Los 100 años entre bambalinas de Hilda Bernard

viernes 30 de octubre de 2020 | 5:00hs.
Los 100 años entre bambalinas de Hilda Bernard
Los 100 años entre bambalinas de Hilda Bernard

La actriz Hilda Bernard, una referencia ineludible de la radio, el teatro, la TV y el cine argentino, fue noticia a principios de mes por haberse recuperado de un cuadro de coronavirus a su avanzada edad, pero lo verdaderamente festejable son los 100 años que cumplió ayer.

La rica trayectoria interpretativa de Bernard la ubica en ambos extremos del camino brillando en radioteatros de los 40 y componiendo malas malísimas en telenovelas de los 90. En medio de ese andar que nunca pasó inadvertido, la actriz se ganó un lugar de reconocimiento en los escenarios teatrales y tomó parte en una veintena de filmes entre 1951 y 2010.

“Cada personaje hay que armarlo y pensarlo mucho. Por lo general, y sobre todo en televisión, a mí siempre me han dado personajes de mala y me gustan mucho, porque son roles fuertes. No me atraen los personajes débiles para nada”, definió Hilda.

Cinco años atrás y como prólogo a un homenaje que se le realizó en el Teatro Nacional Cervantes, el investigador Alberto Wainer resaltó que “es, sin duda una gran actriz, sin que importe el medio desde el que nos regala su talento pero, si hay algo de ella que la hace especialmente única, está en su voz, una música que nos permitió soñar con heroí­nas de indescriptible belleza y habitar universos deslumbrantes”.

Con una de las mejores voces del medio, que la hizo estrella de la radio en la década de 1940 cuando formó en Radio El Mundo una imborrable dupla con Oscar Casco,  Bernard nació en Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, el 29 de octubre de 1920, de ancestros ingleses, belgas y austríacos.

Ya en Buenos Aires, estudió en el entonces Conservatorio Nacional de Arte Dramático, donde tuvo como maestro a Antonio Cunill Cabanellas y compartió las aulas con María Rosa Gallo; en 1941 debutó en el escenario del Cervantes en una versión de Martín Fierro, con un papel de vendedora de empanadas que ganó por concurso.

A partir de entonces comenzó a acaparar los roles de “damita joven”, una categoría muy codiciada. Su primera gran popularidad residió en aquellos programas, con Casco, Eduardo Rudy y Fernando Siro en El Mundo.

En los últimos años del género (1957), interpretó una adaptación de “Palabras al viento”, película estadounidense dirigida por Douglas Sirk en la que hacía el papel de Lauren Bacall, en tanto Fernando Siro replicaba el de Rock Hudson.

Rastrear la carrera teatral de Bernard permite ubicarla, entre decenas de puestas, en Los mirasoles e Islas Orcadas (ambas en 1942), Las de Barranco (1962) y Mataron a un taxista (1970). En 1983 participó del ciclo Teatro Abierto con Concierto de aniversario, de Eduardo Rovner, con dirección de Sergio Renán, que se repuso modificada en el San Martín en 1991 y en el que ella repetía su papel.

La televisión subrayó la figura de la intéprete desde la década de 1960. En los últimos años se la siguió admirando gracias a esos roles malévolos que asumió en novelas y comedias infantiles.

La actriz se casó dos veces, tiene una hija (Patricia), un nieto (Emiliano Parada, hijo del recordado Emilio Disi, pareja de Patricia) y un bisnieto. En 2004 participó en una peculiar película de terror coproducida con Estados Unidos y hablada en inglés, La sombra de Jennifer, junto a varios intérpretes argentinos y estelarizada por la hollywoodense Faye Dunaway.

En 2014 fue nombrada Ciudadana Ilustre por la Legislatura porteña y sufrió un ACV del que pudo salir airosa, pero comenzó a pensar que su etapa artística estaba concluyendo.

Un año antes había participado del ciclo televisivo Los Grimaldi, una familia de locos y en la obra Póstumos, un emprendimiento fúnebre de Muscari en el teatro Regio y hacia 2015 se le otorgó un Martín Fierro a la trayectoria (el segundo que mereció tras ganarlo en 1992 como actriz de reparto por su labor en Antonella). 

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