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Debido a los incrementos y costos de la indumentaria

Ropa para la familia, más accesible y con estilo propio

Vendedoras de indumentaria sostienen que las subas son mayores al 80%. “Las más caras son la de tendencia”, afirman. Quienes elaboran su propia ropa destacan ahorros notables
sábado 06 de mayo de 2023 | 5:30hs.
Ropa para la familia, más accesible y con estilo propio
Ropa para la familia, más accesible y con estilo propio

Debido al costo e incremento de las prendas de vestir, cada vez más mujeres buscan la forma de aprender a confeccionar ropa para ellas y sus familias. Aseguran “que conviene comprar la tela con el fin de hacer prendas básicas para ahorrarse bastante dinero, según la prenda que confeccionen”.  Incluso, algunas emprenden y le dan valor agregado a la tela que después termina siendo un producto autóctono elegido por otros consumidores misioneros.

Este medio  pudo dialogar con una profesora de costura, quien desde hace cinco años enseña a mujeres que desean aprender a confeccionar o coser con el fin de economizar en sus hogares.  Alejandra Dos Santos, modista y emprendedora, contó a  El Territorio sobre su labor en el rubro textil, sus ganas de avanzar y transmitir a otras mujeres lo que sabe en cuanto a la costura. Remarcó que la mayoría de sus alumnas -tiene 40 en total- “se acercan al taller para aprender a hacer prendas porque conviene tras los aumentos y costo actual de la ropa”.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la industria manufacturera de productos textiles registró una baja de -0,2% con respecto al mismo mes del año pasado. Mientras que el índice acumulado -del 2022 al corriente año- sobre la producción aumentó un 1,4%.

Por otro lado, las vendedoras de ropa consultadas mencionaron que desde diciembre del año anterior a abril de este 2023 los aumentos superan el 80%, según la prenda. También indicaron que las de tendencia son las más caras.

Enseñar a coser

Dos Santos hace uniformes escolares y vestidos de fiesta de alta costura a pedido desde hace quince años. Aseguró que “la demanda alta es de diciembre hasta marzo para los uniformes, y de octubre hasta enero para los vestidos de fiesta”. Sin embargo, durante los otros meses la demanda baja, debido a ello decidió reinventarse y hacer un taller de costura en su domicilio.

“Primero refaccioné mi casa y comencé con ocho alumnas sólo en un horario. Luego, gracias al boca en boca y la difusión, comenzaron a llegar más interesadas. Actualmente son casi 40 alumnas en diversos horarios”, expresó.

 Seguidamente, detalló que da clases los martes, miércoles y jueves en los turnos mañana y tarde por un valor mensual de $2.500 una vez por semana y $5.000 dos veces.

“Yo tengo una serie de módulos que las chicas deben seguir. Por ejemplo, vienen y hacen un molde de la pollera, todo en base a sus medidas,  cortan la pollera, y después la arman. Empezamos con ese tipo de prenda, después vamos por la camisa, el pantalón y así van confeccionando prendas básicas”, dijo.

Luego mencionó que tiene alumnas que piden hacer el taller de manera libre. Es decir, quieren aprender a hacer blanquería o almohadones, o diferentes cosas, según su proyecto. “Otras vienen porque es una forma de hacer terapia y escaparse un poco de otras circunstancias de la vida, pero en su mayoría para el ahorro de sus familias”.

Además de aprender a coser, las alumnas del taller se recrean, comparten charlas y desayunos. Fotos: Marcelo Rodríguez

Las clases de Dos Santos son personalizadas debido a que se aboca a que cada alumna aprenda de manera paulatina, incluso tiene chicas que no saben coser a máquina por lo tanto aprenden desde cero. La emprendedora sostuvo que hasta el momento solamente una de sus alumnas emprende, mientras que las demás buscan elaborar prendas para los suyos debido al costo de las ropas en la actualidad. “Aprender a hacer indumentaria para uno mismo y para la familia acorta mucho los gastos. Ahorra. Es más económico y para quien le gusta es terapéutico inclusive”, mencionó.

En cuanto a sus expectativas, aseguró que su objetivo es equipar su taller con más máquinas e ir mejorando la infraestructura para poder facilitar a aquellas mujeres que quieren aprender y no tienen la herramienta. Actualmente está en proceso de iniciar los trámites para que le den de alta su monotributo social y luego buscará adquirir un crédito de la provincia con el fin de seguir mejorando su espacio.

“Este lugar surgió luego de un cuadro de estrés y otras cuestiones de salud. La labor de la modista es cansadora porque uno debe cumplir con el cliente en tiempo y forma. A veces los tiempos de un trabajo se estiran por diversas razones y uno debe dar lo mejor para entregar el producto final y como corresponde al cliente”, planteó. Dos Santos es mamá de una niña de trece años, por lo que aconsejó que “no hay nada mejor que reciclar las ropas que se van descartando y confeccionar la ropa a gusto”.

Aprender a confeccionar

Este medio pudo dialogar con algunas de las alumnas que asisten a las clases de Dos Santos. En primer lugar, Patricia Sureda,  alumna y docente, indicó que “conviene comprar las telas y aprender a hacer nuestras propias ropas”. Luego, sostuvo que al hacerle una remera o chomba a su marido gasta $3.000, mientras que una prenda similar en el casco céntrico supera los $8.000. En este sentido, se ahorra alrededor de $5.000. También, brindó otro ejemplo: “Me hice un pantalón con una tela de gabardina elastizada. Pagué $2.700 y compré un poquito más de un metro. Ese mismo pantalón en el centro están vendiendo a $15.000. Lo satisfactorio que te hacés del color que vos querés y como a uno le gusta”.

Sureda indicó que las telas y los hilos aumentaron bastante en el último tiempo. No obstante, remarcó que “sigue conviniendo confeccionar prendas propias”. 

“Sale caro hacer chombas de piqué. Algunas telas están en oferta, pero otras cuestan hasta $2.500 por metro. También se necesita gastar en otro tipo de cortes de tela para los cuellos, puños o detalles que se quiera incluir”. Por último, la alumna manifestó que además de aprender sobre telas y prendas con el fin de economizar, también asiste porque se siente cómoda con sus compañeras. “Acá hacemos terapia, charlamos, compartimos el desayuno. Es destacable la paciencia de la profesora. No sólo venimos a coser, sino a distendernos de la cotidianeidad”.

Por su parte, Graciela Borges, alumna y empleada del sector público, aseguró que asiste al taller de costura desde hace cuatro meses “para aprender a coser y mejorar sus habilidades”. Agradecida con la profesora Dos Santos, también destacó su paciencia y el ambiente en el que aprende con otras mujeres que -al igual que ella- buscan economizar en el hogar. “Hice vestidos, ropa interior, varias prendas, que no se cuanto me ahorré en todo este tiempo. Me compré una máquina nueva con el fin de seguir mejorando, con mucho sacrificio, pero me dí cuenta que se paga sola con todo lo que estoy haciendo”, reflexionó Borges.

Seguidamente, la mujer planteó que “es importante que se conozcan a las pequeñas y medianas emprendedoras. Sobre todo a quienes enseñan el oficio y recién están empezando. El Estado debe saber que somos muchas personas que queremos aprender un oficio por distintas razones y quienes quieren enseñar deben ser ayudados con máquinas, materiales y demás elementos para que le sea más ameno”, dijo en referencia a su profesora.

Vendedoras

Por otro lado, las vendedoras de ropa consultadas por este medio, aseguraron que las ventas merman a fin de mes y los costos desde el año pasado a este aumentaron más del 80% en algunas prendas. Sobre todo, aquellas que son tendencia.

Al respecto, Luz Reineck, emprendedora y vendedora de ropas, afirmó que “las prendas tuvieron un aumento notorio en los últimos meses. Por ejemplo, los pares de jeans clásicos valían $2.000 en el 2022  y ahora están por encima de los $4.000 los más económicos”.

Luego, contó que la ropa de invierno también tendrá un costo elevado a comparación del año pasado. “Los buzos de esta temporada están por arriba de los $5.000”.

En cuanto a las subas, relató que “del año pasado a este la indumentaria subió hasta en un 100%, incluso algunas prendas superaron ese porcentaje”. Reineck mencionó que “los mayoristas ya avisaron que seguirán en aumento”.

Tras ser consultada por las ventas, indicó que  sus clientes fijos la siguen eligiendo pese a los costos. “Trato de mantener los mejores precios lo más posible aunque a veces es difícil porque todo sube. Tampoco dejo de comprar indumentaria de calidad para no perder la línea”.

 Por último, añadió que “a principios de mes siempre hay demandas de envíos, para retirar y consultas. Pero a fin de mes, el contexto cambia y ahí es cuando se debe remar”.

Por otro lado, Sofía Lopéz, también vendedora en un local de ropa y emprendedora, coincidió que los costos de la indumentaria se encarecieron mucho. Al igual que la vendedora anterior, aseguró que las prendas que más suben son las de estación y las que están en tendencia.

“Lo que se viene ahora para el otoño invierno son las puffer -camperas inflables- en diversos colores. Tuvieron un incremento importante al igual que los suéters y pulovers, los pares de jeans también. Son prendas solicitadas”.

 Seguidamente, relató que un par de jeans salió en diciembre del año pasado a $4.000, mientras que este mes vale $7.500, lo que representa un aumento del 87%.

 Asimismo, comparó que los sweaters en el 2022 valían hasta $4.000, y en la actualidad se consiguen desde $5.000 hasta $10.000 según la calidad que se busca y la marca -representando un incremento de hasta el 150%-.

En cuanto a las camperas inflables, el año pasado se conseguía entre $5.000 y $9.000 como caro. Este año, valen entre $12.000 y hasta $30.000, equivale a un porcentaje superior al 200% a comparación del año anterior.


Reciclar, reutilizar y reconstruir

Marita Gonzaléz, comunicadora y representante misionera en la Cámara Argentina de la Moda, detalló que debido a los altos costos de las prendas, los consumidores tienden a reutilizar, reciclar y reconstruir. Incluso, contó que se opta por la moda circular -es decir, se venden prendas vintage para ser utilizadas por otras personas o se alquilan-.  “Hay un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal sobre el rubro textil -en el que aportó el economista Nadin Argañaraz- que indica que Argentina es en segundo lugar, el más caro -entre 33 países- para vestirse y calzarse. Desde el 2017 hasta la fecha se incrementaron en un 25% los productos de indumentaria y calzados.

El primero es Chile y el tercero es Estados Unidos”.  Gonzaléz indicó que a la problemática se añade la escasez de telas y poca producción local.

 

Mujeres aprenden a confeccionar prendas para sus familias con el fin de economizar

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