ha descubierto y descifrado a lo largo de siglos de investigación científica”, y “…así es que pone en duda desde que la tierra sea redonda hasta la eficacia de las vacunas; proponer la sustitución de la propia moneda en favor de una extranjera y dinamitar el Banco Central; eliminar la educación obligatoria y gratuita, “porque la idea de la educación pública es parte del manifiesto comunista”; y que la salud sea un privilegio para el que pueda pagarla”. Así de simple… y drástico.

El  haber acertado Milei con la caracterización de “casta”, tomado del partido español Podemos, para englobar a una dirigencia política desprestigiada, el enarbolar la bandera de la libertad que la cuarentena limitó y caló muy hondo en los jóvenes “milenial” (nacidos entre principios de 1980 y principios del 2000), su imagen de enojo permanente que simbolizó el social con prescindencia de su menú de propuestas, y representó a franjas transversales de la sociedad muy disconformes, junto a un uso de las redes sociales extraordinario que le permitió llegar a lugares donde nunca estuvo y donde no tuvo la mínima estructura política.

Massa, en cambio, parte de un castigo electoral por la dificultad para encontrarle una salida a la crisis y el particular sistema de “toma de indecisiones” del gobierno de Alberto Fernández; en los países vecinos la oleada de movilizaciones populares que recorrió varios de ellos entre 2018 y 2019, respondía a la orientación de los gobiernos que intentaban avanzar en reformas laborales, previsionales y tributarias. El ciclo neoliberal sufre cierto agotamiento a nivel internacional y las clases dominantes necesitan una nueva transformación regresiva de gran magnitud. Pero no logran reunir las condiciones políticas y la relación de fuerzas necesarias para llevar a cabo semejante tarea, sector que en Argentina está capitaneado por el macrismo y el grupo corporativo que está detrás de Milei.

Frente a este fenómeno ‒que es continental‒ con Massa y a pesar de la rotunda crisis económica y la consecuente hecatombe social, el peronismo ha cumplido una vez más su función de “partido del orden”, logrando evitar la combinación fatal: que todo esto desemboque en crisis política y explote en las calles.

Ideológicamente, insiste en lograr una alianza entre los intereses del capitalismo nacional (el empresariado industrial: alimentos, metalurgia, servicios a la industria, agroindustrias, madera, plásticos, automotores, transporte y logística, etcéstera y la producción agropecuaria) y todos sus trabajadores.

Massa ha enfatizado en que se propone aumentar las exportaciones con valor agregado para fortalecer sus reservas, consolidar su moneda, para recuperar su crédito hipotecario, para consolidar el desarrollo de lotes con servicios, para incluir a las personas con discapacidad. “Sé que muchos de los que nos votaron son los que más están sufriendo. No les voy a fallar”, prometió el candidato de Unión por la Patria.

“Voy a convocar a un Gobierno de unidad nacional como Presidente, convocando a los mejores sin importar su fuerza política”, ha dicho Massa desde el centro de campaña de Unión por la Patria, en el barrio de Chacarita, y enumeró otros de “los pilares de políticas de Estado” que propone como fundamentales de ese Gobierno: “una industria argentina fuerte”, “más y mejor educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva”, “un régimen laboral moderno que abrace la tecnología sin renunciar a derechos conquistados”... “Este es un gran país y entre todos lo vamos a poner en el lugar que se merece”.

Massa se puso al frente de la campaña mientras el actual presidente y la vicepresidenta se hacían a un lado. “Ahora viene una etapa nueva, mi Gobierno, no este Gobierno”, precisó durante uno de los debates presidenciales.

También levanta las tres banderas históricas del peronismo: luchar por una patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Claramente en la línea populista latinoamericana pero ajustada a la historia Argentina.

Comparando las sucesivas exposiciones de los dos candidatos presidenciales, se destaca la profundidad y amplitud de propuestas de Massa en relación con Milei.

Una graciosa historieta de estos días muestra la reflexión de un votante dubitativo que dice: “Temo que Massa no cumpla con todo lo que promete… pero también temo que Milei cumpla con todo lo que promete…”.

La gran pregunta que se me ocurre al votar es: ¿cuánto de estas promesas cumplirá cada uno de ellos? (porque nuestro próximo voto tendrá un fuerte contenido de esperanza… o bronca).

¿Que opinión tenés sobre esta nota?