Brasil, ante una jornada decisiva

domingo 28 de octubre de 2018 | 7:31hs.
Brasil, ante una jornada decisiva
Brasil, ante una jornada decisiva
Brasil seleccionará hoy a su próximo presidente. El congresista de ultraderecha Jair Bolsonaro, que lidera las encuestas, ha descrito un Brasil en guerra: con los delincuentes, con los políticos corruptos, con las ideas izquierdistas. La campaña del ex capitán del ejército promete un “gobierno decente, diferente a todo lo que nos llevó a una crisis ética, moral y fiscal”. El éxito de la estrategia electoral se centró en combatir la delincuencia y en cortejar a la comunidad empresarial con la promesa de poner en marcha políticas económicas de corte neoliberal. Por su parte, su rival, Fernando Haddad, es considerado por muchos el reemplazo de su mentor y fundador del Partido de los Trabajadores, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue vetado en la boleta tras una condena por corrupción, por la que está encarcelado. Haddad es el sucesor elegido por él, y el ex alcalde y ex ministro de Educación se esforzó para mostrarse como independiente. Recabó el respaldo de los más fieles al partido, pero un enorme caso de corrupción ha mermado sus filas y Haddad tuvo problemas para convencer a muchos fuera de la órbita de la formación. El centro de la campaña de Bolsonaro fue su promesa de reducir la elevada tasa de criminalidad de Brasil.

La mayor nación de Latinoamérica es la primera del mundo en número total de homicidios. El año pasado, un récord de 63.880 personas murieron asesinadas. Muchos brasileños conviven a diario con el miedo a sufrir atracos. Bolsonaro presentó esta lucha como una moral, entre las fuerzas del bien y el mal. Se comprometió a dar vía libre a la policía en el uso de la fuerza y a aliviar las restricciones de armas para que la población pueda defenderse. Además, sugirió rebajar la edad mínima a la que los acusados pueden ser juzgados como adultos a los 16 años. 

Según él mismo reconoce, no sabe mucho de economía, pero con su elección de un economista que estudió en la Universidad de Chicago, Paulo Guedes, como asesor se ganó a gran parte de la comunidad empresarial. Se comprometió a reducir el tamaño del gobierno, incluyendo recortar el número de ministerios y a reformar las pensiones y recortar algunos beneficios. Además, busca privatizar muchas empresas estatales. Pero dado que se acaba de convertir a la teoría del liberalismo económico, algunos observadores se preguntan por cuánto tiempo y cómo de cerca estará de estos principios. 

Por otro lado, Bolsonaro elogió la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985, calificando ese tiempo como una época más sencilla y segura. Muchos, especialmente los disidentes que combatieron contra ese régimen, se molestaron con esa descripción, señalando que el gobierno militar torturó a miles de personas y mató a cientos. Junto a su promesa de dar “carta blanca” a la policía para balear a sospechosos y sus palabras despectivas hacia muchos grupos minoritarios, algunos temen que con Bolsonaro en el poder puedan perderse derechos civiles y se debiliten las instituciones democráticas. 

En el otro extremo, Fernando Haddad ha hecho del sufrimiento de los brasileños durante una prolongada recesión el núcleo de su campaña, culpando en gran medida a las reformas del presidente Michel Temer, aunque la economía empezó a hundirse cuando el Partido de los Trabajadores estaba aún en el poder. 

Gran parte de su programa busca revertir lo logrado por Temer, incluyendo la retirada del techo de gasto gubernamental y de una ley que flexibilizó las leyes laborales y redujo beneficios. Además propone congelar un plan de privatizaciones y se comprometió a crear empleo, incrementar la inversión pública, abaratar el acceso al crédito y reformar el sistema fiscal para que sea más progresista. 

Además el candidato del partido de los Trabajadores prometió hacer de la inclusión social y económica el centro de su agenda, reduciendo las desigualdades que llevaron a amplios sectores de la sociedad a los márgenes. 

El aspirante a la Presidencia de Brasil expresó que reformará el sistema educativo, ampliará el de salud e incrementará de forma significativa las asignaciones de un programa de bienestar. 

Su foco estuvo especialmente sobre los más pobres y apuntó que implantaría un plan nacional de seguridad alimentaria ante las evidencias de que la recesión mermó los avances en ese sector.

Por otra parte, Haddad acusó al gobierno de Temer de pisotear los derechos de trabajadores, mujeres, negros, indígenas y otros grupos marginados y dijo que la presidencia de Bolsonaro solo empeoraría esta situación. 

Alertó sobre un Brasil gobernado por el odio y la intolerancia y se presentó a sí mismo como el único candidato que puede salvar la democracia. Aunque algunos de los rivales de Haddad en la primera ronda de las presidenciales se han unido en torno a esta idea, muchos han decidido mantenerse al margen, así no logró convertir lo dicho en un grito de guerra generalizado.

Particularidades
Analistas políticos coinciden en que muchos de los electores de Bolsonaro no lo apoyan en las urnas por creer en él o en sus ideas, sino en rechazo a lo que representa su oponente. “Son dos los factores que encarna Haddad”, dijo Vitor Oliveira, analista brasileño de la consultora política Pulso Público. “Por un lado, tenemos el pasado reciente de Brasil, con el gobierno de Dilma Rousseff y una economía deprimida con una inflación de dos dígitos. Por el otro, a un PT con todos los grandes escándalos de corrupción y la prisión de Lula da Silva”, agrega.

Dilma Rousseff fue destituida de la Presidencia de Brasil en 2016 por el Senado. Enfrentó un juicio político por decretos que alteraron el presupuesto de la nación y fue acusada de modificar cuentas antes de su reelección en 2014 para ocultar un déficit en el presupuesto y seguir financiando programas sociales populares. Lula da Silva está preso en Curitiba por corrupción, como resultado de las investigaciones de la operación Lava Jato. 

Por otro lado, Whatsapp, el popular servicio de mensajería instantánea, habría sido empleado para enviar noticias falsas sobre Haddad. La denuncia más concreta es la del diario Folha de San Pablo. Allí se señala a un grupo de empresarios de financiar una red de envío masivo de noticias falsas para perjudicar la candidatura del Partido de los Trabajadores. La justicia electoral brasileña investiga el caso a pedido del PT, que basa su denuncia en la investigación periodística. En tanto, desde el lado de Bolsonaro niegan cualquier conocimiento de ese sistema de noticias falsas.

Otra cuestión es la del odio. Bolsonaro tiene varias frases en las que se ha referido peyorativamente a homosexuales, negros, extranjeros. Algunos ejemplos: “los negros no sirven ni como reproductores”, “sería incapaz de amar a un hijo homosexual”, “las mujeres deben ganar menos dinero que los hombres porque se embarazan y pasan seis meses de vacaciones”. Para André Perfeito, analista económico de la consultora Spinelli, el discurso de odio va dirigido a una parte de su potencial electorado: los brasileños del altos ingresos. “Brasil es un país muy desigual y esa desigualdad se expresa en un tema racial también. Y la discriminación suele ser una característica de las élites del país, las más educadas, las más ricas”.

Perfeito coincide con Oliveira: “Si Bolsonaro gana será porque los pobres votarán por él y lo hacen porque quedaron con recelo y rechazo ante el PT”. En esta segunda vuelta Bolsonaro buscó tener un discurso más inclusivo. 

Jair Bolsonaro ha sido diputado federal por 28 años y a lo largo de ese lapso ha apoyado la dictadura de la década de 1960-1970 en Brasil y ha respaldado a los violadores de derechos humanos de esa época.

Por ejemplo, al argumentar su voto en favor del impeachment a Dilma Rousseff, en 2016, Bolsonaro exaltó la memoria de un torturador de la época militar. “Por la familia, por la inocencia de los niños en el aula, que el PT nunca tuvo, contra el comunismo, por nuestra libertad, contra el Foro de San Pablo, por la memoria del coronel Brilhante Ustra, el pavor de Rousseff, por el ejército de Caxias, por las Fuerzas Armadas, por Brasil por encima de todo y por Dios por encima de todo, mi voto es sí”, dijo en aquella ocasión. Dicho discurso le valió un proceso en la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados de Brasil que luego fue archivado. “No tuvo problema o pudor en elogiar la dictadura y la tortura, que tiene un discurso antisistema y autoritario más que evidente”, dijo Vitor Oliveira.

Sociedad con recalcitrantes divisiones
El sociólogo argentino Ariel Goldsdtein, que trabajó años en Brasil, aseveró en el programa Acá te lo contamos, por Radioactiva 100.7, que “se redujeron las diferencias en las encuestas porque Jair Boslonaro empieza a decrecer y Fernando Haddad a crecer. Pero la diferencia entre ambos es aún de 12 puntos y es
muy grande”. Agregó que “Bolsonaro llegó a tener tanta cantidad de votos porque Brasil tiene una demanda altísima por el tema de la inseguridad, de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, Brasil tiene 17 dentro de ese conteo, la gente ya no aguanta más los índices de inseguridad crecientes, hay al menos 64.000 muertes violentas al año. En ese escenario Bolsonaro quiere darle todo el poder a las fuerzas de seguridad en contra de los delincuentes. Por el otro lado está la denominada operación Lava Jato para encarcelar a políticos corruptos y se creó en la sociedad la idea de que toda la clase política de Brasil es corrupta (que se concretó a través de investigaciones judiciales que no fueron parciales). En este sentido Bolsonaro se presentó como una suerte de salvador en ese marco de anarquía para volver al país al camino correcto. Encima, los partidos tradicionales de Brasil hicieron la peor elección presidencial en años. Hay una gran división en la sociedad”.

Protestas por la censura
Miles de personas protestaron ayer frente al tribunal electoral de Río de Janeiro contra un fallo que obliga a las universidades a retirar pancartas con supuesta propaganda electoral ilegal. 

Los tribunales electorales de otros seis estados emitieron decisiones similares, lo que varios jueces brasileños de alto rango describieron como un golpe a la libertad de expresión.

Algunos testigos dijeron que la mayoría de los materiales incautados por la policía eran críticos a Jair Bolsonaro y a sus simpatizantes, aunque pocos lo mencionan por nombre, o insinuaban que es fascista. 

El ex capitán del ejército niega que sea radical, aunque ha llenado de elogios a la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985. Estudiantes y profesores acusaron al tribunal de Río de ejercer censura y actuar a favor de Bolsonaro, que encabeza los sondeos de opinión de cara a la segunda vuelta de hoy. 

“El tribunal apoya la dictadura” coreaban numerosos manifestantes. Rosa María Weber, presidente del Tribunal Superior Electoral del Brasil, dijo que hubo “posibles excesos en los operativos de la policía en las universidades”.

De su lado, la procuradora general de Brasil, Raquel Dodge, abrió una investigación sobre lo que describió como exageraciones.

Con antelación, la oficina de la Orden de Abogados de Brasil en Río aseguró en un comunicado: “Repudiamos la reciente decisión del tribunal electoral que censura la libertad de expresión de estudiantes y profesores en la escuela de derecho de la Universidad Federal Fluminense, quienes gozan del derecho constitucional de manifestarse políticamente”.

Permiten sufragar a más de 147 millones de electores
Se presenta en el siguiente apartado información tanto general como electoral sobre los comicios que se desarrollarán hoy en el territorio de la República Federativa de Brasil. 

Además de seleccionar al futuro Presidente de la Nación en segunda vuelta electoral, en trece estados del país y en el distrito federal (Brasilia) habrá segunda vuelta para elegir gobernador.

Son dos los aspirantes que compiten por la presidencia en el segundo turno: el candidato ultraderechista y ex capitán del ejército Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal) y el delfín de Luiz Inácio Lula da Silva y ex ministro de Educación, Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores).

Bolsonaro, quien en la primera vuelta se impuso a Haddad por 46 por ciento a 29 por ciento, llega como amplio favorito.

Sin embargo, en los últimos días, las encuestas mostraban una tendencia de acortamiento de la distancia entre ambos, que se mantenía por encima de los diez puntos.
Ganará quien obtenga la mayor cantidad de votos válidamente emitidos, por mayoría simple.
Además los tres estados más poblados del país, San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro, elegirán su gobernador.
Los brasileños se repartirán entre 93.589 mesas receptoras de sufragios instaladas en todo el país para que puedan votar poco más de 147 millones de electores

Se oficializó que habrá 211 mesas habilitadas en el exterior.
Como lo establece la ley local, el voto será mediante urna electrónica.

Se prevé un operativo similar al del primer turno, en el que 280.000 agentes de seguridad entre policías estaduales, municipales y federales estuvieron a cargo de la seguridad durante el proceso electoral en todo el país.

Las mesas abrirán por la mañana y funcionarán durante nueve horas.

Si hay electores en el interior del local de votación que aún no han sufragado, no se puede cerrar el acto comicial.

Tras el cierre de los sufragios en el estado de Acre, comenzarán a conocerse los resultados de la elección presidencial.

Debido al sistema electrónico, se espera que el resultado de las elecciones presidenciales se conozca rápidamente. 

El 7 de octubre, en la primera vuelta, la divulgación del resultado comenzó a partir de la 20 horas. Una hora más tarde estaban computados más del 90 por ciento de los votos válidos. 

Hoy rige ley seca en doce de los 26 estados, por lo que desde la madrugada y hasta concluidos los comicios se prohíbe la venta y consumo de bebidas alcohólicas y la realización de fiestas o eventos. 

En el distrito federal, Río de Janeiro y San Pablo la medida no será aplicada.

Ese país cuenta con una población general de 209 millones de habitantes, distribuidos en una superficie territorial que posee 8.515.759 kilómetros cuadrados que incluyen el territorio continental y oceánico.

Su Producto Interno Bruto es de 2.055.505 millones de dólares, con un ingreso per cápita de 8.580 dólares y se calcula que su desempleo es del 12,3 por ciento, con índices de pobreza superiores al 25 por ciento.