Sicarios llegaron de Porto Alegre para cometer el crimen

La pérdida de una carga narco y la presencia de Bala Na Cara

Cristian Díaz (31) fue asesinado con una 9 milímetros en mayo de este año. Sería un pase de factura por desaparición de droga
domingo 14 de agosto de 2022 | 6:05hs.
La pérdida de una carga narco y la presencia de Bala Na Cara
La pérdida de una carga narco y la presencia de Bala Na Cara

Cristian Javier Díaz (31) no pudo justificar la pérdida de un cargamento de marihuana. Ante el reclamo del presunto dueño o cuidador, se limitó a decir que Gendarmería Nacional se la llevó del frente de la casa donde estaba, en la esquina de las calles Montecarlo y Esteban Semilla, del barrio posadeño de Luis Piedrabuena.

El procedimiento se hizo en octubre del año pasado y entonces no se informaron detenciones. Se trataba de 155 kilos de marihuana que estaban en un utilitario estacionado. Según la información oficial de la fuerza, una patrulla del Escuadrón 50 hacía rastrillajes cuando vieron la camioneta con vidrios bajos, que además emitía un fuerte olor característico de la droga.

Se trata de una trama difícil de creer y, más allá de que sea cierta, evidentemente no convenció a nadie. Por eso, Díaz pagó con su vida y en su propia casa ese descuido la madrugada del 8 de mayo. Los encargados de darle muerte fueron sicarios que llegaron exclusivamente de Brasil para hacer el trabajo.

Se lo señala a Díaz como un entregador e incluso hay algunos que creen que también podría ser un informante de la fuerza federal. El peor pecado en el mundo narco, como quedó claro en el doble homicidio de El Acuerdo.

Esta trama narco es la que reconstruyeron, mediante investigadores de la Dirección de Homicidios y otras comisiones policiales, las autoridades del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, a cargo del juez Miguel Mattos. Con mucha lógica el magistrado se declaró incompetente de investigar, pero ante la cuestionada negativa del Juzgado Federal de Posadas, sigue al frente de la pesquisa.

La rápida acción policial permitió avanzar hacia los dos responsables e incluso identificar a un presunto autor intelectual que hasta el día de hoy se encuentra en condición de prófugo.

Como se repetirá en este informe, la nula conexión de los asesinos a sueldo con su víctima y su rapidez para desaparecer de la escena generalmente convergen hacia la impunidad.

De Porto Alegre a Posadas
Los acusados por este hecho son David Wesley D. O. S. (22) y Gabriel G. D. S. (20), ambos de nacionalidad brasileña y hoy con prisión preventiva en diferentes celdas. Los dos son de Porto Alegre, ingresaron a Argentina por Santo Tomé y estaban por tomar otro colectivo para volver cuando fueron interceptados por los investigadores de Homicidios.

Llegaron a los sospechosos luego de una reconstrucción que se inició inmediatamente después del crimen, que ocurrió poco después de las 3 de la madrugada del domingo. Díaz tenía un comercio en su vivienda, ubicada en la esquina de las calles 74 y 95, en la chacra 94, barrio Yohasá, y recibió varios disparos tras recibir un llamado a la ventana.

Las recorridas y levantamiento de testimoniales pudieron reconstruir que dos personas habían sido vistas corriendo a la hora del crimen y habían subido a un Fiat Duna blanco. De esta manera, solicitaron las imágenes de una cámara de seguridad privada de la zona, que terminó por confirmar esa secuencia.

La comisión abocada al hecho pudo reconstruir, mediante un pedido de colaboración al 911, el camino del Duna, que se fue con dirección a la avenida Quaranta e ingresó al barrio Luis Piedrabuena. Allí, nuevamente se desplegaron rastrillajes y posibles testigos, que dieron un resultado más que positivo.

Se identificó la misma casa donde fue incautado el cargamento de droga y, mediante tareas de vigilancia encubiertas, el coche que movilizó a los asesinos. Los pesquisas esperaron hasta que los dos detenidos salieron y tomaron un remís, que los llevó hasta la terminal, donde fueron esposados.

Lo que se reconstruyó es que Diaz vendía drogas al menudeo en su casa, por eso salió a atender a altas horas.

También se sospecha que su mujer, quien reportó el crimen a la Policía, estaba al tanto de ello y se aseguró de descartar drogas y armas antes que acudieran al lugar.

Sin embargo, el intercambio de informaciones con las autoridades del vecino país activó alarmas.

“Pertenece a la facción Bala Na Cara”, fue la respuesta respecto a David Weslley de O. S. (19), señalado como la persona que disparó. En principio, el otro acusado llegó para acompañarlo y no percutó la 9 milímetros que apagó la vida del posadeño.

Entre la gran cantidad de antecedentes de David hay una denuncia de su ex pareja en la que señala que el joven estaba oculto y amenazado de muerte por Bala Na Cara, a la que pertenecía, debido a que perdió droga.

Se trata de la misma organización con nexos con el Primer Comando Capital (PCC) en el negocio de la droga en Pedro Juan Caballero, Paraguay, nacida en Porto Alegre e inicialmente dedicada a los asaltos.

De las organizaciones brasileñas es la más presencia en Misiones registró, con copamiento a la cárcel de Oberá y los negocios con el Primer Comando de Frontera creado por Néstor Fabián Rojas desde prisión.

Sin embargo, todo hace indicar que detrás de esa camioneta con droga que perdió Diaz no hay una gran organización, lo que abre una peligrosa posibilidad. ¿Será posible que la mano de obra del sicariato de Bala Na Cara esté disponible para saldar discordias de cualquiera?

 

El crimen del aduanero Gabino Sánchez prescribió tras 10 años

La impunidad quedó marcada en el primero y único asesinato de un administrador en actividad de toda la historia de la Aduana. A Gabino Sánchez (52), no hay dudas, lo asesinaron por su condición de trabajador del estado y la causa prescribió en 2018, después de diez años.

El jefe aduanero llegó a su casa en el barrio Soberanía el viernes 29 de febrero de 2008. En su vivienda, como todos los días, lo esperaba su mujer, pero también la persona que estaba encargada de matarlo.

Cuando su esposa abrió el portón y él se bajó de la camioneta oficial que manejó hasta allí, un joven arremetió con un revólver calibre 38. Les dijo a ambos que se trataba de un asalto y ordenó que se metieran a la casa. Ambos obedecieron sin resistencia.

Una vez adentro, el delincuente encerró a la mujer en una de las habitaciones y obligó al empleado estatal a que se acueste en el living y ponga las manos en la cabeza. Sin mediar palabras, y con profesionalismo, lo ejecutó de un solo disparo en la nuca y huyó.

Respecto a la investigación, rápidamente después del hecho las autoridades de la Policía de Misiones descartaron el móvil de robo. Pesquisas, compañeros de trabajo y la población en general no dudaron y aún creen que se trató en un asesinato por encargo debido a su condición de funcionario público.

Sánchez había llegado un año antes desde la provincia de Entre Ríos y en poco tiempo descubrió varias irregularidades en la sede de Irigoyen, como la utilización del Cuit de personas fallecidas para despachar granos hacia Brasil, una práctica ilegal que hasta la actualidad está vigente.

 

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