Se cumple mañana un año del intento de asesinato contra la vicepresidenta de la Nación. Fue el jueves 1 de septiembre cuando se desencadenó una noticia que  hasta la propia involucrada no pudo creer hasta pasadas las horas y tras la viralización de las imágenes por todos los medios.

Fernando Andrés Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a la vicepresidenta Cristina Kirchner esa noche en Recoleta, llevaba una pistola Bersa calibre .32 con cinco proyectiles, con la que gatilló a centímetros de ella.

El arma que utilizó Sabag estaba apta para el disparo y tenía el cargador lleno. Este tipo de armas tienen como mínimo capacidad para media docena de proyectiles.

La Bersa que disparó el agresor tenía cinco balas en el cargador y ninguna en la recámara. En este tipo de  armas, la primera bala del cargador está alineada con la recámara lo que facilita su inserción.

Según las primeras averiguaciones se pudo determinar que la bala no salió por acción de algunos mecanismos de seguridad del arma usada. 

Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte detenidos por el intento de magnicidio.

Actualmente los principales acusados por el intento de homicidio y con prisión preventiva son  Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte. Recientemente los defensores oficiales de los principales acusados del atentado contra Cristina Kirchner, pidieron que la causa, en la que están procesados por tentativa de homicidio, se eleve a juicio.

Su opinión coincide con la del fiscal del caso, Carlos Rívolo, que el 29 de mayo pasado solicitó dar por cerrada la instrucción y enviar el expediente a un tribunal que lleve adelante el juicio oral. Los abogados de la vicepresidenta -querellante por su condición de víctima del ataque- pidieron en cambio que el caso no se eleve y reclamaron que se lleven a cabo medidas de prueba pendientes. Cristina Kirchner denunció incluso públicamente que la elevación era un intento de frenar la investigación para no llegar a los autores intelectuales.

Sabag Montiel y Uliarte fueron elevados a juicio oral el 12 de junio de este año como coautores de homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el empleo de un arma de fuego, en grado de tentativa. Gabriel Carrizo (dueño del negocio de copos de azúcar), como partícipe secundario. Díaz, la amiga de Brenda, estuvo detenida algo más de un mes y fue sobreseída. En sus indagatorias, ninguno aportó información. Sabag Montiel le dijo más a C5N que a la jueza: “La quise matar por la situación del país”; “no me arrepiento”; “fue por motu proprio”; el arma “estaba cargada, tiré el gatillo y el tiro no salió”.

En las últimas semanas desde la defensa de la vicepresidenta se apuntó a varias líneas de investigación que antes no habían sido consideradas.

La “pista Milman”, referida al diputado de Juntos por el Cambio, exmano derecha de la candidata presidencial Patricia Bullrich, quedó abierta en manos de Capuchetti y Rívolo, separada del juicio oral. Esta pata política fue problemática y se pudieron perder pruebas. Comenzó el 23 de septiembre cuando se presentó Jorge Abello, asesor del Bloque de Unión por la Patria, y declaró que había visto a Milman dos días antes del atentado en el bar Casablanca, de la esquina del Congreso, con dos mujeres a quienes les dijo “cuando la maten yo estoy camino a la costa”.

En tanto esta semana a casi un año del atentado contra la vicepresidenta, sus abogados  le pidieron a la Justicia que investigue a Delfina Wagner (mediática y panelista de Crónica) por su supuesto vínculo con los autores del hecho y la organización Revolución Federal. La mediática confesó que vive en el departamento de Ximena de Tezanos Pinto, la vecina de Cristina Kirchner. 

Rechazaron el pedido de apartar al fiscal Rívolo