AstraZeneca admitió que su vacuna contra el COVID-19 puede generar efectos colaterales extraños
El laboratorio AstraZeneca admitió que su vacuna contra el COVID-19 tiene efectos secundarios inusuales después de una demanda colectiva por las peligrosas consecuencias que produjo la aplicación de la vacuna en un grupo de pacientes.
El gigante farmacéutico está siendo demandado en un reclamo colectivo por afirmaciones de que su vacuna, desarrollada con la Universidad de Oxford, causó muerte y lesiones graves en decenas de casos.
El laboratorio impugnó esas afirmaciones, aunque reconoció en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior en el mes de febrero, que su vacuna Covid “puede, en casos muy raros, causar TTS”, que es el síndrome de trombosis con trombocitopenia, provoca que las personas tengan coágulos de sangre y un recuento bajo de plaquetas en sangre.
Los científicos identificaron por primera vez un vínculo entre la vacuna y una nueva enfermedad llamada trombocitopenia y trombosis inmunitarias inducidas por vacunas (VITT) ya en marzo de 2021, poco después de que comenzara el lanzamiento de la vacuna Covid-19. Los abogados de los demandantes argumentan que VITT es un subconjunto de TTS, aunque AstraZeneca no parece reconocer el término. AstraZeneca deberá revelar los casos de trombosis sufridos por gente que haya recibido la vacuna entre el 27 de diciembre de 2020 y el 19 de febrero de 2024.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la vacuna Astrazeneca?
Se conoce como el síndrome de trombosis con trombocitopenia, una afección médica en la que una persona sufre coágulos de sangre junto con un recuento bajo de plaquetas. Las plaquetas suelen ayudar a que la sangre se coagule.
Si bien, desde hace dos años se había estado evaluando este efecto secundario, esta es la primera vez que la compañía admite ante el tribunal que su vacuna puede causar la afección. Sin embargo, teniendo en cuenta el número de demandantes, esta situación estaría generando preocupación.
Uno de ellos, es Jamie Scott, padre de dos hijos e ingeniero informático, quien presenta una lesión cerebral permanente luego de un coágulo de sangre y una hemorragia cerebral después de recibir la vacuna en abril de 2021. Desde entonces no ha podido trabajar. El suyo es uno de los 51 casos actualmente presentados ante el Tribunal Superior en busca de daños y perjuicios, cuyo valor se estima en unos 100 millones de libras esterlinas, es decir unos 125 millones de dólares estadounidenses.
Scott ahora tiene mala memoria, tiene problemas para leer, escribir, escuchar y hablar, está parcialmente ciego de ambos ojos y sufre de dolor y fatiga.
Dice que no puede conducir ni participar activamente en la vida de sus hijos. “Todo en mí ha cambiado. Todo es difícil”, afirmó en una entrevista local. “Estoy feliz de estar vivo. Pero soy una sombra de lo que fui y cada día es difícil”.
Sarah Moore, socia del bufete de abogados Leigh Day, que presenta las demandas legales, dijo: “A AstraZeneca le ha llevado un año admitir formalmente que su vacuna puede causar coágulos sanguíneos devastadores, cuando este hecho ha sido ampliamente aceptado por el sector clínico”.
“En ese contexto, lamentablemente parece que AZ, el Gobierno y sus abogados están más interesados en jugar juegos estratégicos y acumular honorarios legales que en abordar seriamente el impacto devastador que su vacuna AZ ha tenido en las vidas de nuestros clientes”.
El comunicado de AstraZeneca
En un comunicado, AstraZeneca dijo: “Nuestra solidaridad está con cualquiera que haya perdido a sus seres queridos o haya informado de problemas de salud. La seguridad del paciente es nuestra máxima prioridad y las autoridades reguladoras cuentan con estándares claros y estrictos para garantizar el uso seguro de todos los medicamentos, incluidas las vacunas.
“A partir del conjunto de pruebas obtenidas en ensayos clínicos y datos del mundo real, se ha demostrado continuamente que la vacuna AstraZeneca-Oxford tiene un perfil de seguridad aceptable y los reguladores de todo el mundo afirman sistemáticamente que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de posibles efectos secundarios extremadamente raros”.