Iluminado en París

El desahogo llegó. Fueron meses de trabajo, entrenamientos, perseverancia y concentración en un objetivo fijo. Hubo que relegar seres afines, momentos de ocio, entre otros, para volcarse de lleno al gran objetivo, que ayer trajo el regalo más esperado, la medalla paralímpica. Sí, Juan Samorano no olvidará jamás esta gesta, la llevará en el corazón, será constantemente causa de los momentos gratos y por qué no, el mejor estímulo para proyectar nuevas metas.

Es que el taekwondista y Antonella Ruiz Díaz en atletismo cosecharon las primeras preseas de Argentina en la cita, logro a toda luz (más info, página 21).