2018-09-01
El charruísmo guaraní
“Gran parte de la población uruguaya, asegura Palacios, desciende de los guaraníes misioneros. Eso ya está estudiado por antropólogos: fue tan grande la avalancha de guaraníes que venían a apoyar a Artigas al Uruguay que sobrepasaron en número a los habitantes naturales. En 1829 Rivera se vino con 9000 indios y fundaron Bella Unión. En gran medida, los uruguayos somos guaraníes. Y venimos de pueblos incendiados, porque lo fueron por los ejércitos portugueses. En el libro se transcriben los Partes del mariscal Chagas que tuvo a su cargo dejarlos hechos cenizas. Lamentablemente, se perdió la documentación de bautismos y casamientos. En los antiguos registros consta que en el surgimiento de Salto, por ejemplo, la población provenía de Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé y Apóstoles. Augusto de Saint Hilaire -naturalista francés- llegó al campamento portugués de Salto (1821); en ese tiempo comienzan los bautismos (por el Capellán portugués) cuyas copias están en la Parroquia del Carmen y en ellos se aprecia la cantidad de niños guaraníes que provenían de aquellos pueblos. A mi juicio, el charruísmo ha sido una construcción para desviar la atención; en la destrucción de las Misiones se ocultaban fuerzas europeas antagónicas con la Iglesia (¿masonería?). Heredamos de los guaraníes la costumbre de bañarnos todos los días: cuando los jesuitas levantaban las reducciones (1609) las instrucciones eran: buscar un lugar con leña y con agua, porque esa gente tenía la costumbre de bañarse todos los días. En los pueblos del interior todavía es común ver que a las cinco de la tarde los paisanos salen a la vereda a matear, bañados, limpios; el aseo personal es, entonces, otro legado guaraní, aparte del mate”.
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