El desaparecido

sábado 02 de abril de 2022 | 6:00hs.

¿Por qué es tan grave la figura del desaparecido? Porque sin cuerpo no hay prueba y sin pruebas no hay delito. Cuando el Estado a la pregunta ¿dónde están? contesta están desaparecidos, está haciendo un acto de omisión y de mala praxis institucional que quita el poder a la autoridad social, volviendo nulos sus actos, y que las guerras no pueden esconder, porque siempre se tendrá que responder ante los actos de gobierno.

Para establecer un tipo penal se necesitan estudios, análisis, debates, dictámenes de peritos, especialistas en diferentes ciencias. Por ejemplo, para saber cuándo una persona está madura para entender un acto, se necesita la opinión médica, psicológica, antropológica, sociológica, biológica, etc. En la democracia establecemos un código penal para sancionar a las personas que rompen las normas consideradas éticas y buenas para la sociedad, lo que ha ido evolucionando a través de los años, pues hay que ir adaptándolo a las necesidades que van surgiendo en las diferentes épocas, hubo un tiempo en el cual que el código tenía la normativa para llevar adelante un pelea en duelo. Es el resultado votado por la mayoría, para darle a la fuerza pública el poder de prevenir lo que se considera malo para la sociedad.

En la dictadura, al contrario, el dictador establece los tipos penales, y esto se presta a la arbitrariedad y el abuso del poder. Puede ser tan ambiguo, vago e impreciso que cualquiera pasa a ser peligroso, el tipo penal de subversivo, que siguió luego de haber diezmado a los integrantes del ejército del pueblo ahí por el 1976, y que Videla dijo que va a continuar aniquilando a la subversión, atrapando a personas en centros clandestinos de detención, aplicando todo tipo de tortura, violaciones y demás vejaciones. Incluso desde los medios de comunicación se alentaba a denunciar a todo aquel que parezca sospechoso. Cuentan las crónicas de los detenidos que a veces nombraban a algún inocente vecino con tal de no sufrir más descargas de picanas eléctricas.

La Constitución nacional garantiza el debido proceso para ser juzgado por el Poder Judicial. Sacar esta garantía pone en riesgo la seguridad y la libertad de las personas; en nombre de Dios y la patria, es fue y seguirá siendo un delito de lesa humanidad. El preámbulo nos promete el bienestar general y nos asegura los beneficios de la libertad. Decían en 1853 los congresales cuando se discutía la Constitución: “ La constitución es el pueblo, es la Nación Argentina hecha ley.” Y la garantía de inviolabilidad de la propiedad, tanto como de la seguridad personal contra los avances de los gobiernos, es la esencia de la libertad civil, que puede ser considerada como el alma del organismo institucional de la Nación.

Pablo Martín Gallero
Puerto Rico

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