Mujeres rurales: sostén del hogar con su labor doméstica y en el campo

Son las que se ocupan de la educación, salud y bienestar de los hijos. Aseguran el cultivo y algunas mantienen a la familia con sus emprendimientos. Detalles de cómo es ocupar este rol
lunes 16 de octubre de 2023 | 4:00hs.
Mujeres rurales: sostén del hogar con su labor doméstica  y en el campo
Mujeres rurales: sostén del hogar con su labor doméstica y en el campo

Ayer se conmemoró el Día de la Mujer Rural. Si bien en los últimos años se avanzó en muchos derechos por la equidad de género, en muchos casos las tareas domésticas y el trabajo en el campo que ellas hacen aún permanecen sin un tipo de remuneración.

En el interior de Misiones muchas mujeres laburan a la par con los varones en cultivos laboriosos como el caso del tabaco que en algunas zonas  continúa como un aporte sin reconocimiento. Otras  con mucho esfuerzo y lucha lograron alcanzar una economía propia, ocupan lugares de poder o pudieron ponerse al frente de cooperativas como el caso de Polvorín en Pozo Azul.

Precisamente, el trabajo de la mujer del campo por años fue invisibilizado y hoy de forma paulatina va teniendo reconocimiento. Se trata de una labor sacrificada que va mucho más allá de los quehaceres del hogar, son las que se ocupan del cuidado de la familia, de asegurar el cultivo de alimentos y trabajan a la par con los varones en cultivos laboriosos.

Fabricación de quesos en la Cooperativa Polvorín de Pozo azul.

Asimismo, se ocupan de la salud, la educación y el bienestar en general de sus hijos. Justamente el día Internacional de la Mujer Rural que se conmemora cada 15 de octubre busca reconocer el rol de las campesinas para erradicar las normas sociales y barreras estructurales que limitan la igualdad de género. Pese al enorme trabajo con la implementación de políticas que le aporten empoderamiento y liderazgo dentro de las comunidades aún persisten las barreras para que una mujer lidere un proyecto.  

En San Pedro

En el departamento de San Pedro el mayor número de habitantes femenino está disperso por la zona rural. Desde los últimos años se aprecia la revalorización y visibilización de las mujeres que llevan adelante emprendimientos familiares o comunitarios, están al frente de grupos, organizaciones y cooperativas.

Uno de los casos es el de Romilda Padilla, quien tras padecer violencia de género, decidió formar la Asociación de Mujeres Rurales y hace más de 25 años lucha para mejorar la calidad de vida de sus compañeras. Crearon una sala de envasados y son el único grupo en lograr más de 20 viviendas rurales por parte del Iprodha.

Ese ímpetu animó a que más mujeres tengan el coraje de salir del escondite y romper con las barreras y las costumbres que mantenían a oscuras tanta lucha. Estas mujeres no sólo están fuertemente ligadas a ser el sostén de la familia sino que son quienes buscan cuidar el medioambiente.

 En ese sentido, en la cooperativa Nueva Esperanza del paraje Gentil, sobre ruta nacional 14, un grupo de mujeres fabrican vinagres con frutos nativos, reforestan el monte y hacen un uso sustentable de los recursos naturales. La presidenta de la cooperativa es Nélida Richardt.

Muchas emprenderieron y hoy elaboran y venden pickles y mermeladas.

Una de sus búsquedas estuvo ligada a dar un valor agregado al trabajo que realizan, es decir, poder utilizar los excedentes de cultivos frutihortícolas para aportar a la economía del hogar o ampliar algunos proyectos productivos. Con mucha insistencia y esfuerzo, obtuvieron unas salas de envasado donde elaboran pickles y dulces. Algunas de las emprendedoras los elaboran de forma individual en las casas y ponen a la venta en ferias o  visitan casa por casa para ofrecer el producto. De la misma forma sucede con los  emprendimientos de cría de aves.

Cooperativa Polvorín

Por otra parte, en la Cooperativa Agropecuaria y Forestal de Polvorín, las trabajadoras fabrican quesos y esto que demanda llevar adelante el tambo. Luego de varias intervenciones, con la formulación y presentación de proyectos ante programas como ‘En nuestras manos’ del Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (Inafci), se lograron avances. En la actualidad, estas mujeres cuentan con una sala para fabricar quesos, lograron mecanizar el procedimiento, el ordeñe de las vacas  y hoy es una entidad liderada por una mujer.

Sin embargo, la cooperativa que es reconocida por la fábrica de quesos, tiene otras actividades y objetivos, como por ejemplo, poseen silos de maíz.

Aunque desde la fundación de la empresa estuvo manejada por hombres, hoy una mujer es la presidenta.

El cultivo de alimentos forma parte de la tarea diaria que desarrollan las mujeres del campo.

“Cuesta que todos los socios acepten que sea una mujer la que está al mando, pero gracias a Dios la estamos llevando bien. Aparte de estar en la presidencia somos tres las mujeres que estamos en la elaboración de quesos y hacemos todo lo posible para sacar adelante el proyecto. Yo pienso que de a poco se acostumbrarán a llegar y ver que en lugar de un hombre es una mujer la que está a cargo”, señaló Karina Ostapiuck, titular de la entidad.

A su vez agregó que hay mucha gente que cambia su manera de pensar cuando ve que es una mujer que está al frente de cualquier institución.  “En mi caso voy a dar lo mejor, hacer que sigamos creciendo y demostrar en estos dos años que tengo por delante que las mujeres somos capaces de hacer grandes cosas”, expresó la mujer rural.

“Si bien queda un largo camino por recorrer para garantizar los derechos de las mujeres en general, sobre todo para las mujeres de la agricultura familiar que es un sector que sigue siendo visibilizado. La actualidad nos demuestra el rol central de las mujeres garantizando la producción y el abastecimiento de alimentos no sólo para su familia sino para toda la sociedad”, señaló Andrea Ramos, técnica del Área de Género del Inafci de San Pedro.

En sintonía, se refirió a la necesidad de un Estado presente con políticas que favorezcan y mejoren la calidad de vida de las mujeres. “El Estado debe seguir presente con el objetivo de disminuir la desigualdad de género en el ámbito rural, facilitando políticas de acceso a tecnología, hábitat y oportunidades”, concluyó.

La celebración se realizó en la sede de la Asociación de Mujeres Rurales de Bello Horizonte. Tanto las socias como vecinas se acercaron para compartir una jornada con reflexiones, testimonios y exposición de los envasados que producen en la sala de industria que lograron gracias a muchos años de esfuerzo y gestiones encarados por la trabajadora rural, Romilda Padilla.

Índice de escolaridad

En un informe realizado en el período de los años 2021 y 2022 por parte del programa ‘En Nuestras Manos’ del Inafci, entrevistaron a 282 mujeres de distintas partes del país.  De total,  20 son del departamento de San Pedro, entre ellas, cinco integrantes de ‘Dulseres’ de Santa Cruz del Monte, municipio de Pozo Azul; cinco mujeres de colonia San Miguel y colonia Alegría de San Pedro y diez mujeres de la cooperativa de Polvorín de Pozo Azul que se dedican a la elaboración de quesos. Del trabajo surgen datos sobre las desigualdades entre hombres y mujeres en la zona rural.

Además, en el informe se menciona el índice de escolaridad de las mujeres rurales. Según el informe, el 2,5% no accedió a la educación, el 43,8% tiene primaria incompleta y el 35,6% tiene secundaria incompleta. De igual manera, el 18,1% cursan o finalizaron estudios terciarios o universitarios y el 65,5% no terminó la educación obligatoria.

Otras de las estadísticas desprendidas en el informe, refiere a los trabajos que realizan. En ese sentido, 194 mujeres dijeron llevar adelante proyectos avícolas, es decir un 93.8%. El 90,7 % se dedica a comercializar carne porcina, el 98,6% cultiva hortalizas y el 94,3 elabora dulces y conservas, por mencionar los más relevantes. En detalle, se detectó que en muchos casos llevan adelante más de una actividad por unidad productiva y que la comercialización de los productos en ferias o de manera directa, en el 82,3% de los casos está a cargo de mujeres.

Titularidad de los bienes

En la zona rural una de las cuestiones a las que está ligado el hombre tiene que ver con la titularidad de los bienes, así sean herramientas tecnológicas para la producción o para la movilidad. De acuerdo al informe, de las 280 entrevistadas el 16,7% dijo tener tractor y de ellas el 25,5% lo maneja. El 13,1% tiene sistema de riego, el 3,9% tiene sembradora, el 2,5% tiene ordeñadora, el 2,1 tiene desmontadora y el 1,1% tiene cosechadora.

En esa línea, la titularidad de las mujeres sobre la propiedad del tractor alcanza el 15,2%, en contraposición en lo que refiere a motos la titularidad es del 53,1. En el mismo ámbito, sobre bienes de movilidad, el 36,6% tiene auto y de este porcentaje,  el 36,3% lo maneja.

El 31,2% tiene camioneta y conducen el vehículo el 34,1%. También se pudo saber que en el 56,8% la documentación de las tierras está a nombre de varones y el 43,2% a nombre de mujeres.

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