Tomar el control de la salud: microbiota intestinal sana para una vida plena
Por Karla Telöcken. Licenciada en nutrición
La microbiota, también conocida como flora microbiana, es el conjunto de microorganismos que viven de forma natural en diversas partes del cuerpo humano, como la piel, el tracto gastrointestinal, las vías respiratorias y el tracto urogenital. La microbiota juega un papel fundamental en la salud y el bienestar del organismo. Participa en la digestión de alimentos, en la síntesis de nutrientes, en la protección contra patógenos invasores, en el sistema inmunológico y en la regulación del metabolismo.
Además, se ha descubierto que la microbiota está involucrada en la modulación de la respuesta inflamatoria, la función cerebral y el estado de ánimo. Cada persona tiene una microbiota única, influenciada por diversos factores como la genética, la dieta, el estilo de vida, el entorno y el uso de medicamentos, especialmente los antibióticos. La microbiota se relaciona directamente con la digestión y el metabolismo: la microbiota ayuda en la digestión de alimentos que el cuerpo no puede procesar por sí solo, como ciertos tipos de fibra. Los microorganismos que se encuentran en el intestino descomponen estos compuestos en nutrientes que podemos absorber y utilizar.
Además, desempeña un papel en la regulación del metabolismo e influye en la forma en que almacenamos y utilizamos la energía. Alteraciones en la composición y diversidad de la microbiota, conocidas como disbiosis, se han relacionado con el desarrollo de diversas enfermedades, como trastornos gastrointestinales, obesidad, diabetes, enfermedades autoinmunes y trastornos neuropsiquiátricos.
Se recomienda comer sano, practicar la alimentación mindful o alimentación consciente, aumentar el consumo de yogures naturales, frutas y verduras, cereales integrales, pescados, semillas, frutos secos, los cuales son alimentos fuente de omega 3, incluir prebióticos y probióticos, evitar o disminuir los alimentos ultraprocesados, realizar respiraciones conscientes, incorporar actividad física, contar con un entorno saludable y tener un buen descanso para cuidar nuestra microbiota intestinal. Debemos escucharnos, conocernos, realizar elecciones conscientes y saludables en todos los ámbitos, conectar con uno mismo, con otros, recuperar el cuerpo, la mente, cuidarlo para mejorar día a día nuestra calidad de vida. z
