El juicio contra Manuel Rivero camino a realizarse otra vez desde el principio

Tras su suspensión por un cuadro de dengue del presidente del TP1, Ángel Cardozo, la jueza Cukla inició hoy su licencia
lunes 11 de marzo de 2024 | 11:07hs.
El juicio contra Manuel Rivero camino a realizarse otra vez desde el principio
El juicio contra Manuel Rivero camino a realizarse otra vez desde el principio

A falta de una notificación oficial, el juicio contra el albañil Manuel Rivero (59), quien está acusado de intentar matar con un arma de fuego a tres personas, que empezó el lunes 26 de febrero en el Tribunal Penal Uno y se suspendió un día después, está prácticamente caído.

Como informó este medio, tras dos de las cuatro jornadas realizadas, el presidente del Tribunal, Ángel Dejesús Cardozo, presentó un certificado médico por síntomas compatibles con dengue. Más allá de su voluntad de que se retome la semana pasada, el tiempo de recuperación era incierto y finalmente esto no sucedió.

Cardozo volverá a sus funciones el miércoles, pero en medio se conoció otro impedimento. La jueza Viviana Cukla, también parte del Tribunal, sacó licencia compensatoria que inició hoy y se extenderá hasta el 21 de marzo. La misma ya había sido solicitada con antelación - en febrero - y aprobada por el STJ.

Con esto, fuentes ligadas al proceso explicaron a El Territorio que hay dos vías posibles: que haya un acuerdo entre las partes para la firma de un abogado o que el juicio finalmente se caiga y se deba realizar uno nuevo.

Con la primera opción descartada antes del debate, todo indica que el juicio vuelve a foja cero y se deberá establecer una nueva fecha de inicio. Así se abre también la posibilidad de que el sospechoso solicite su libertad, debido a que los plazos de prisión preventiva están ampliamente excedidos.

De todas formas, según pudo constatar El Territorio con fuentes de la Defensoría y el Ministerio Público Fiscal, hasta el momento no hay una notificación oficial y, por lo tanto,  tampoco certeza de cómo seguirá todo.

El juicio

En las dos jornadas de debate desarrolladas, los testigos coincidieron que el sospechoso ideó un plan para que su ex pareja, Elisa De Souza, víctima principal y expareja del acusado. Por su parte, en el primer día Rivero expresó “soy responsable del hecho pero no recuerdo nada” tras escuchar el auto de elevación a juicio.

Según el expediente, los hechos ocurrieron cerca de las 7.30 del 14 de diciembre de 2017, cuando Rivero ingresó de forma imprevista y armado con una pistola calibre 22 al domicilio de su expareja Elisa De Souza, ubicada sobre la avenida Avellaneda del barrio San Marcos de Posadas.

En ese contexto, el hombre sorprendió a la mujer que se encontraba tomando mate en la galería de la vivienda, luego de haber acompañado a sus hijos a la parada de colectivos, ya que estos se dirigían a la Terminal de Ómnibus porque tenían previsto un viaje con el imputado a la localidad correntina de Ituzaingó.

En tanto, asustada y aterrorizada, la mujer le preguntó al acusado qué hacía allí. A lo que Rivero, tirando la pistola en un sillón, le respondió: “Vos sabés lo que voy a hacer. Si no sos mía, no vas a ser de nadie”.

Acto seguido, De Souza lo empujó e ingresó a la casa para escaparse del hombre por la puerta de atrás y ponerse a salvo. Sin embargo, a pesar de estar en la vía pública, el hombre no detuvo su amenaza y la siguió hasta la parada de colectivo.

Allí se encontraba esperando el colectivo Arnaldo Álvez, un joven del barrio que fue utilizado como escudo de De Souza, quien buscaba escapar de su expareja.

Esta situación habría provocado enojo por parte de Rivero, quien le gritaba a la mujer que regrese a la casa y ante la negativa efectuó un disparo que impactó primero en la zona palmar del joven y luego atravesó el brazo izquierdo de la madre de sus hijos, que ocasionó la fractura del húmero.

Ante este disparo las dos víctimas cayeron al suelo. Pero esto no le habría importado al imputado, ya que aparentemente con intenciones de terminar con la vida de la mujer realizó casi a quemarropa dos disparos más hacia la persona de De Souza, proyectiles que ocasionaron lesiones graves en la rodilla y en el hemitórax derecho.

Al pensar que había terminado con la vida de la mujer, el albañil huyó del lugar pasando momentos después por el frente del kiosco que pertenecía a la vecina Rosalba Ramírez, donde ejecutó otros tres disparos que impactaron en la ventana y pared de la vivienda de la mujer, que no sufrió lesiones debido a que pudo refugiarse dentro de la casa tirándose al piso.

Testimonio

“Escuché un ruido, él estaba detrás de mí y sonreía con un arma en la mano”, explicó con angustia De Souza en su declaración el segundo y por ahora último día de debate. En esa línea, recordó: “Tiró el arma en una silla. Le pregunté qué iba a hacer y él me respondió que yo ya sabía, que me iba a matar, ‘porque si no sos mía, no sos de nadie’”. 

Continuó su relato manifestando que en ese momento pensó que realmente Rivero la mataría, por lo que lo empujó contra una pared y salió corriendo hacia el interior de su vivienda, para luego salir por la puerta trasera sin rumbo preciso. “No sabía qué hacer ni dónde ir”, recordó.

En su apuro por escapar y ponerse a salvo, se dirigió a la parada de colectivos porque vio que se encontraba un chico. Le contó lo que estaba ocurriendo y el joven, al tomar conocimiento de la situación, “me dijo que me ponga detrás de él”, indicó.

Tres disparos

Sin embargo, eso no fue suficiente para que Rivero frene su accionar, ya que ejecutó un disparo que impactó primero en el brazo del joven para luego atravesar el brazo izquierdo de la madre de sus hijos, que ocasionó la fractura del húmero. En esas circunstancias, mencionó que “el chico salió a correr y yo caí. Cuando estaba en el piso, él (Rivero) me tiró dos veces más y después salió corriendo”.

Respecto de los siguientes minutos tras haber recibido los tres disparos, expresó entre lágrimas que “mi cuerpo no lo sentía. Escuchaba los murmullos de la gente y nada más. Recuerdo que llegué al hospital y no recuerdo más nada”.

Por otro lado, De Souza narró que “me sentí amenazada por él toda la vida. Siempre me amenazó y me decía que tenía que estar con él”. En ese punto, la mujer enfatizó que las primeras violencias las recibía cuando “los chicos dormían o no estaban”, pero que en el último tiempo de convivencia lo hacía “hasta con los chicos presentes”.

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