Por sorpresa y a corta distancia, el video del ataque a balazos en el barrio Vista Alegre de Irigoyen
Las imágenes son tremendas y marcan una impunidad brutal. Un video de 90 segundos registrado por una cámara de seguridad domiciliaria muestra la frialdad del ataque a balazos que el pasado 29 de agosto sufrió Brian V. (20) en el barrio Vista Alegre de Bernardo de Irigoyen. Sobrevivió de milagro, y teme por su vida ya que el atacante fue detenido e imputado pero actualmente está en libertad. Es más, vive en la misma cuadra.
La secuencia de la filmación, que está en poder de las autoridades judiciales, se inicia con el ingreso de la víctima a su propiedad, al mando de un Renault Sandero. Disminuye la marcha para hablar con una persona que se acerca y segundos después aparece en foco el tirador, con remera roja y pantalón claro, empuñando un arma de fuego de calibre 9 milímetros. Por sorpresa y a corta distancia comienza a disparar.
Los balazos dirigidos al conductor, obligan a la persona con quien estaba hablando a retroceder sobre sus pasos para ponerse a salvo. La víctima también reacciona y acelera en el patio con dirección a su casa. Hace un giro dejando el coche de frente a la zona de donde provenían los disparos, luego abre la puerta, se baja, e inclinando el cuerpo se pone a correr, cubierto a medias por el coche y un árbol que obstaculizan la visión del atacante.
En la calle, el presunto sicario se detiene unos segundos y parece recargar el arma. Luego amaga con retirarse, pero al final regresa y observa, se asegura de que no haya movimientos, pero con cuidado, como esperando un contraataque.
Los vecinos, ocasionales testigos, viven el episodio con absoluta naturalidad, algunos observan, otros circulan y otros continúan su ritmo diario.
En el interior de la casa el blanco de los disparos estaba herido, porque uno de los proyectiles impactó en su cuerpo pero no dañó los órganos vitales, por lo que estuvo internado un par de días en el hospital de Eldorado hasta que recibió el alta y regresó a su casa.
Como autor de los disparos fue detenido un vecino del barrio, de la cuadra, identificado Sergio de G. (53), quien tras el ataque -según la Policía- se dio a la fuga en una motocicleta Honda XR. Fue capturado en inmediaciones de una entidad bancaria, alrededor de tres semanas después del ataque y consecuente allanamiento en su vivienda.
Estuvo privado de la libertad e imputado por el titular del Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro, Ariel Belda Palomar, por los delitos de portación ilegal de arma de fuego y lesiones leves, por lo que a pedido de su defensa, hace poco el magistrado decidió su excarcelación.
Hipótesis
Extraoficialmente El Territorio pudo saber que para los investigadores el intento de asesinato de Brian en Vista Alegre podría ser correlato de lo sucedido hace casi dos años (28 de diciembre de 2022) con el ataque a balazos a sus padres, que derivó en el brutal crimen de su mamá, la docente Carla Betina de Olivera, de 37 años. La educadora estaba al mando de un Renault Sandero Stepway en una calle interna del barrio Provincias Unidas cuando fue alcanzada por una ráfaga de disparos de sicarios movilizados en motocicletas. Su marido, Ismael Sergio B. C. (42), iba de acompañante y resultó herido.
Sobre aquel hecho, la hipótesis más fuerte apuntó a que no era ella el objetivo, sino el hombre. La información recolectada por ese entonces marcó que se dedicaba al cambio de divisas en la línea de frontera y que justamente, la docente, tras cumplir su jornada laboral en la escuela, había ido a buscarlo a ese punto caliente de la ciudad fronteriza. Los vecinos aseguraron que el hombre movilizaba vino y combustible, tal y como publicó en su momento El Territorio, y sobre esto último, se dijo que era habitual verlo circular en una camioneta con una cisterna arriba.
También se apuntó que el hijo de la mujer estaba relacionado a estas actividades, por eso el ataque a balazos que sufrió hace poco menos de un mes fue relacionado casi de modo directo con el submundo del contrabando fronterizo. De todas maneras la investigación policial continúa para confirmar o descartar esta teoría, en tanto el denunciante requirió custodia policial por temor a que el acusado, en libertad, decida atacar nuevamente.
Sicariato y frontera
Ejecutado frente al hijo
Bajo idéntica modalidad, en noviembre de aquel mismo año ejecutaron a tiros al comerciante Rafael Antúnez de Olivera (45) mientras esperaba la luz verde del semáforo acompañado por su hijo de 13 años, testigo directo de los balazos mortales.
Se movilizaban en una camioneta Chevrolet Montana sobre la avenida Andrés Guacurarí, a pocas cuadras de la comisaría de la comuna cuando recibió al menos dos disparos de arma de fuego. El asesino circulaba en una moto que se detuvo al lado aprovechando que el semáforo estaba en rojo. Tampoco existen sospechosos detenidos.
En el sangriento entramado que actualmente tiene a dos familias sumidas entre el luto y la incertidumbre, debiendo sepultar a uno esperando encontrar con vida al otro, nuevamente aparecen como pieza clave los negocios reñidos con la legalidad ligados al contrabando, un factor común en todos los demás.
Diego fue asesinado cuando se acercó a la casa del agresor para pedir explicaciones sobre la desaparición de Maximiliano, ya que éste trabajaba con Zang en el tráfico de vinos en la frontera. La violenta secuencia fue registrada por una cámara de seguridad y si bien el asesino se entregó a las autoridades, del desaparecido no existe un solo indicio.
El crimen de Chany Fernández
En la mañana del 23 de septiembre de 2022 Sebastián "Chany" Fernández Da Rosa fue ultimado a tiros en un depósito de mercadería ubicado en el límite con Brasil. El asesino, a bordo de una motocicleta, impactó varios disparos contra Da Rosa y luego se dio a la fuga. Los familiares de la víctima fueron quienes lo llevaron al hospital local, donde se confirmó su deceso.
El hombre, dueño de varias propiedades en la zona de frontera, estaba involucrado de modo directo en la organización de competencias de jeeps y buggies siendo parte del Jeep Club Los Indomables y además participaba con su grupo cercano en actividades campestres. "Fue clave en la creación del cuerpo de bomberos voluntarios", añadió un conocido. En ese contexto su familia sigue reclamando justicia pero la investigación está estancada.
El crimen de la docente
En diciembre de 2022, como refiere el inicio de esta crónica, la víctima en ese caso fue una docente Carla Betiana De Olivera, de 37 años. La mujer estaba en el asiento del conductor de un Renault Sandero Stepway de su propiedad cuando fue alcanzada por una ráfaga de balas, que aparentemente tenían a su marido como destinatario.
Lindomar De Oliveira Cunha
El 23 de mayo del año pasado la víctima fue identificada como Lindomar De Oliveira Cunha, comerciante dedicado a la venta de vinos en la localidad fronteriza con Brasil.
Según se reconstruyó, la víctima estaba en un bar cercano a la línea de frontera, en el barrio Provincias Unidas, cuando llegaron dos sicarios en moto y abrieron fuego. La muerte lo encontró en el asiento de su vehículo, que estaba estacionado. Recibió al menos cuatro disparos de arma de fuego. Los asesinos llegaron de Brasil y hacia allá huyeron cuando lograron su cometido. De Oliveira Cunha fue asistido en el lugar por varios vecinos, se logró su traslado al Hospital local pero allí murió una hora después.
Cesar Caytano, hijastro de Lindomar
El 9 de febrero de este año un nuevo homicidio sacudió a la localidad de Bernardo de Irigoyen. Se trató de un nuevo hecho de sicariato dirigido a Cesar Caytano, de 23 años, con domicilio en Paraje Dos Hermanas. Era hijastro de Lindomar De Oliveira Cunha y la principal hipótesis lo vinculó al contrabando, puntualmente una deuda de ese submundo que no fue saldada.
El homicidio quedó registrado en cámaras de seguridad del domicilio donde se encontraba Caytano en el barrio Vista Alegre, quien estaba con otra persona. En la impactante escena se puede observar que tres personas de apariencia jóvenes llegaron al lugar con capuchas y fueron directo hacia el joven para disparar sin que pudiera tener algún tipo de reacción.
Solo uno de ellos disparó y se fueron del lugar rápidamente, sin importarle el acompañante y dueño de casa, que huyó del sitio cuando los vio ingresando al patio. La víctima murió en el acto y quedó tendida en la silleta en la que estaba. Recibió 9 balazos a corta distancia y murió a los pocos minutos.