Informe de domingo

Señeros de la historia

Misiones cuenta con una gran riqueza cultural arquitectónica, edificios antiguos que son la memoria viva de las personas y son testigos del crecimiento de las ciudades. Preservarlos es también cuidar la identidad
domingo 25 de octubre de 2020 | 6:02hs.
Señeros de la historia
Señeros de la historia

La historia de la provincia de Misiones es tan variada y colorida como lo son su selva, su tierra, su fauna, sus ríos y su gente. Acunó por años las realidades de miles de inmigrantes que pisaron su suelo colorado y se mezclaron con los criollos formando lo que es hoy la rica cultura misionera que no se permite dejar de lado su pasado y presente guaranítico.

En esta conformación y poblamiento de lo que actualmente es Misiones, instituciones como las escuelas, comisarías, hospitales, el correo, así como las estaciones de trenes y los puertos tuvieron un papel preponderante en la consolidación de los pueblos y en la identidad de los ciudadanos.

Muchas de ellas aún siguen en pie cumpliendo las mismas funciones que antaño, otras convertidas en museos o empleadas para otras tareas en la comunidad, no obstante, un importante número no corrieron la misma suerte y fueron devastadas por el olvido, o bien, tiradas abajo producto de la ignorancia de los gobernantes de turno que veían a lo viejo como enemigo del progreso.

“Las escuelas tuvieron un papel fundamental y en una investigación de Esteban Snihur él habla de que todos los inmigrantes llegaron sin que sus hijos sepan hablar en otro idioma que no sea el original, la escolarización daba la posibilidad a través de la educación de integrarse al ambiente”, explica, en diálogo con El Territorio, Liliana Oleksow, arquitecta y experta en preservación del patrimonio histórico.

Ejemplo de ello es la Escuela N° 1 Félix de Azara, que tiene 133 años, es la más antigua de la capital provincial y sigue cumpliendo un rol importantísimo en la educación primaria.

En tanto, la Escuela Normal Nº 1 Domingo Faustino Sarmiento, de Leandro N. Alem fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2012.

Hay muchísimas otras que nacieron antes de que Misiones sea provincia y otras que llegaron de la mano de la provincialización y el llamado Movimiento Moderno.

En esa misma línea, continúa: “Para esa persona que venía de la guerra, perder su vida, sus actividades, su paisaje y su lengua era difícil entonces más allá del papel educativo de las escuelas estaba el papel de integración a la sociedad, abarcaba mucho más de lo que uno se puede imaginar”.

Los pueblos de Misiones tenían pocos habitantes y con la llegada de las distintas instituciones oficiales se fueron poblando y transformando en grandes ciudades.

“Respecto a las comisarías de Alejandro Bustillo, hay que pensar la situación que había en ese momento. Las comisarías son de los años 30 y en ese tiempo era Territorio Nacional, cualquiera que se quería esconder de la Justicia acá tenía un espacio ideal, entonces era fundamental en esa época. Eso tracciona la ciudad, quiere decir que hace que empiece a crecer alrededor”, señala, por su parte, Graciela de Kuna, arquitecta, investigadora y otra abanderada del patrimonio cultural de la provincia.

Sobre estos destacamentos policiales, Oleksow, añade: “Mal que nos pese, mantenían el orden en las localidades donde las personas empezaban a poblar y a ocupar las espacios así como a relacionarse y convivir. La convivencia no habrá sido fácil porque había personas de distintas nacionalidades, con diferentes religiones; había una conjunción de valores y elementos, una comisaría sostenía mucho de ese cuidado”.

La memoria y los recuerdos
Estos edificios -con denominación oficial de patrimonio o no-, siguen apelando a la memoria emotiva de los ciudadanos que pasaron por allí y tienen parte de su historia dentro de esas paredes o alrededor de ellas. Las maestras que enseñaron en la antigua escuela, los novios que se casaron en tal o cual iglesia o el inmigrante que llegó a Misiones en tren hasta Posadas para después seguir en barco para llegar hasta el puerto de alguna localidad del interior.

“Tuvimos como primer transporte el fluvial y se conservan muy pocos puertos en la provincia. Se llegaba a Misiones por el agua, hasta 1912 que llega el primer ferrocarril, porque los caminos eran imposibles de transitar”, rescata Oleksow y lamenta: “Recuerdo que se luchó con tanto ahínco para que no se tire el edificio de la estación de Posadas porque era un emblema. Fue una gran lucha popular porque la gente realmente se sentía identificada, muchos abuelos y bisabuelos tuvieron como primera parada esa estación de ferrocarril”.

De Kuna, por su parte, sostiene que los edificios en sí mismos entusiasman solamente a los arquitectos, pero lo que le genera emotividad y pertenencia en las personas comunes son los recuerdos, las vivencias y las historias personales en torno a esos lugares que son el motor del arraigo.

“El patrimonio es el orgullo de la pertenencia a un lugar que tiene estos bienes, si son pobres o ricos no importa porque tienen que ver con nuestros orígenes, de dónde venimos y quiénes somos actualmente. Si al lugar lo tiran abajo los recuerdos no vuelven”, afirma De Kuna.

Tanto Liliana como Graciela llevan años defendiendo la preservación y el cuidado del patrimonio histórico y arquitectónico de la provincia y si bien consideran que se hizo mucho aún resta más por hacer.

“Creo que las localidades deberían conservar sus edificios históricos porque es una manera de mantener las raíces, cultivarse, es identidad. No veo bien que porque venga un fondo importante se tire abajo tal edificio histórico y hacés otro. Está bien que haya un avance y está bien hacer algo nuevo, pero hay que mantener lo histórico”, dice Oleksow.

Por su parte, De Kuna sostiene, desde su papel como docente universitaria e investigadora que “las universidades tienen la obligación de poner luz sobre los bienes que son de las poblaciones. Los otros bienes, los que no están protegidos tienen muchos problemas de deterioro no solo por el tiempo sino por los robos que se producen. En ese sentido, sería buenísimo que los propios ciudadanos puedan presentarse a la municipalidad con una nota pidiendo que un bien de su municipio sea declarado patrimonio”.

En las páginas de este informe, hablarán algunos protagonistas que atesoran recuerdos en algunos de estos edificios históricos. Como por ejemplo, Alfredo Kuchen (86), ex juez de paz de Bonpland, que rememora el correo y lamenta el abandono en el que se encuentra ahora.

Así como Gloria Torres Lanús, bisnieta de Leopoldo Lanús, cuenta sobre la estación de trenes de Miguel Lanús y su riqueza patrimonial. Además se refiere a la importancia de su protección y conservación ya que es una de las pocas en Misiones que aún conserva elementos originales de cuando el tren Urquiza llegaba hasta Posadas. También evoca sus memorias Ida Pavón, ex maestra de la Escuela de Frontera Mariano Moreno, de Puerto Iguazú, que se transformará en museo; entre otras historias de este informe que corresponde tan solo a un recorte de la variada riqueza cultural de Misiones.

 

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