2021-06-20

La primera tormenta

La noche se encrespa y agita. La ventisca arrebata los sentidos y hurga las ondulaciones con osadía. Los truenos irritan con estridencia su arremolinada furia. Las nubes, se trenzan con creciente ímpetu hacia una conversión pasional.

En tanto, un penetrante y reiterado centelleo de rayos precipita la tensión del frenesí. Un repentino turbión sucumbe en un impetuoso alud. A lo lejos, retumba un gemido henchido de paroxismo.

En ese acabamiento, finas y ardientes gotas del vendaval envuelven al todo con su férvida humedad.

De pronto, la atmósfera se descomprime. El cielo destiñe su refulgencia. Los latidos se acallan en una tregua y se disipan en su natural inercia.

Así, dos jadeantes cuerpos regresan a la embriaguez del sosiego.


Predicción
Curioso, intuitivo, temerario; así lo tildaban sus allegados. La medicina se apoderó en su meta suprema, mas supo erigirse en un resistido apotecario. Su inventiva lo plasmó con aportes innovadores para mitigar su aflicción familiar.

En tanto, la fibra literaria le afloró con una tendencia a decires sibilinos. Amalgamó antiguas profecías con sucesos históricos y los cimentó con un alucinante influjo astrológico. Luego, provisto de un lenguaje críptico y metafórico los lanzó con fuerza onírica para dilucidar el futuro.

Quién diría que 500 años más tarde, los mortales sigamos atribuyendo sus palabras a presagios nefastos, y que lo reverenciemos como Nostradamus.

Zamboni es licenciado en Ciencias de la Información y Magister en Educación. Docente universitario e investigador. Foto: Marcelo Rodríguez

Rubén Zamboni

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