“Creo que fue premeditado, porque él quería que yo esté sola, que no haya testigos”

En la segunda jornada del juicio contra Manuel Rivero (59), declaró Elisa De Souza, ex pareja y víctima principal del ataque. “Si no sos mía, no sos de nadie’”, le dijo el acusado. El debate entró en un cuarto intermedio hasta la semana que viene por problemas de salud de uno de los jueces.
martes 27 de febrero de 2024 | 16:30hs.
 “Creo que fue premeditado, porque él quería que yo esté sola, que no haya testigos”
“Creo que fue premeditado, porque él quería que yo esté sola, que no haya testigos”

Ultimado los detalles preliminares y con la apertura de la ronda de testigos, en la sala de audiencia II del Tribunal Penal Uno de Posadas continuó en la mañana de este martes el juicio contra el albañil Manuel Rivero (59), quien está acusado de tres intentos de homicidio y uso ilegal de arma de fuego.

En la segunda jornada del debate oral, llevado a cabo en el edificio ubicado sobre la calle La Rioja de Posadas, la primera en sentarse en el banquillo de testigos fue Elisa De Souza, víctima principal y expareja del acusado.

En su comparecencia, la cual la hizo sin la presencia del imputado bajo su pedido, la mujer explicó en detalle todo lo sucedido en la mañana del jueves 14 de diciembre de 2017 en el barrio San Marcos y respondió las preguntas de las partes.

En primer lugar, Elisa contextualizó el hecho mencionando que dos días antes Rivero le llamó para decirle que quería llevarle a los hijos a Ituzaingó, Corrientes, para que vayan a verlo a su abuelo, padre del ahora imputado.

En tanto, el día del traumático episodio, la mujer contó que se levantó a las 6 de la mañana para preparar a sus hijos y los acompañó a la parada de colectivos para que vayan a la Terminal de Ómnibus, de donde presuntamente saldrían hacia la localidad correntina.

Luego, De Souza dijo que volvió a su domicilio y se sentó a tomar mate en la galería de su propiedad, sin imaginar que minutos después comenzaría la cacería que casi le cuesta la vida. “Escuché un ruido, él estaba detrás de mí y sonreía con un arma en la mano”, explicó con angustia la mujer.

En esa línea, recordó: “Tiró el arma en una silla. Le pregunté qué iba a hacer y él me respondió que yo ya sabía, que me iba a matar, ‘porque si no sos mía, no sos de nadie’”.

La víctima continuó su relato manifestando que en ese momento pensó que realmente Rivero la mataría, por lo que lo empujó contra una pared y salió corriendo hacia el interior de su vivienda, para luego salir por la puerta trasera sin rumbo preciso. “No sabía qué hacer ni dónde ir”, lamentó.

En su apuro por escapar y ponerse a salvo, se dirigió a la parada de colectivos porque vio que se encontraba un chico. Le contó lo que estaba ocurriendo y el joven, al tomar conocimiento de la situación, “me dijo que me ponga detrás de él”, indicó.


 Manuel Rivero (59), el acusado. Foto: Matías Peralta

Tres disparos
Sin embargo, eso no fue suficiente para que Rivero frene su accionar, ya que ejecutó un disparo que impactó primero en el brazo del joven para luego atravesar el brazo izquierdo de la madre de sus hijos, que ocasionó la fractura del húmero.

En esas circunstancias, la mujer mencionó que “el chico salió a correr y yo caí. Cuando estaba en el piso, él (Rivero) me tiró dos veces más y después salió corriendo”.

Respecto a los siguientes minutos de haber recibido los tres disparos, expresó entre lágrimas que “mi cuerpo no lo sentía. Escuchaba los murmullos de la gente y nada más. Recuerdo que llegué al hospital y no recuerdo más nada”.

Por otro lado, De Souza narró que “me sentí amenazada por él toda la vida. Siempre me amenazó y me decía que tenía que estar con él”. En ese punto, la mujer enfatizó que las primeras violencias las recibía cuando “los chicos dormían o no estaban”, pero que en el último tiempo de convivencia lo hacía “hasta con los chicos presentes”.

Respecto a la consulta de los abogados querellantes Ariel Pianesi y Santiago Larrea sobre si ella creía que el hecho fue planeado o improvisado, la mujer expresó que “creo que fue premeditado, porque él quería que yo esté sola, que no haya testigos”.

En otro momento de su testimonio, la mujer contó que luego de milagrosamente recuperarse de las lesiones de los disparos, que provocaron que hasta esté en terapia intensiva, “al año me amenazó, diciendo que iba a ocurrir lo peor si no llevaba al más pequeño a verlo en la cárcel”.

Finalizada la jornada, el debate oral entró a un cuarto intermedio hasta la próxima semana, debido a que el magistrado Carlos Dejesús Cardozo, quien preside el tribunal de la causa, presenta problemas de salud que lo imposibilitan poder presenciar el resto de las jornadas previstas en la semana.

Se presume que tiene un cuadro de dengue, pero esto deberá ser corroborado con los correspondientes estudios.

Por lo tanto, quedan pendientes los testimonios de Arnaldo Dos Santos -el joven que fue herido producto del primer disparo ejecutado por Rivero-, de los peritos que actuaron en las tareas de rigor y de la psiquiatra que entrevistó al acusado.

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