Informe de domingo: Reinventados

domingo 30 de agosto de 2020 | 6:00hs.
De diseñadora gráfica a comerciante, la vecina de San Pedro Marcela  Castañeda se redefinió en cuarentena.
De diseñadora gráfica a comerciante, la vecina de San Pedro Marcela Castañeda se redefinió en cuarentena.
Nazarena Torres

Por Nazarena Torrespolitica@elterritorio.com.ar

La pandemia del Covid-19 trajo consigo un torbellino de transformaciones que de un día para el otro alteraron el normal ritmo de vida alrededor del mundo. Casi sin pensarlo, la sociedad en su conjunto se vio inmersa en un halo de incertidumbre e inseguridad.

En este marco, uno de los cambios que mayor impacto tuvo, social y económicamente, fue el ámbito laboral. La paralización total de actividades puso en jaque la continuidad de miles de empresas, comercios y negocios de los más diversos rubros, dejando pendiente de un hilo el empleo de millones de trabajadores.

La economía se vio indudablemente resentida y si bien, los diferentes sectores productivos e industriales trabajan intensamente para repuntar, el escenario de recuperación total de la crisis se vislumbra a largo plazo y de forma gradual.

Sin embargo, pese a las adversidades que se presentaron en un contexto totalmente atípico y desconocido, hubo quienes optaron por ver la oportunidad en el caos y decidieron tomar las riendas de la situación. La apertura de nuevos emprendimientos comenzó a consolidarse cada vez con más fuerza, de la mano de la tecnología y las redes sociales como aliadas, convirtiendo la pandemia en la circunstancia perfecta para animarse a dar el primer paso.

Los emprendedores comenzaron a ser los protagonistas, buscando alternativas, desarrollando nuevas ideas y uniendo fuerzas entre sí para lograr salir todos juntos a la superficie. Muchos de ellos ya contaban con algún comercio o prestaban algún tipo de servicio que por la cuarentena tuvo que quedar en pausa, por lo que debieron arriesgarse a salir de la zona de confort y apostar a un horizonte totalmente nuevo.

Historias valientes
Todos los rubros se vieron con serias dificultades, pero quizás uno de los más complicados fueron los que requieren la aglomeración de gente para que sea exitoso. En ese sentido, los eventos sociales siguen estando paralizados, por lo que los trabajadores buscan alternativas para generar ingresos.

Cristian Bermúdez, productor multimedial y organizador de eventos, optó por no quedarse de brazos cruzados y decidió entonces utilizar sus ahorros para crear un delivery de bebidas (página 4).

En este sentido, las ayudas y asistencias del Estado fueron clave para que cientos de vecinos misioneros pudieran salir adelante pese a la compleja situación. Las partidas, como las del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), sirvieron también para aquellos que decidieron apuntar a nuevos horizontes laborales. Es el caso de Florencia Bentos, quien pasó de hacer vestidos de alta costura a confeccionar ropa para lo más pequeñitos con su nuevo emprendimiento Dulce Amelie Pekes (página 5).

Es que emprender un nuevo negocio consiste, en gran parte, en pensar aquello que se puede brindar a una sociedad constantemente demandante. Un ejemplo es el de San Pedro, donde en lo que va de la cuarentena abrieron al menos cinco nuevas verdulerías, atendiendo a la necesidad de vender los artículos esenciales que los vecinos buscaban durante el confinamiento, como el caso de Elena Álvez Serran, que le sumó al nuevo emprendimiento también el rubro de carnicería. En esa localidad además se pudo ver la reconversión de jóvenes profesionales, como el caso de la diseñadora Marcela Castañeda, quien decidió cambiar el estudio gráfico por un almacén de alimentos orgánicos y artesanías locales (página 6).

La cuarentena afectó de distinta manera a los trabajadores, muchos de los cuales salieron a hacer changas para sobrevivir. En este sentido, el sonidista Ricardo Barronis decidió dedicarse de lleno a su negocio de venta de insumos de sonido e instrumentos tras la prohibición de eventos sociales, al no poder alquilar sus equipos; pero además contó que sus compañeros de rubro se abocaron a tareas de las más variadas: venta de pollos, verduras e incluso yendo a la tarefa (página. 7).

De la misma manera, el sector turístico fue quizás de los más golpeados y los trabajadores del rubro tuvieron que hacer frente a meses de paralización total, sin generación de ingresos, pero con costos fijos que se mantenían. Fue lo que le ocurrió a María Prituluk y Juan Plank, dos emprendedores turísticos que se vieron en serios inconvenientes al tener que cerrar durante meses las puertas. Fue entonces que decidieron volcarse a una actividad totalmente distinta: la fabricación de muebles de madera, actividad que aún hoy- ya con las habilitaciones para operar turísticamente- seguirán manteniendo (pág. 8).

Lo mismo hizo Marcos Bratz, de Montecarlo, quien pasó de ocuparse exclusivamente de sus canchas de fútbol 5, a experimentar el cultivo de verduras a través de la hidroponía, un área que nada tiene que ver con lo que se dedicaba anteriormente. Invirtió los IFE que recibió, sacó un préstamo y apuntó de lleno al nuevo negocio que comienza a tomar forma y a dejar sus primeros frutos, sacando lo mejor de una crisis compleja y profunda (pág. 10).

Hoy, a cinco meses de iniciado el aislamiento social, preventivo y obligatorio en Argentina, numerosas actividades que estaban paradas volvieron a funcionar con los protocolos adecuados. Y aunque muchos trabajadores pudieron retomar sus rutinas laborales, decidieron continuar con esas ideas gestadas en medio de las crisis, ya sea porque fueron rentables o bien, porque encontraron en ellas una motivación.

Nace de esta manera una nueva era de valientes que se animaron a repensar y redefinir las prioridades, enfrentando lo que se viene. El Territorio presenta en esta oportunidad la historia de algunos de ellos, misioneros resilientes, reinventados, que hicieron frente a las adversidades y - con mucho trabajo y esfuerzo -, lograron escribir otra historia: la de los que jamás se rinden. Como lo resumió con excelencia Gustavo Cerati: “Sacar belleza de este caos es virtud”.