Gilberto Gil, “el grito negro” de la música popular brasileña cumplió 80 años

lunes 27 de junio de 2022 | 6:00hs.
Gilberto Gil, “el grito negro” de la música popular brasileña cumplió 80 años
Gilberto Gil, “el grito negro” de la música popular brasileña cumplió 80 años

Ayer cumplió 80 años el gran Gilberto Gil, el artista que junto a colegas como Caetano Veloso y Tom Zé sacudió la escena musical brasileña de fines de los 60, en plena dictadura militar, con la creación del Tropicalismo, un movimiento artístico moderno y universalista que planteaba una innovación cultural a partir de la diversidad estilística, pero sin renegar de la tradición.

En esa movida en la que convivían la bossa nova, la figura “for export” de Carmen Miranda y el rock, entre otros elementos, Gilberto Gil se caracterizó por aportar los sonidos tradicionales negros provenientes de África y sus mestizajes derivados de las distintas lecturas que se hicieron de ellos en otras latitudes, como el caso del reggae y el funk.

Pero además, así como el Tropicalismo también significó un fuerte manifiesto político en favor de la libertad en medio de un clima político opresivo, este artista se posicionó como una voz fuerte y clara contra el racismo y como un defensor acérrimo del medio ambiente. Un compromiso que en la década del 2000, con la llegada de Lula al poder en Brasil, cristalizó en su gestión como ministro de Cultura, cargo que ejerció entre el 2003 y el 2008.

Su labor artística también lo consagró en noviembre pasado como miembro de la Academia Brasileña de Letras, al ser reconocido como “traductor del diálogo entre la cultura erudita y la música popular”, acaso otra gran definición de una de las características centrales del creador de clásicos como Vamos fugir, Haití o Aquele abraço, por citar apenas algunos.

Antes de todos los reconocimientos obtenidos en los últimos años, Gilberto Gil sufrió la censura, el encarcelamiento y el exilio por parte del gobierno cívico-militar que ostentó el poder en Brasil entre 1964 y 1985. Sin embargo, supo sacarle provecho a su estadía forzada en Londres a principios de los 70 al tomar contacto directo con muchos de los ritmos que exploraba, como el rock, la psicodelia y, fundamentalmente, el reggae.

Nacido en Salvador de Bahía, en una familia de clase media acomodada, con padres profesionales, Gilberto Gil no solo no pasó mayores apremios económicos, lo cual le permitió enfocarse en la música, sino que además fue alentado por sus progenitores para que siguiera su camino.

Con menos de 20 años ya formaba parte de algunas agrupaciones locales, en donde alternaba entre la voz, la guitarra y el acordeón; y se ganaba la vida con la composición e interpretación de jingles comerciales.

La vida del joven bahiano cambiaría abruptamente cuando en la primera mitad de los 60 conoció a Caetano Veloso, con quien consolidó una especie de “hermandad” personal y artística que perdura hasta hoy; Tom Zé, María Bethania y Gal Costa; figuras con las que provocaría una revolución en la música popular brasileña.

A su regreso a Brasil continuó cimentando su visión local del reggae, el rock y los ritmos afro a través de la edición de varios discos, y conformó junto con Caetano, su hermana María Bethania y Gal Costa el célebre grupo Doces Bárbaros, que volvió a poner en escena la camaradería y el desparpajo de este colectivo artístico.

A los 80 años, Gilberto Gil sigue desplegando ritmo, gracia y talento en cada presentación mientras que, en el mundo, aparece como la voz negra más simbólica de la música popular brasileña.

También sigue advirtiendo sobre los efectos devastadores del maltrato humano al medio ambiente, y predicando el amor y el entendimiento entre las personas. Además de seguir refiriéndose como “mi hermano” cuando habla de Caetano Veloso, con quien suelen saludarse desde inmemorables tiempos con un beso en la boca, como justamente lo graficó este último en su canción Ele Me Deu Um Beijo Na Boca, en 1981.

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