El Negro Rojas, uno de los criminales más peligrosos de los últimos tiempos

miércoles 24 de junio de 2020 | 6:00hs.
El Negro Rojas, uno de los criminales más peligrosos de los últimos tiempos
El Negro Rojas, uno de los criminales más peligrosos de los últimos tiempos

Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

La historia de Néstor Fabián “El Negro” Rojas (52) debe contarse por capítulos, aunque esos capítulos en realidad son fojas de un extenso prontuario en el cual se anotan delitos de narcotráfico y múltiples asesinatos en Misiones.

Su nombre era una ficha repetida en las anotaciones de distintos investigadores, pero su figura tomó mayor resonancia a fines de 2015, cuando descubrieron que estuvo detrás del doble homicidio mafioso perpetrado en la zona de El Acuerdo en Posadas.

A pesar de haber sido identificado como uno de los sicarios que aquella noche actuó para asesinar a sangre fría a Sebastián Vega (35) y a Rodrigo Ibarra (37), Rojas logró mantenerse en clandestinidad agigantando aún más su sombra, pero su fue propia sed criminal la que lo terminó dejando expuesto al cometer otro homicidio, el de su propio socio, casi tres años después.

De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, el narco-sicario como lo presentan los pesquisas, registra sobre sus espaldas dos condenas por narcotráfico y mientras cumplía la última de ellas en la cárcel federal de Candelaria aprovechó un permiso de salida transitoria para nunca regresar y moverse en la clandestinidad durante un largo tiempo.

El doble crimen 

Nada más se supo de él hasta la noche del 17 de diciembre de 2015, cuando en Posadas se descubrió el crimen de dos personas dentro de un Chevrolet Agile que estaba estacionado sobre la avenida Bustamante y calle 97, detrás de la zona conocida como El Acuerdo.

Las víctimas de ese hecho fueron los mencionados Vega e Ibarra. Los cuerpos estaban en los asientos traseros y presentaban varios impactos de bala en distintas partes del cuerpo.

Por la forma en la que fue cometido el hecho, de inmediato surgió entre los pesquisas la hipótesis de un ajuste de cuentas ligado al narcotráfico. 
La investigación del caso fue compleja y desde un principio intervino el magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas. 
Después de varias semanas de pesquisa, los investigadores pudieron dar con los primeros sospechosos y uno a uno fueron cayendo todos los presuntos involucrados, aunque Rojas nunca fue hallado.

La principal teoría que se maneja en cuanto al caso es que Vega fue convocado a ese lugar para un supuesta transacción narco, que en realidad no era otra cosa que una emboscada mortal por las sospechas que recaían sobre él por haber “vendido” un cargamento que anteriormente había caído en Corrientes.

En este caso hay un total de siete personas involucradas con diferentes participaciones, aunque solamente Julio Luis Morínigo, el otro sindicado sicario, se mantiene tras las rejas ya que los demás fueron excarcelados a medida que pasaba el tiempo y la causa continuaba en etapa de instrucción.

Mientras todos estos involucrados desfilaban ante la Justicia y los pesquisas continuaban recibiendo informes de todo tipo en cuanto al caso, Rojas seguía prófugo y era la mayor preocupación de todos. Desde ese momento el narco-sicario se transformó en el hombre más buscado de la provincia y poseía un pedido de captura internacional.

Se sabía que Rojas era tan peligroso como hábil para manejarse en las sombras. Además de los contactos que tenía y las distintas identidades que manejaba, las fuentes sostuvieron que siempre tuvo un poderío económico que le permitió mantenerse constantemente en movimiento por distintos lugares.

Se supo también que el criminal se movía por distintas localidades paraguayas como ser Encarnación, Ciudad del Este y Ápe Aime, frente a Montecarlo. Incluso, en septiembre de 2016, los pesquisas que estaban detrás suyo habían marcado una casa suya en Encarnación para atraparlo, pero el operativo se frustró.

En Misiones, en tanto, se movía por las localidades de la ruta nacional 12. Jardín América, Gobernador Roca, Montecarlo, Eldorado y Puerto Iguazú, formaban parte de su itinerario en la tierra colorada. En la Triple Frontera tiene un hermano y también uno de sus hijos. En esa zona, debido al intenso movimiento de personas y el poco control, se sentía seguro, manifestaron las fuentes en aquél entonces. 

Volver a matar

Pero su figura volvió a quedar en el centro de todo y bajo la mira de los investigadores cuando otro crimen con ribetes mafiosos sacudió a la provincia. 
Fue a comienzos de agosto de 2018, en la localidad de Gobernador Roca, donde el mecánico Aldo Cantero (31) fue asesinado de tres disparos y al llegar al lugar la Policía descubrió una carga de dos toneladas de marihuana ocultas, semienterradas, dentro de una pieza.

De inmediato, los pesquisas comenzaron a trabajar en el caso y en pocos minutos tuvieron frente a ellos una imagen de seguridad que captaba a Rojas junto a la víctima en un supermercado de la zona. Eran amigos. Eran socios. Pero el narco-sicario terminó matando a su compañero después de una cena al sospechar que Cantero estaba a punto de traicionarlo.

De igual forma, la captura de Rojas demoró casi dos semanas. Con cautela y sin ventilar detalles, los investigadores comenzaron a seguirlo en silencio, hasta que el gran golpe se dio.

Fue el 13 de agosto y el múltiple homicida fue atrapado en un complejo de cabañas posadeño donde pretendía realizar una transacción de cocaína a un grupo de entrerrianos.

Por fin, el criminal más peligroso y más buscado de la provincia había caído e iniciaba allí su largo recorrido ante la Justicia.
Sin embargo, detrás de las rejas Rojas tampoco hizo sencilla la labor para las autoridades que lo tenían a su cargo.

Durante cada una de sus comparecencias fue trasladado bajo extremas medidas de seguridad y su estadía dentro de los penales misioneros donde estuvo siempre fue un “fierro caliente”. Dado su perfil, todos temían que en cualquier momento lograse mover sus vínculos para poder fugarse o ser rescatado.

Ante ello, en julio de 2019 se decidió su trasladado al penal de máxima seguridad en Ezeiza, provincia de Buenos Aires, desde donde siguió operando y moviendo sus peligrosos vínculos en el exterior para saciar su sed de venganza. Matar al juez de la causa de El Acuerdo, era el plan. Afortunadamente, falló.