La imponente grandeza de Canadá

domingo 02 de junio de 2019 | 1:45hs.
La imponente grandeza de Canadá
La imponente grandeza de Canadá
Bien al norte de nuestro continente, el segundo país más extenso del mundo después de Rusia se erige con las más hermosas ciudades, paisajes variados y una naturaleza increíble.

La modernidad puede verse de punta a punta y esto se fusiona con las culturas y tradiciones que todavía siguen vigente en el país.

Varios pueblos son los que mixturan el lugar, los indígenas y los que llegaron a colonizarlo: franceses e ingleses.

Canadá posee una infinidad de lugares que deben ser visitados, entre los que se encuentran impresionantes atractivos naturales que combinan perfectamente con las más variadas y antiguas edificaciones.

En 2017, la comunidad de expertos viajeros de la compañía Lonely Planet eligió a Canadá como el mejor destino para viajar y esto se debe gracias a sitios como el Jardín de la Música (Toronto), los Parques Nacionales Banff y Jasper (Alberta), las Cataratas del Niágara (Ontario), la Basílica de Nôtre Dame (Montreal), el Museo de la América Francesa (Québec), el Biodôme (Montreal), el Museo de la América Francesa (Québec), el Museo Nacional de Bellas Artes (Québec) y el Teatro Elgin & Winter Garden (Toronto).

Lo más bello del norte
Al pensar en Canadá se vienen a la mente dos cosas: las cataratas del Niágara y las auroras boreales. Llegar a este país y no verlas sería un desperdicio total.

Al igual que en nuestra casa, las cataratas son en el país del norte un espectáculo único. Pueden admirarse desde el lado canadiense o el estadounidense y, como en Iguazú, dependiendo de la temporada se puede pasear en barco.

Otra de las aventuras que suman es la de caminar por los túneles atrás de la caída de agua y hasta volar en helicóptero para tener la mejor de las vistas. Las cataratas pueden visitarse de día o de noche en cualquier época del año, pero en invierno el flujo de agua de las orillas queda parcialmente oculto por el hielo. Recordemos que en Canadá hace frío, mucho frío.

Los misioneros sabemos lo mucho que impresiona la magnitud del agua que cae y la misma sensación se tiene al llegar al Niágara y ver a las enormes y poderosas cortinas de agua curvarse sobre el precipicio y caer con un ensordecedor rugido al vacío.

Las cataratas del Niágara son una falla tectónica natural entre Ontario y el estado de Nueva York.

En el lado canadiense, las cascadas más espectaculares son las poderosas Horseshoe Fall, que se precipitan en el estanque Maid of the Mist Pool.

A unos pocos metros, desde Table Rock, se pueden ver de forma espectacular las cascadas.

A este atractivo hay que sumarle otro regalo de la naturaleza: las auroras boreales. Las auroras boreales se forman al chocar partículas solares con la atmósfera terrestre. Gracias al bajo magnetismo de los polos, estas partículas son atraídas hacia los extremos del globo terráqueo. 

Desde que el ser humano tiene conocimiento de su existencia, se maravilla al verlas. Decoran el cielo con colores verdes, violetas, rojos, blancos y azules, como si se tratara de fuegos artificiales naturales.

Estas “luces del norte” atraviesan el país de este a oeste, por lo que Canadá alberga un amplio abanico de lugares desde donde el turista puede observarlas. Uno de los mejores puntos de observación es Saskatchewan, la provincia central de las llamadas praderas canadienses.

Otro tip es que los meses de octubre a marzo (al tener mayores horas de oscuridad), son los mejores meses para ver auroras boreales en Canadá.

Un paseo por la capital
Estas inolvidables vacaciones deben comenzar por Ottawa, la cuarta ciudad más grande del país y su capital.

Los mayores atractivos turísticos de Ottawa proceden de sus edificios oficiales y administrativos. El Parlamento de Canadá –Parliament Hill- es la imagen más popular de la ciudad.

Otra opción interesante para visitar es el Canal Rideau, que tiene una longitud de unos 200 kilómetros y atraviesa varias localidades del este de la provincia de Ontario. En verano es agradable pasear a su alrededor, mientras que en invierno se congela y se convierte en la mayor pista de patinaje sobre hielo del mundo.

Ottawa es también una ciudad de museos, con el Museo Canadiense de la Guerra, el de la Civilización o el de la Agricultura.

Además de visitar la Colina del Parlamento, se puede ingresar a las galerías y museos nacionales, comprar en el mercado histórico, asistir a un festival y rodearse de naturaleza en el parque Gatineau. Hay comunicaciones frecuentes por transporte público entre Toronto y Ottawa tanto por tren como en los autobuses de Greyhound. El viaje suele durar alrededor de cuatro horas y el autobús suele ser algo más económico que el tren.

Ciudades impactantes
Toronto es conocida por ser la ciudad más grande de Canadá. Allí se puede ver la Torre CN (Canadian National Tower), una de las torres más grandes del mundo, museos y galerías de arte espectaculares, un zoológico y acuario increíbles, el mejor mercado de comida del mundo, impresionantes centros comerciales, teatros, parques temáticos y el sitio histórico Distillery District, donde se puede encontrar arte, cultura, comida y entretenimiento.

La torre puede alardear de aparecer en el libro Guinness y una de las cosas más lindas de visitarla es que se puede pasear por el exterior de la esfera que la caracteriza y que se encuentra a nada menos que 356 metros de altura, dando la sensación de estar suspendido en el aire.

Cuenta con una interesante escena artística, una explosión de rock indie, así como una combinación de hoteles boutique, restaurantes elegantes y ambiente parisiense en las terrazas de su Quartier Latin.

El Viejo Montreal es la parte más antigua de la ciudad y un laberinto de callejuelas adoquinadas sinuosas que hacen pensar que se está en Europa: hay una basílica, la de Notre Dame, una plaza repleta de cafés y restaurantes, la de Jacques Cartier, y un viejo puerto que se ha convertido en parque y zona recreativa. BB King, el ya desaparecido Prince y Astor Piazzolla  son algunas de las figuras que han actuado en el Festival de Jazz de Montreal, que se celebra durante 11 días a finales de junio.

Otra de las actividades que se puede realizar en esta ciudad es visitar el parque Mont Royal, uno de los sitios más emblemático de Montreal.

Para hacernos una idea, este lugar es el equivalente al Central Park en Nueva York, debido a que fue Frederick Law Olmsted el paisajista encargado del diseño de ambos parques. De ahí su parecido y su importancia para ambas ciudades.

Este parque es visitado por mucha gente, que va al parque Mont Royal a sentarse en la grama o en sus bancos para relajarse, y también para hacer deportes o visitar algunas de las atracciones.

Una vez dentro del parque también se puede recorrer el lago de los Castores. Este lago en invierno se convierte en una de las pistas de patinaje más visitadas de la ciudad y en verano es el sitio ideal para un paseo tranquilo o un picnic.

Más para conocer
Uno de los mejores lugares para vivir es la ciudad de Vancouver. Está rodeada por un magnífico paisaje marino, montañas aptas para practicar esquí, once playas y a esto hay que sumarle el espeso bosque lluvioso de Stanley Park a sólo unas manzanas de los rascacielos del centro urbano.

Una de las rarezas naturales que se pueden apreciar cuando se visita esa región es la del Spotted Lake o lago manchado. Se ubica a tan sólo 100 kilómetros al este de Vancouver, cerca de la frontera con Estados Unidos. Su extraña belleza lo ha convertido en uno de los principales y más peculiares atractivos naturales del país. Su excentricidad reside en la aparición de enormes manchas de distintos colores, motivo por el cual ha sido considerado como un lugar sagrado por los nativos americanos de la nación de Okanagan, quienes creían que cada uno de los círculos del lago poseía propiedades medicinales y curativas.

Pero nada raro ocurre en Canadá: las manchas son resultado de la evaporación del agua (que se intensifica desde junio a mediados de septiembre) y, en función de la combinación mineral de sus componentes (como el sulfato de magnesio, el calcio o el sulfato de sodio) genera colores tan dispares que pueden variar fácilmente desde el color blanco hasta el amarillo, el verde o el azul según la estación del año.

Otro de los lagos que hay que visitar es el Moraine. Situado en el Parque Nacional Banff de Alberta, es alimentado por medio de un glaciar que dota a las aguas del lago de un hermoso y llamativo color azul. Se encuentra, además, rodeado de montañas escarpadas de más de 3.000 metros de altura y bosques de coníferas, pertenecientes al Valle de los Diez Picos.

Cataratas increíbles, auroras boreales, parques donde la naturaleza deslumbra con su belleza, ciudades cosmopolitas... Canadá sin dudas deja a los viajeros impactados con todos los atractivos que posee.