El club tiene un proyecto educativo para el 2021
Mitre se convirtió en “la segunda casa” de los jóvenes
En Mitre desde hace un tiempo apostaron a mirar hacia adentro. La pandemia ayudó a que el club se convirtiera en un sostén para niños, jóvenes y padres, que encontraron a una institución que los contenga ante la falta de clases presenciales.
Durante el primer tiempo del aislamiento y ante la gran incertidumbre, el Zoom fue una alternativa para estar en el día a día de los jóvenes y, cuando se habilitó el regreso a los entrenamientos, el club ganó terreno en la rutina de los jóvenes.
“Uno de nuestros objetivos como coordinación fue trabajar bajo el lema ‘el club es tu segunda casa’, entonces en la pandemia tratamos de crear, con los recursos que teníamos a mano, las herramientas para hacer sentir a los chicos que estaban en su segunda casa”, comentó el profesor Iván Giménez, uno de los encargados de llevar adelante la coordinación en Mitre junto a Adriel Kinyerski.
“Pudimos incorporar una psicóloga deportiva y también apuntamos a la nutrición y tenemos el anhelo de que para este año tengamos, ya con una estructura, la parte educativa”, adelantó.
“El año pasado creamos espacios y abrimos las puertas a los chicos y a los padres para que puedan hacer la tarea en el club, de manera más informal, pero con la intención de que puedan pasar tiempo en el club y que, a partir de eso, podamos paliar la pandemia”, contó.
Si bien durante los primeros meses de aislamiento por el coronavirus no hubo actividad en las instalaciones del club, el acompañamiento fue virtual, pero la idea siempre fue que el espacio ganado sea el del club.
“Los chicos tenían Zoom, que en ese momento fue una herramienta muy utilizada. Generamos charlas para los chicos con jugadores profesionales y también para los entrenadores. Todas esas cosas nos tuvieron en el día a día y ayudaron para poder sobrellevar esa primera etapa de desconocimiento de la pandemia”, recordó Giménez.
“Después fue, creo, un acierto de los dirigentes iniciar los entrenamientos. Fue hasta con coraje porque todavía era una época de desconocimiento, pero lo hicimos”, aseguró el profesor.
Esas pequeñas muestras de que el club estaría abierto tanto para hacer deporte como para ser un soporte en la educación fue fundamental. Mitre dio pasos pequeños pero constantes y trajo sus frutos.
“Todos los días vienen chicos nuevos y deja a las claras de que el trabajo es bueno y que se está difundiendo de manera eficiente. Ofrecemos un producto que tiene diferentes pilares, como la parte deportiva, la psicológica y la nutricional y ahora queremos sumar la del apoyo escolar”, analizó.
Durante 2020, el profesor explicó que fue vital tanto el apoyo de los dirigentes como el del presidente Marcelo Dei Castelli y de Mario Benozio, presidente de la subcomisión de padres. “El apoyo que tuvimos de los padres fue extraordinario. El crecimiento del club también tiene que ver con ese apoyo”, aseguró.
“Es recurrente el tema de cómo los padres llevaron la parte educativa. Nosotros proponíamos que el simple hecho de cambiar el lugar de estudio, el traer los cuadernos y sentarte hacer las tareas en la tribuna, el chico lo toma de otra manera”, explicó Giménez.
Esa fue la foto muchas veces en Mitre durante el 2020. Los chicos haciendo tareas en las tribunas, esperando la hora de agarrar la pelota para jugar.
La de un club que fue y seguirá siendo durante este año un soporte para los más jóvenes, porque los clubes, muy golpeados a lo largo de la pandemia, son y serán siempre un apoyo más para superar las crisis.
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