2021-05-29

Un símbolo de unión y de representatividad entre colonos

Entre mayo y junio del 2001, los productores de yerba mate de Misiones protagonizaron una protesta en la cual la puesta en escena de los tractores para una marcha marca en el recuerdo de quienes, hace 20 años, fueron partícipes de esa lucha; que persiste año tras año cuando se definen el precio de hoja verde. El tractorazo fue el puntapié inicial para la mejoría en el sector y llamó a la levantar la bandera de unidad yerbatera.

En San Pedro, el cultivo de yerba mate creció de forma exponencial, representando una de las alternativas agrícolas motor de la economía local. El sector atravesó por momentos muy críticos, precisamente si se retroce al año 2001, muchos yerbales en la Capital de la Araucaria fueron abandonados, muchos productores junto a sus hijos, debieron recurrir a trabajos en obraje en otras provincias a fin de subsistir.

“La chacra no daba para nada, no se podía vivir de lo que se tenía, era muy crítico, por mil kilos de hoja verde nos daban un bidón de aceite y una bolsa de harina, eso era la ganancia por año”, recordaron Ariel Steffen (42) y Eugenio Korostinski (44), que impulsados por sus padres, se sumaron al tractorazo, y en el caso de Eugenio, aún conservan la maquinaria en un estado impecable (un Deutz A46). En aquellos años, la dificultad para mantener limpios los yerbales, reparar herramientas, era casi imposible; los tractores tenían cubiertas desgastadas y la mayoría no tenía arranque.

Incluso para participar del tractorazo desde San Pedro, realizaron una especie de llamado a la solidaridad solicitando donaciones con combustible y en un antiguo camión cargaron un tractor y estuvieron quince días en la protesta, empujando la lucha yerbatera con la esperanza de que el sacrificio de los colonos llevara a un futuro mejor. El futuro se define con valor del producto, por lo que en esa oportunidad acordaron la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate. En ese sentido, existe un descontento con el Inym, porque en varias oportunidades el directorio no se puso de acuerdo y el precio fue a laudo, donde desde el Ministerio de Agroindustria, suelen definir un precio muy por debajo a lo que responde a la inflación.

Steffen enfatizó: “La creación del Inym fue un logro de ese tractorazo pero vemos que no está cumpliendo con el principal objetivo, definir un precio justo para la yerba . Este año es vergonzoso que no hayan llegado a un acuerdo y desde Nación se laudó un valor 29,70 cuando nos están pagando 43 pesos el kilo”.

En lo que respecta a los cambios en la vida del productor yerbatero luego del tractorazo, fue positivo;  después de tres años del acontecimiento histórico, comenzaron a notar los primeros beneficios, el precio se ajustaba a la realidad y las chacras volvieron a representar el lugar donde las familias mediante el trabajo diario avancen en la tecnificación de las chacras, implementación de herramientas, ampliación de hectáreas de yerba, las que por cierto, jamás fueron abandonadas.

“Fue muy duro, en esa época éramos jóvenes, teníamos muchas energías e íbamos a defender un legado familiar, el de trabajar la tierra. Nos animábamos pese al cansancio, así como el tractorazo tenemos que seguir siempre unidos”,  concordaron los productores. 

 

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