Los secretos de la serie de Ricardo Fort

Eddie Fitte, el periodista que realizó la investigación para la producción audiovisual,dio detalles desconocidos de la realización de Star+
jueves 26 de enero de 2023 | 6:00hs.
Los secretos de la serie de Ricardo Fort
Los secretos de la serie de Ricardo Fort

“No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo a la enfermedad, al sufrimiento, pero las cosas siempre pasan por algo y aunque a veces no pueda moverme y me duela todo, no estoy arrepentido de haber empezado tarde. Todo llega en su momento. Tuvo que haber pasado todo esto, lo que viví y lo que sufrí, para que la gente me quiera”.

Con estas palabras, leídas en primera persona por Gustavo Martínez, la pareja emblemática de Ricardo Fort, el empresario resume gran parte de su vida.

En diálogo con Teleshow, el periodista y escritor Eddie Fitte, revela toda la intimidad de la serie documental sobre la vida de Ricardo: El Comandante Fort. Fitte fue uno de los primeros en iniciar el proyecto e impulsarlo para que, después de varios años de investigar todo sobre la excéntrica vida del empresario, ayer se estrene el primero de los 4 capítulos por Star+.

Se trata de un documental de la vida del chocolatero, realizada por 20/20 Films y creada por Patricio Álvarez Casado con guiones a cargo de Patricio Álvarez Casado, Juan José Becerra, Tamara Tenenbaum y Nicolás Miguelez. Fitte está a cargo de la investigación periodística y Tomás Balmaceda de la asesoría de género, diversidad e inclusión.

¿Cómo surgió la idea de hacer una serie de Ricardo Fort?

Hay una escena muy particular en uno de los capítulos, que muestra a Ricardo adentro de su Rolls Royce hablando con su madre por teléfono. De repente frena el auto y se ven unos tipos que están laburando en un restaurante, entonces el chabón que está en la caja se da vuelta y lo mira y empieza a llamar a todos los que trabajan en el lugar e incluso la gente que está comiendo ahí se pone de pie para mirarlo.

Todo eso pasa en tiempo real y ahí se me empieza a despertar la fascinación por él y la forma de contar esta historia. Entonces conozco a Patricio Álvarez Casado y a 20/20 Films, y de repente empezamos a trabajar contando esta historia que nunca antes se había hecho. Empecé a trabajar los guiones con lo investigado hasta el momento, con la obsesión de encontrar cosas que no se supieran de él.

¿Cómo fue el proceso de producción con todo el material que tenían disponible?

Trazamos una línea de tiempo y dijimos: ‘Bueno, Richard nace acá y acá muere’. Entonces, empezamos a escribir todas las cosas que le pasaron año por año. Y ahí nos encontramos con un agujero negro de tiempo en el que no sabíamos qué había pasado con él. Logramos dar con dispositivos electrónicos de Ricardo, con su Facebook, con sus celulares, con su computadora, con discos duros de almacenamiento que él mismo había guardado, y con todo eso empezamos a llenar casilleros. Pero así y todo, a pesar de tener un acceso a información que era ya inédito, había un montón de años que faltaban: infancia, adolescencia, qué sentía, qué le pasaba...

¿Quién era Ricardo Fort?

Para mí fue un excéntrico, una especie de ícono. Ricardo nace y se encuentra con un abanico de opciones como nos encontramos todos, pero con su realidad, que era el porvenir de una familia con mucho dinero, bien construido en términos de legalidad y muy tradicional. Su abuelo era un catalán que desembarca en el Puerto de Buenos Aires en 1912, que compra una prensa y empieza a trabajar el cacao. Luego, esa riqueza se consolida con el padre de Ricardo haciéndose cargo de algo que había aprendido su abuelo pero que estaba medio atado con alambre y que le faltaban actualizaciones a la empresa.

Era gente muy dura, me refiero a lo peor de mostrar ese machismo tóxico que imponía que el hombre es fuerte, duro, que no siente, que trabaja y que en algún momento se despeja.

¿A Ricardo le faltó afecto en su vida?

No sé si le faltó amor en su familia, pero lo que es indiscutible es cómo lo percibía él. Y el sentía que no lo dejaban ser, que no le permitían mostrarse tal cual era. Por eso, apenas termina el colegio secundario se va a vivir a Miami. Yo creo que si a Ricardo le faltó afecto fue en todo caso el afecto que él necesitaba. Sin embargo, lo supo encontrar mucho en su madre, con quien siempre tuvo un grado de apego muy grande, tenía un gran Edipo hacia ella. La mamá tenía una personalidad extremadamente fuerte, y de hecho él eligió ser cantante como ella, que amaba cantar.

¿Cómo era su vida antes de su irrupción en los medios?

En el abanico de opciones que tuvo, Ricardo pudo elegir entre convertirse en un empresario como su padre, un tipo duro y tradicional, o en ir para el lado de su madre, que cantaba e iba al Teatro Colón en donde tenían un palco para la familia. Él rechazaba la música clásica pero flasheaba con los musicales, que son los que marcaron su carrera.

Fue a varios colegios porque lo echaban de todos lados, así pasó por el Colegio San José, del barrio de Once y por el Argentino Modelo, todos colegios de varones. En ese contexto, él sobresalía porque no le gustaba jugar a la pelota, ni al rugby, a él le gustaban los musicales, era diferente. Le gustaba cantar. Físicamente, también hay un antes y un después. Los que lo conocieron en esa época decían que se parecía a Calculín.

¿Cómo empezó su fama?

Él se preparó toda su vida para ser famoso. Cuando no pudo serlo de joven, se fue a Miami a poder desarrollar su sexualidad en libertad, cosa que acá con su familia no podía. Y si bien su irrupción en los medios pareció que surgió de repente, como si hubiera caído un cometa en la Tierra de golpe, en realidad fue muy fuerte y muy planificada. Justamente lo que yo creo que a la gente le gustaba de él era precisamente su exposición pública y su manejo del dinero.

¿Se podría haber evitado su muerte?

No, de ninguna manera. La vida de Ricardo no hubiera sido así sin una muerte abrupta, porque él mismo la concebía de esa manera, no porque esté bien o mal, de hecho para mí es horrible, yo soy hijo de un suicida, y sé lo que significa convivir con personas que permanentemente incluyen a la muerte como un acto de su vida que va a valorizar todo lo demás. Él se autolastimó, obviamente, como todo suicida.

¿Crees que Fort de alguna manera se suicidó?

Creo que fue una muerte trabajada. Lo que puedo decir a raíz de lo que me pasó en el plano personal, es que entiendo que esa gente cuando empieza a decir: Hay un trabajo muy minucioso y paulatino que se va profundizando y sobre todo cuando no le ponés freno a las actitudes que te están llevando a ese destino que vos mismo estás decretando.

Por el estilo de vida que quería tener Ricardo, creo que él sentía que merecía tener un final de ese estilo. Aunque cuando se da cuenta que la muerte efectivamente le toca el hombro, en su último año de vida, Ricardo adopta un giro hacia la espiritualidad, esas imágenes de Richard pelado, en donde declaraba: ‘Me estuve equivocando’, ‘Ahora dejo de fumar’.

¿Hubo mala praxis con su muerte?

Puedo hablar de la conducta de Ricardo como paciente, que no era fácil. El usaba el medio de la CD (carta documento) para todo. Ricardo consultaba a un médico, le decía que le dolían los talones, las rodillas y la espalda, el especialista le indicaba lo que tenía que hacer, y entonces él le decía que no podía porque al día siguiente tenía ensayo, por ejemplo. Lo que le terminó pasando a nivel fisiológico fue una construcción de muchos años que tuvo con su cuerpo.

Su cuerpo se convirtió en una obsesión, y nunca le gustó ser petiso, pero para lidiar con su altura se puso talones, después se los sacó porque le hicieron mierda las rodillas, y así en algún momento del cuello para abajo de su cuerpo quedaban ruinas. Se podía ver en las últimas radiografías. Tuvo derrames internos, úlceras duodenales producto de los analgésicos que tomaba, era demasiado.

¿Por qué decidió ser papá?

Cuando a los 30 años se dio cuenta de que su sueño de ser cantante se había desvanecido, intentó convertirse en empresario. Así fue como le propuso a su padre traer las clásicas barritas de cereal al país, que eran un boom en Estados Unidos. Pero todo eso era una fachada para hacer tiempo hasta que su padre se muriera y pudiera heredar su fortuna. Entonces, cuando conoce a Gustavo Martínez consolida la idea de volverse padre, especialmente cuando Gus le dice: ‘Te acompaño, lo vamos a hacer juntos, vos vas a ser el padre, yo seré el padrino’.

¿Qué pensás que diría Ricardo si viera la serie?

A Ricardo le encantaban los musicales, lo volvían loco. Para él formar parte de este universo y ser el protagonista absoluto es re poético. Me parece que esa poesía es suficiente. Después, si le hubiera gustado o no, creo que hay cosas que obviamente no le hubiera gustado mostrar, pero fuimos siempre súper responsables y pensamos siempre en qué pensaría él. 

¿Que opinión tenés sobre esta nota?