Levantar la Liga a paso firme
El pasado viernes por la noche Marcelo Dei Castelli fue confirmado como presidente de la Liga Posadeña. Su lista fue la única que se presentó a unas elecciones que, tras casi un año, estuvieron llenas de idas y vueltas y hasta casi una intervención.
Es que primero se aplazaron los comicios a fin de año, luego llegó el momento de la polémica. En marzo, cuando se iban a hacer las elecciones una de las listas fue impugnada y, entonces, se realizó una presentación en Personería Jurídica de la provincia, que derivó en que esos comicios se declararan “ineficaces” y, por varios incumplimientos de parte de los clubes, el ente provincial pidió la intervención de la Liga Posadeña.
Llegó el momento de ponerse de acuerdo y se llegó a un consenso: Marcelo Dei Castelli tomaría las riendas de la Liga. El entonces presidente de Mitre se tomó licencia en el Gigante de Rocamora y asumió desde el pasado fin de semana la responsabilidad de manejar a una Liga Posadeña que, en general, está acostumbrada a ser noticia por sus problemas extrafutbolísticos.
“Es una nueva etapa. Pasó mucho tiempo, ocho o nueve meses, desde que tendría que haber estado regularizado. Hubo una especie de transición y comenzaremos una nueva etapa, en la que convocaremos a todos los clubes para sumar y lograr objetivo a cortos y largo plazo”, dejó en claro el flamante presidente.
“Vamos a esperar a recibir la documentación necesaria de la comisión anterior. Tienen tiempo durante la semana y luego trabajaremos con lo necesario”, explicó en referencia a todo lo que concierne lo administrativo.
Es que lo administrativo es, desde hace varios años, un problema para la Liga Posadeña y los clubes. La falta de orden llevó, por ejemplo, a un pedido de intervención. Ese fue un extremo, pero el problema está claro: hace años la Liga pide que el manejo sea serio y la nueva gestión deberá demostrar que está a la altura.
Dei Castelli tiene a su favor dos cosas. Llega con el consenso de los presidentes y también de autoridades provinciales y municipales. Pero además demostró en Mitre que puede gestionar. Al Auriazul llegó en 2014 y supo dar pasos firmes para que hoy el Gigante de Rocamora sea un club que sueña en grande.
“Cuando llegamos a Mitre la verdad que nuestra cancha estaba en mal estado, no teníamos sanitarios o vestuarios. El alambrado estaba mal, no teníamos luces. Trabajamos mucho y hoy tenemos un club completo, que tiene una infraestructura de buen nivel. Eso queremos inculcar en los clubes, ayudar a que cada uno tenga las condiciones mínimas para jugar a la pelota”, explicó Dei Castelli.
“En primer lugar tenemos que buscar más predios y arreglar las canchas de los clubes que tienen predios. Necesitamos que los clubes puedan ser local es y recuperar las canchas de la Liga”, expresó y contó que pretende hacerlo con el apoyo del estado.
“Tenemos que ayudar a los clubes a que accedan a planes nacionales, como el programa Clubes en Obra. Debemos trabajar con el estado provincial y municipal para que todos puedan tener las mismas condiciones para competir”, comentó.
Por otro lado, Dei Castelli marcó otro punto que pretende sea un eje importante de su gestión: las competencias a lo largo del año y para todas las categorías.
“A largo plazo necesitamos equipos competitivos, no solamente a nivel local o interprovincial, sino también a nivel regional y en todas las categorías. Que nuestros chicos puedan competir con los chicos de Chaco, Formosa y Corrientes. Necesitamos que puedan competir todo el año”, se ilusionó.
A partir de la próxima semana, Dei Castelli tomará finalmente las riendas de una Liga Posadeña que necesita, en primer lugar, un orden institucional que perdió hace años y, por otro lado, empezar a poner el foco en las competencias para fomentar el crecimiento del fútbol local.
