Piratas en todos lados

domingo 12 de febrero de 2012 | 0:00hs.

Gestos de piraterías hay en todas partes. La inhabilitación de un juez, que luchaba contra la corrupción. Un sindicalista que se hace pasar por obrero de la minería y deja mal parada a la Presidente. El avance colonialista sobre Malvinas, el escándalo por Jazmín. Hasta las irregularidades en  yerbales de Misiones

 

Piratas del Caribe es una de las zagas más conocidas en la ficción y de gran éxito en el cine. El personaje protagonizado por el actor estadounidense Johnny Depp en la piel de Jack Sparrow, reconoce su deshonestidad. “Y de un hombre que no es honesto sólo se puede esperar que no sea honesto”, sostiene el fulano que entre otras cuestiones intenta recuperar su barco, bautizado como “el perla negro”. En forma cotidiana, algunas perlitas se transforman en una verdadera “perla negra”. Es lo que sucedió en España, no por la rareza o belleza del color de estas piedras preciosas, sino por opacarse esta semana una reconocida carrera profesional. Fue a partir de una  decisión del Tribunal Supremo español de condenar al juez Baltasar Garzón a 11 años de inhabilitación, lo que implica el fin de su carrera judicial. El fallo fue considerado como “objeto de una persecución”, según afirma la mayoría de los ciudadanos españoles (un 65%) de acuerdo a un sondeo realizado por el diario El País. La misma encuesta indica que el 65% opina adecuado grabar las conversaciones dadas las condiciones de la causa, y que fueron motivo de la sentencia por prevaricato.  Como se recordará, el juez español Baltasar Garzón fue juzgado en tres juicios. Uno por pretender reabrir los crímenes del franquismo, otro por cobros en cursos dictados en Nueva York y el tercero, por el que acaba de ser condenado, el llamado “caso Gürtel”, donde el Tribunal lo halló culpable de intervenir las comunicaciones en prisión de los cabecillas de la trama que salpica al gobernante Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy. De este modo y con 56 años de edad, Garzón queda expulsado de la carrera judicial a la que dedicó más de 30 años de su vida, ya que no puede recurrir ante otra instancia judicial española. Garzón hizo público su rechazo frontal a la sentencia, al plantear que sus derechos, a lo largo del procedimiento, “han sido sistemáticamente violentados, mis peticiones de defensa desatendidas, el juicio oral una excusa, para, con ello, poder dar forma a una sentencia que ya estaba anunciada desde hace meses”.