Pidió ser solidario con los que menos tienen

“Hay una profunda insensibilidad con los problemas de la gente”

El padre Alberto Barros, cara visible de Cáritas, criticó la gestión del gobierno nacional y su plan de ajuste. Sobre la situación social actual consideró que “hay cada vez más pobres y gente que por primera vez, y con vergüenza, se acerca a pedir ayuda”. Afirmó que el contexto social es peor que el 2001 por “la falta de diálogo” de las autoridades
sábado 02 de marzo de 2024 | 6:00hs.
“Hay una profunda insensibilidad  con los problemas  de la gente”
“Hay una profunda insensibilidad con los problemas de la gente”

El padre Alberto Barros (66) es desde hace once años la cara visible de Cáritas Posadas y a través de su misión es la voz de los más necesitados. Siempre habló de los problemas de los olvidados, de los sufrientes, sin importar el color del partido gobernante, y ahora, cuando la crisis pega fuerte, es fuente de consulta y palabra autorizada para hablar de la situación social.

El religioso llegó a Posadas hace 23 años como parte de su tarea sacerdotal. Estuvo a cargo de distintas parroquias de la capital provincial y es hoy una parte importante de la comunidad por su trabajo, sus obras y su compromiso con los más humildes.

Por la mañana no para de atender pedidos y requerimientos que llegan a la sede de Cáritas en el Obispado de Posadas y por la tarde trabaja en la Parroquia Sagrada Familia. Además, se toma unos minutos para ver los noticieros y leer noticias por lo que no le escapa a ningún tema.

¿Cómo ve la realidad social usted que camina los barrios y está cara a cara con la gente?

En primer lugar, lo que siempre digo es que las opiniones desde Cáritas no son partidarias ni hacemos política partidaria, nuestras opiniones y convicciones son desde la fe en Jesucristo, que amó a todos, particularmente a los más pobres, los sufrientes y sin excluir a nadie, y lo hacemos profundamente desde la parte humana. En ese contexto podemos opinar que la realidad que estamos viviendo es muy dura, vemos situaciones muy duras para la gente más pobre, pero en este momento todo ha empeorado de una manera enorme. Si bien, insisto, veníamos mal, ahora estamos muchísimo peor. Los pobres están cada vez más pobres. Hay una clase media que se empobreció y que pide ayuda.

El papa Francisco en su mensaje a los jueces argentinos fue bien claro al respecto. No se pueden permitir políticas inhumanas, de empobrecimiento. El Papa también dijo: ‘Ustedes son el último resguardo para cuidar los derechos de la gente, donde más que nunca se necesita un Estado presente que se haga cargo de una redistribución de la riqueza desde una mirada de justicia social’. Esto generó una crítica del vocero presidencial -Manuel Adorni- y de parte del gobierno diciendo que no comparten ese mensaje y por lo que vienen diciendo ellos tienen una mirada muy distinta de la justicia social. Para ellos la justicia social es un robo, sin siquiera buscar entender.

En esa mirada distorsionada que hay del gobierno nacional sobre la realidad, hay una profunda insensibilidad con los problemas de la gente. Parece que lo único que importa son los números, sólo se habla de números para que las cuentas cierren, para lograr el superávit fiscal con todo lo que eso implica en la gente. Tenemos un déficit cero, pero la gente no tiene sus remedios, la quita de asistencia alimentaria a los comedores barriales que cada vez contienen a más chicos y familias enteras que van a pedir ayuda.

¿Llama la atención la insensibilidad del gobierno en temas sociales?

Sí, a mí me llama mucho la atención. Yo tengo 66 años y vi pasar todo tipo de gobiernos nacionales, pero a este nivel insensibilidad nunca me pasó. Hay una desconexión muy fuerte de la realidad, como si sólo sirve lo que dicen tres o cuatro personas, donde sólo cuenta el número y que las cuentas cierren sin importar si hay personas sufriendo a lo largo y lo ancho del país.

Como si no hubiera una clase media que se va empobreciendo cada día. Eso lo vemos en todos los espacios comunitarios que tenemos donde cada vez más pedidos de ayuda. Y no sólo de los más pobres que no pueden levantar el día a día pese a que hacen changas, se desviven para llevar un plato de comida y no les cierra el poder adquisitivo para poder adquirir los mínimos alimentos, ni hablar de medicamentos. Hay gente que se está deteriorando rápidamente por falta de alimentación adecuada, por falta de medicamentos, por falta de una atención médica adecuada, ni hablar de vivienda, gente que se está quedando sin poder pagar un alquiler, gente que se está quedando en la calle con despidos, pymes que cierran, industrias que paran su producción. Todas esas realidades no se las puede festejar como se está festejando desde el gobierno nacional por tener el déficit cero. Yo les diría “miremos el desastre que estamos dejando por tratar de alcanzar un número”.

En nuestros espacios sociales no sólo tenemos gente pobre, sino cada vez tenemos más jubilados a los que no les alcanza la plata, gente de clase media a la que ya no le alcanza para comprar un remedio, un anteojo, gente que se acerca con vergüenza porque nunca en su vida pidieron, pero hoy no les queda otro camino que pedir ayuda. Hay un deterioro social muy fuerte.

A mí me asombra que con la visita hace unos días de la segunda del Fondo Monetario Internacional (FMI), ella pidió que no se haga el ajuste en las familias más pobres, en los jubilados. Si lo dice el FMI, es porque estamos mal y desde Nación se sigue machando y ajustando más de lo que pide el organismo internacional, que nunca se caracterizó por tener sensibilidad social.

El FMI dice ‘cuiden que haya contención social’ y también pide consensos políticos que es otro tema que hoy no tenemos. Me asombra la incapacidad de escuchar del gobierno nacional. Estamos en democracia, se puede pensar distinto. En un país normal se dialoga, el Congreso es un ámbito de diálogo y construcción de consensos, pero me asombra que si no se hace como ellos quieren no hay diálogo y hoy se cortaron todos los canales y puentes que se podían tener y eso nunca lo vi.

¿Hasta cuánto puede aguantar la contención social que pueden dar desde Cáritas, las organizaciones sociales, los comedores? Pasamos el 2001, que fue un momento muy difícil...

La situación hoy es peor que el 2001 porque no hay ninguna voluntad de diálogo, de convocar a una mesa de encuentro. Yo recuerdo que en el año 2001 se llamó a una mesa de diálogo argentino para tratar temas urgentes, donde estuvieron todas las partes, la política, las organizaciones no gubernamentales. Hubo búsqueda de consensos para ver cómo se enfrentaba la crisis, pero hoy no hay nada, no hay ningún espacio de diálogo y ni siquiera está en la agenda. No atiende a los gobernadores, que son los que tienen el pulso de las provincias.

Cuando se construye un canal de diálogo se lo dinamita y se lo desacredita. Entonces, ¿quién escucha los reclamos? Los pocos funcionarios que mostraron voluntad de diálogo terminaron renunciando y renuncian porque no pueden llevar adelante ninguna política con nadie. Entonces uno se pregunta hasta dónde podemos seguir construyendo.

A mí me asombra, y lo digo con todo respeto, nunca vi un presidente que se pasa tantas horas en las redes sociales y se preocupe tanto por eso. No caminando nuestro país, no escucha a la gente, a los gobernadores, no conoce la pobreza que hay. Vive una realidad encerrado en las redes sociales y generando mucha violencia, que a su vez es replicada en la vida cotidiana.

Si tenemos un presidente insultando, amenazando con un lenguaje despreciativo a cualquiera que piense distinto, sea de la cultura, de los organismos sociales o con los más cercano. Se peleó con el gobernador de Chubut que no es de un partido opositor, sino uno que lo iba a ayudar a gobernar. Se pelea con sus diputados del mismo palo, a más de uno lo trató de traidor, cosas muy violentas. Algo está pasando, hay mucha violencia institucional desde la máxima autoridad del estado y es porque algo está pasando.

Como dice Francisco, hay que construir puentes, diálogos. Y como dice el Papa, el todo tiene que ser superior a lo individual y a las partes. Podemos y debemos tener que dialogar y podemos pensar distinto, pero busquemos puntos de encuentro. Pero parecería que eso está fuera de la agenda.

El gobierno legitima todo con la frase ‘la gente eligió esto’...

Te respondo con la palabra del papa Francisco ‘La legitimidad de origen no alcanza si no hay legitimidad en la gestión’. No basta decir a mí me votó el 56%. Esa legitimidad no sirve si no va acompañada por la gestión. Es más, decía el Papa en su mensaje a los jueces ‘qué sentido tiene el poder para gobernar, si no se construye una sociedad más justa, una sociedad mejor’. Entonces, la legitimidad a un gobierno se la da la gestión y la gestión debería estar enfocada, decía el Papa, en los que menos tienen, en los que menos herramientas tienen para salir adelante. Desgraciadamente desde ciertos círculos del gobierno se está estigmatizando a los que menos tienen, a los pobres por cobrar un plan y por eso son un problema para Argentina. Y los estigmatizan diciendo que son unos vagos, que no quieren laburar, cuando en la realidad es todo lo contrario, porque esas personas luchan contra todo para salir adelante.

A mí me sorprendió lo que dijo el vocero presidencial que criticó al Papa al decir que la justicia social es un robo compulsivo al que más tiene para darle de manera injusta al que menos tiene. Un criterio espantoso, una incomprensión total. La justicia social existe en todo el mundo y es el aporte de todos a través de los impuestos que pagamos todos, cuidamos el bien común donde todos nos beneficiamos. Cuando se cuida el bien común todos nos vemos beneficiados, los que más tienen, los que menos tienen. El bien común es construir aquello que hace posible una vida digna para todos: la salud pública, la educación pública, la contención social, cuidar a los discapacitados, cuidar a los jubilados, cuidar a los enfermos.

Si lo único que importa es la cultura individualista y digo ‘con esfuerzo me gané esto y no tengo que darle a nadie’ y vivo aislado del mundo... El hombre está hecho para la sociedad no para el individualismo y este individualismo económico, que lo único que importa es lo que yo genero y no me importa nada, nos lleva a una sociedad espantosa y crear la ley de la selva. Es el sálvese quien pueda y el resto no me importa.

Por eso el Papa dijo especialmente en este momento, y lo remarcó, el Estado tiene que estar presente y tiene que ayudar a construir el bien común. Si no hay un Estado que promueva el bien común terminamos en la ley de la selva.

Y cuando hablo de Estado presente, porque siempre están los fanáticos, no estoy avalando la corrupción, la ineficiencia del Estado. Muchas veces se habla de la corrupción del Estado, pero nunca se habla de la corrupción privada, que también existe. La cantidad de gente que en el sector privado se enriqueció explotando, pagando magros sueldos. Hay mucha corrupción en el sector privado.

Pero si hablamos del Estado necesitamos uno presente, que sea eficaz y honesto. Pero no hablar como dice el presidente que el Estado es una asociación criminal y hay que hacerlo desaparecer.

Otra cosa que llama mucho la atención es que cada vez que se alza una voz contraria hay una respuesta violenta, y no lo digo sólo por el gobierno, hay una cuestión cultural de no escuchar al otro, desacreditarlo...

El espíritu democrático es caminar juntos pese a las diferencias, es buscar consensos. Entonces no poder pensar distinto, es generar una sociedad violenta, enfrentada. Hoy estamos en un grado de violencia muy fuerte. Hay una mirada muy economicista.

El papa Francisco lo volvió a repetir y es el mensaje de la Iglesia desde hace siglos: ‘No podemos permitir una sociedad endiosando al mercado y que se sujete a la diosa dinero’. La realidad humana es mucho más que la realidad económica, es una realidad espiritual, cultural, deportiva. Entonces, no podemos anular todo eso. Hoy, parecería desde lo que se baja del gobierno, que la cultura no importa, que el deporte no importa, la recreación no importa, lo único que sirve son los números y todos pasamos a ser un número. El ser humano no es un número. El ser humano tiene dimensiones que hay que cuidar: la salud, la educación, la cultural, la parte espiritual y el ser humano tiene que tener acceso a todo eso. Y que desde la máxima autoridad se denoste todas esas dimensiones y sólo se endiose al dios dinero es terrible.

Tenemos que trabajar más la cultura de valorar al otro, de escuchar al otro. No pretendo que todo el mundo piense como yo. Sólo los fanáticos, los fundamentalistas piensan que sólo importa lo que uno piensa. A mí me encanta charlar con gente que no profesa mi religión o que no cree, pero tiene miradas muy lindas de la realidad.

Si no vamos a un país en disolución, donde todo va a ser estar enfrentados, matarnos unos a otros y sálvese quien pueda. Hay un desafío de parar todo esto y tenemos que volver a ver nuestra historia, nuestra identidad nacional, que tenemos cosas en común, no se puede hacer un borrón y cuenta nueva en función del dios mercado. Espero, y tengo la esperanza, que se retome la cultura del diálogo y el consenso.

Somos un pueblo solidario y por ahí podemos tener diferencias con un vecino, pero cuando ese vecino se enferma o necesita ayuda somos solidarios. Hay una cultura del encuentro fuerte y que resiste a una cultura del individualismo que va creciendo y que se fomenta desde el gobierno nacional.

Usted recién dijo que hay muchos que por primera vez se acercan a pedir ayuda, que llegan con vergüenza. ¿Qué mensaje se da a esas personas?

Nosotros tenemos espacios sociales de todos los ámbitos. Comedores, soluciones habitacionales, espirituales, de contención, de adicciones, que cada vez hay más, y todo lo que nosotros podemos ofrecer no alcanza.

Charlando con el grupo de trabajo este año el lema será acompañar, caminar juntos, dar afecto, que falta mucho hoy en la sociedad. Demostrar al otro que no está solo en la vida, que Dios te quiere y que la vida no es un número, no es un Excel, tu vida con nombre y apellido vale y sos un ser valorado.

Creo que el trabajo de la Iglesia es ese acompañar en este difícil momento. Como dice siempre el papa Francisco, trabajar juntos y no nos dejemos robar la esperanza, que nadie nos robe la esperanza.

Estamos en tiempos de Cuaresma, ¿qué mensaje deja a los misioneros?

La Iglesia en tiempos de cuaresma hace una invitación a celebrar la vida, celebramos al Dios de la vida, que en su hijo Jesucristo resucitado nos muestra que ese es el destino de la humanidad, la vida y no la muerte y en la Cuaresma la Iglesia nos invita a volver al Dios de la vida para ponernos al servicio de la vida de los demás y hay vida donde hay amor. La vida se hace más vida donde hay amor y la vida se hace menos vida donde aparece el egoísmo, la avaricia, la soberbia, la violencia, los desprecios. La Cuaresma es un tiempo para volver al amor de Dios, que nos da vida y ponernos al servicio de los demás.


Perfil

Alberto Barros
Sacerdote
Nació y se educó en la ciudad de Buenos Aires. Tras ordenarse sacerdote, viajó a Resistencia, Chaco, y estuvo allí 16 años. Llegó en el 2001 a Misiones. Estuvo en la Inmaculada Concepción de Villa Urquiza, en la parroquia San Antonio y desde hace 11 años esta a cargo de la Sagrada Familia. Además, desde hace once años se encuentra al frente de Cáritas Posadas.


Harán colecta para construir viviendas

Como lo hace desde hace diez años, Cáritas Posadas se prepara para la colecta cuaresmal solidaria que tiene el objetivo de construir viviendas sociales en beneficio de familias que se encuentran en situaciones habitacionales indignas e inhumanas.

La colecta se realizará durante las misas que se celebren en todas las iglesias de la diócesis el 9 y 10 de marzo próximo bajo el lema “Si tienes poco, no temas dar de lo poco que tienes”.

“Estamos viviendo un momento de crisis muy fuerte. Pero esta situación no puede ser un obstáculo para seguir creciendo en nuestra caridad con los sufrientes”, explicó el sacerdote Alberto Barros.

Si bien las donaciones se centrarán en esos dos días, también se puede donar a través del CBU 2850001030094163800811

o durante todo el mes en comercios, eventos y en las iglesias.

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