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En un año, se duplicó la cantidad de vendedores ambulantes

martes 14 de enero de 2020 | 6:00hs.
Desde el municipio señalan que subió el número de puesteros en inmediaciones de paradas de colectivos.
Desde el municipio señalan que subió el número de puesteros en inmediaciones de paradas de colectivos.
Emmanuel López Del Valle

Por Emmanuel López Del Valle politica@elterritorio.com.ar

El 2019 fue un año difícil para la economía. Con la escalada inflacionaria y una fuerte pérdida del poder adquisitivo, muchas personas decidieron salir a la calle para tener unos pesos extra. Las opciones son múltiples, pero la que más creció en el último año fue el de las ventas ambulantes.
Según indicaron desde el área de Inspección y Servicios de la Municipalidad de Posadas, el número de trabajadores en la calle inscriptos fue de 2.227, cuando en 2018 la cantidad apenas alcanzó los 1.000. Es decir, en un año se duplicó la cifra de vendedores ambulantes en el municipio capitalino, producto de la crisis que marcó el pulso a lo largo de 2019.
En este sentido, los rubros de comidas rápidas y ventas de artículos diversos fueron los más solicitados, y gran parte de ellos se ubicaron en la zona del microcentro posadeño.
A nivel nacional, según el último censo realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) en 2019, unas 81.032 personas se dedican a la venta ambulante, en su mayoría en los rubros de alimentos y textiles.

Más vendedores
En el búsqueda de incrementar el ingreso cotidiano, existe un sinfín de posibilidades entre las que se encuentra la venta ambulante, que creció sustancialmente en el último año.
Lucas Kasafuz, director del área de Inspección y Servicios de la Municipalidad de Posadas, detalló que durante 2019 el número de vendedores callejeros fue de 2.227. Respecto a 2018, la cantidad de trabajadores informales creció ya que, en ese año, rondó los 1.000.
“Por la crisis, muchas de estas personas recurrieron a esta opción para incrementar el ingreso familiar”, consideró el funcionario en diálogo con Acá te lo contamos por Radioactiva.
En este sentido, puntualizó que gran parte de los comerciantes se sitúan en el casco céntrico de la capital: “Allí se concentra la mayor cantidad de vendedores porque es el lugar de mayor visibilidad y movimiento de la ciudad”.
Agregó que, por la temporada de verano, hubo solicitudes por ventas en todos los tramos de la avenida Costanera y en la zona del balneario El Brete.
En cuanto al rubro la categoría Varios, que incluye a los puestos de carritos de comida rápida y los de ventas de accesorios y juguetes, es el más demandado para el trabajo en la calle.
Y, sobre este punto, el funcionario observó que en los últimos meses se elevó el número de vendedores que ofrecen productos polirrubro en las paradas de colectivos.
Además, precisó sobre los costos que deben abonar quienes incursionan en este tipo de actividad. Dentro del microcentro, el precio por el espacio roza los 800 pesos, mientras que por fuera de las avenidas Corrientes, Mitre, Roque Sáenz Peña y Roque Pérez, el valor es de 290 pesos.
“Si bien la mayor concentración de puesteros está dentro de las cuatro avenidas, hay un alto número de trabajadores en la avenida Uruguay, en gran parte de su extensión, y en la Costanera”, precisó Kasafuz.
También indicó que para ejercer la venta ambulante, el trabajador debe cumplir con una serie de requisitos. Ser mayor de edad y no acumular deudas con el municipio son algunos de los puntos más sobresalientes de la normativa.
Por último, el funcionario aseguró que el próximo mes comenzará un nuevo relevamiento para conocer los números correspondientes de la actividad en el período 2020 y estimó que la cantidad se mantendrá respecto a lo observado durante 2019.

Salir a la calle
Como se indicó, varias personas incurrieron en la venta ambulante con el objetivo de sumar más dinero a la economía familiar. Y la opción de la comida rápida, en general, es la que más proliferó en los últimos meses.
La hamburguesa, en este punto, es un producto con amplia demanda y una opción a la que muchos acudieron para generar más ingresos.
“La hamburguesa, sin dudas, es la vieja confiable porque siempre los clientes quieren una, ya sea porque ven de paso o por mero gusto”, señaló Jonathan Vallejos, quien tiene su puesto en la zona de Tambor de Tacuarí y Lavalle.
Por su parte Carlos, jubilado de la administración pública, vio en la venta de hamburguesas una buena opción para sumar al ingreso mensual. Todos los días lleva consigo su carrito en el cuarto tramo de la Costanera.
Sin embargo, producto de la crisis, indicó que la venta de comidas disminuyó en los últimos meses. “La gente piensa dos o más veces antes de comprar algo. Hay días en los que vendo unas 15 hamburguesas y otras, directamente nada. La pérdida del poder adquisitivo influyó en todos los sectores y el clásico del darse el gusto con una hamburguesa ya casi ni existe”, señaló.
En tanto, Marina Gómez, que se ubica en Callao y López y Planes, subrayó: “La venta ambulante es la única opción para ganar un poco más de plata. Hay que salir todos los días a la calle. A veces ni con eso alcanza y con este panorama está difícil llegar a fin de mes; más aún con un gran incremento en la cantidad de competencia, que también se dedica a la venta de comidas rápidas en diferentes lugares”.


La inversión inicial

La instalación de un carrito de hamburguesas implica una primera inversión significativa. En lo que respecta a la adquisición del carro, se debe invertir entre 58.000 y 73.000 pesos, que incluye una plancha para cocinar y un sistema de calefacción. A esto se tiene que sumar un sistema eléctrico, cuya instalación corre por cuenta del propietario.
También hay que sumar los gastos de mercadería, que rondan los 7.000 pesos e incluyen los medallones de carne, pan, jamón, queso, lechuga, tomate, aderezos y elementos de higiene.
Según consignaron, con las ventas del día a día no se llega a cubrir ni la mitad de la inversión diaria, teniendo en cuenta que en días de lluvia o de principios de semana no se registra un gran caudal de compradores.
En promedio, cada hamburguesa se vende a 180 pesos en los puestos ubicados en la Costanera.
En tanto, en los barrios el precio de la comida es menor y puede comprarse a 130 o 150 pesos.



En cifras

81.032

Es el número de vendedores ambulantes en todo el país que relevó durante 2019 la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).