Quiénes son los prófugos de la Justicia y cómo se los busca
Fugitivos: la vida en la clandestinidad
Una compra, una visita, una llamada, un Me Gusta en una red social. Hasta el más mínimo paso en falso puede significar el fin de los días en libertad -aunque clandestina- para unos y aprovechar ese descuido puede hacer saltar la banca para otros. Así es la vida de una persona fugitiva y así es la vida de quiénes están tras sus pasos.
Se calcula que en la Argentina hay más de 45.000 personas evadiendo cuentas con la Justicia. Sus perfiles son muy diferentes, desde peligrosos homicidas y poderosos capos narcos, hasta ladrones de poca monta o desobedientes que incumplieron condiciones impuestas.
Sin embargo, todos ellos tienen algo en común: un pedido de captura, ya sea de nivel nacional o internacional, que puede activarse en cualquier momento y en cualquier parte.
En Misiones hay varias personas que en el último tiempo pasaron a integrar esa lista. Sin ir más lejos, Roberto Ribero (35), principal sospechoso del crimen del tarefero Daniel Amarilla (35) en El Soberbio, cumple hoy once días en condición de prófugo y es el único implicado que resta detener en el marco de la investigación que lleva adelante el Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente.
También falta ubicar, por ejemplo, al conductor de la Toyota Hilux que el 18 de abril escapó luego de colisionar contra otro vehículo sobre la ruta nacional 101 en Bernardo de Irigoyen y provocar la muerte de Olivia Dreyer (56) y Sonia Bohling (30), madre e hija, respectivamente.
Un último informe realizado en 2019 por el portal Redacción.com.ar, en base a datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, consignó que el 70% de los prófugos a nivel país se correspondían a causas judiciales iniciadas en provincia y ciudad de Buenos Aires, mientras que el 5,4% era atribuido a Misiones.
Ese 5,4% se traducía entonces en más de 2.500 prófugos y ubicaba a la provincia como el tercer distrito del país con mayor porcentaje de fugitivos, seguido por Salta con el 4% y Chaco con el 3%.
En la página de Interpol, en tanto, hay más de 400 argentinos con notificaciones de alerta roja a nivel internacional vigente, de los cuales al menos doce son misioneros.
“No es casualidad que figure Misiones en esa estadística, teniendo en cuenta su amplia frontera. Sabemos que hay mucha gente que entra y sale del país y ni nos enteramos. Resulta lógico que quien quiera irse afuera sin que salten las alarmas de captura nacional o internacional busque un paso ilegal para fugarse”, reflexionó al respecto el abogado y ex fiscal federal Jorge Álvarez Berlanda, uno de los especialistas consultadas por El Territorio para este nuevo informe de domingo.
En la búsqueda de esa población fugitiva intervienen diversos organismos del Estado y fuerzas de seguridad, tanto federales como provinciales, cuyos integrantes están a la espera del más mínimo paso en falso para atraparlos.
En esa labor, interviene, por ejemplo, el Cufre (Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos), creado en 2015 y conformado por agentes de la Policía Federal Argentina (PFA), Gendarmería Nacional Argentina (GNA), Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y Prefectura Naval Argentina (PNA).
A nivel nacional también se lanzó el Programa Buscar, que abre la puerta para que los ciudadanos puedan colaborar en forma segura tanto en la búsqueda de fugadas como de personas extraviadas.
Representantes de ambos organismos también dialogaron con este matutino para este informe, brindando precisiones y detallando tanto los procesos de búsqueda, como las zonas de mayor conflicto y los puntos de debilidad que pueden marcar el golpe.
“A veces las personas bajan la guardia en el lugar menos pensado. Se cuidan de no poner el DNI para pedir un servicio de cable y wifi a domicilio, pero caen con una foto subida para el cumpleaños de algún familiar. Tenemos ojos en todos lados”, comentó un uniformado que forma parte del Cufre, comando que en 2018 llevó adelante la captura de Oscar Thomas en el marco de la denominada causa de “Los Cuadernos” y que en 2016 también detuvo en Apóstoles a Roberto Raúl Leites, un misionero que estaba prófugo desde 2011 tras no volver de una salida transitoria de la que fue beneficiado mientras purgaba una pena de once años de prisión en el Penal de Ezeiza por asesinar a un médico para robarle.
El Cufre también participó de la detención de Morenita Martín, conocido narco detrás de la Operación Sapucay en Itatí, Corrientes. Pero quedan muchos más y entre ellos siempre hay un misionero.
Informe de domingo
El Comando Tripartito y su rol clave en materia de seguridad
Los misioneros que figuran entre los más buscados de Interpol
“La situación de cada prófugo depende de su respaldo económico”
El programa Buscar, herramienta clave para la difusión de procurados
