La crisis cobró relevancia tras la sustracción de una embarcación de Prefectura

De San Ignacio a Ayolas, el camino de los motores robados

Los motores se venderían en Ayolas, Paraguay, a un promedio de 4.000 dólares cada uno. La actividad ya habría reportado 30 millones de ganancia a una banda de la zona.
domingo 16 de julio de 2023 | 2:00hs.
De San Ignacio a Ayolas, el camino de los motores robados
De San Ignacio a Ayolas, el camino de los motores robados

La belleza del lugar y de las vistas, con el Teyú Cuaré de un lado y el imponente Paraná coronando la escena, contrastan dramáticamente con la inseguridad que en los últimos meses asoló al Club de Pesca y Deportes Náuticos San Ignacio, cuyos socios padecieron el robo de nueve motores de lanchas.

En zonas aledañas se reportaron otros seis casos, lo que eleva a 15 la cantidad de motores sustraídos. Pero más allá del perjuicio económico, que es evidente, la sucesión de hechos delictivos sembró temor en la comunidad. "Hasta ahora fueron los motores, entonces hay una clara intencionalidad, sin embargo, afecta psicológicamente a cualquier persona que quiera estar tranquila en el club, y de noche se imagina el hecho de encontrarse con una banda que se está llevando un motor. Es una situación que de sólo pensarlo, nos preocupa", reflexionó Rubén Brazzola, secretario de la comisión directiva del Club de Pesca.

En los últimos años se robaron 15 motores en distintos puntos de San Ignacio.

En tal sentido, las imágenes del sistema de seguridad por cámaras instalado en el frente de la casa de un empresario obereño grafican el accionar de los ladrones. La secuencia grabada el pasado 3 de mayo a las 00.05 muestra la impunidad con que cuatro individuos trasladaron en andas el motor de una lancha. Un par de ellos parecen portar uniforme, mientras que en la cintura de uno se observa lo que sería una pistolera.

Son indicios, nada más, pero que avalan las sospechas en torno al accionar de integrantes de fuerzas de seguridad en ese y otros hechos. Las imágenes fueron aportadas a la causa. Asimismo, a los nueve motores del Club de Pesca, en los últimos meses también se reportaron robos en otras propiedades de la zona ubicadas sobre el río Paraná. 

La pista de Ayolas

El Territorio recorrió San Ignacio y entrevistó a varias personas, aunque la gran mayoría solicitó la reserva de su identidad por temor a represalias. A las suspicacias sobre la complicidad de uniformados, se suman indicios de la actuación de una banda integrada por argentinos y paraguayos que comercializa los motores en la zona de Ayolas, Paraguay, donde prolifera la pesca deportiva. 

"Los motores que roban acá valen entre 7 y 10 mil dólares, y allá los venden por la mitad. En Ayolas la pesca está en auge y es un mercado perfecto porque lo que roban acá, allá no se investiga. Varios datos surgieron por la detención de un muchacho de acá, de San Ignacio, que pasaba datos y le pagan 15 mil pesos por cada motor. En el celular encontraron varias pruebas, pero estuvo preso una semana y lo liberaron", comentó un conocedor del entorno.

Hace una semana se denunció la desaparición de una lancha de Prefectura que luego apareció en Paraguay y sin motor.

Según estimaciones, en poco más dos años fueron sustraídos al menos 15 motores de la zona. Ello, traducido en un precio promedio de venta de 4.000 dólares cada uno, arroja un total de 30 millones de pesos. En ese contexto, a fines de junio sustrajeron una lancha con motor de otro club de la zona, cuyo propietario tiene fuertes vínculos políticos y generó coletazos en las fuerza de seguridad con jurisdicción en la zona, sobre todo Prefectura Naval Argentina (PNA).

"Ahora esta semana robaron la lancha de Prefectura del destacamento de San Ignacio, pegado del Club de Pesca, pero enseguida encontraron la lancha y al otro día encontraron el motor. O tuvieron más suerte o le pusieron más ganas en la búsqueda, porque hasta ahora ninguno de los otros motores fueron encontrados", opinó otra fuente.

Uniformados en la mira

La sustracción de la lancha de PNA fue alertada el pasado domingo, a las 10, aunque el hecho se habría registrado entre las 4 y las 5, cuando desconocidos sustrajeron la embarcación BP-5107 del amarradero.

La información oficial suministrada por la fuerza indica que inmediato se destacaron patrullas de búsqueda y se dio parte a personal de la Armada Paraguaya, con base Puerto Paraíso, quienes lograron ubicar el bote en la costa del vecino país -aguas abajo de San Ignacio-, pero sin el correspondiente motor, el cual recién fue hallado el martes oculto del lado argentino.

Una fuente de PNA confirmó que todo el personal del destacamento de San Ignacio fue relevado, como así también los efectivos de la Unidad de Vigilancia Fluvial que se hallaban de guardia el día del hecho. En paralelo a las medidas administrativas, se puso en conocimiento al Juzgado Federal de Oberá, a cargo de Alejandro Gallandat, quien ordenó las actuaciones de rigor.

En tal sentido, un vocero del caso indicó que la investigación en curso incluirá a todos los efectivos de PNA con prestación de servicio en San Ignacio. La sustracción de la lancha del destacamento de la fuerza federal tuvo amplia repercusión en medios nacionales, al tiempo que desde las páginas de este diario se dio a conocer la impactante estadística de los robos de motores en la zona.

En ese marco, el caso del Club de Pesca y Deportes Náuticos cobra relevancia por la sucesión de hechos y la impunidad con que actuaron los malvivientes, incluso cuando el predio contaba con servicio adicional de dos efectivos de la Policía de Misiones. Por ello, la comisión canceló el acuerdo y dispuso de dos civiles como serenos nocturnos.

Trasfondo y peligro

La gran mayoría de los socios del Club de Pesca son de Oberá, como un empresario del rubro supermercado que también fue víctima de los malhechores. Hoy, su lancha sin motor descansa en el predio y no se avizora que vuelva al río, al menos en el corto plazo. "Es que te picha, uno viene acá porque quiere tranquilidad y resulta que entran y roban cuando quieren", graficó sin eufemismos otro socio.

También avanzó en la participación de colaboradores de la zona, ya que en otro video que muestra el accionar de los ladrones "se nota que ya estaban cortados los cables y el motor separado del casco, porque los tipos llegaron y lo alzaron, no cortaron nada. Es decir, antes alguien cortó caños y cables para los otros se lo lleven".

Vale mencionar que el puesto de PNA se ubica al lado del Club de Pesca, lo que supondría un lugar seguro. Pero la inseguridad también puso en alerta al country Cueva del Teyú, la reserva natural Monte Victoria y el Club del Río.

"La zona de Teyú Cuaré está siendo afectada por estos eventos. En la colonia hubo varios casos y a otra persona que vive al lado del Club del Río le entraron a la casa. Lo alarmante es que nuestra zona está en la mira, teniendo en cuenta que tenemos el Paraná y la frontera cerca", expresó Jorge Rodríguez Leyría, propietario de la reserva natural Monte Victoria. También lamentó que "cuando pasan estas cosas, nadie tiene que ver con nada".

El 22 de mayo del año pasado el citado fue víctima de delincuentes que ingresaron a su casa y "la dieron vuelta". Asimismo, consideró que "estas cosas, para mí, despiertan alarmas y están vinculadas a otras", ya que "la lancha es un elemento muy útil para el contrabando, o para cruzar y venderla del otro lado".


Más control

El robo de motores de lanchas comenzó durante la pandemia, pero luego se extendió hasta mayo, con intermitencias. Al respecto, Brazzola precisó que más allá de que cada propietario radicó la correspondiente denuncia policial, en paralelo la comisión directiva realizó dos exposiciones detallando la preocupación y poniéndose a disposición para colaborar con las autoridades.

"También nos contactamos con otras fuerzas y estamentos políticos, porque empezamos a entender que esto no era una problemática exclusiva del Club de Pesca, sino que también afectaba a otras instituciones y ciudadanos porque nos enteramos de robos a particulares en San Ignacio. Aportamos datos a la investigación y estamos siguiendo el proceso", puntualizó.

Asimismo, subrayó que "puertas adentro del club nos movilizamos y en las asambleas del año pasado y este tomamos algunas acciones en cuanto a la seguridad y vigilancia. Los socios intervinieron y decidieron líneas de acción internas, como por ejemplo la instalación de cámaras de seguridad, custodia nocturna".

"Se proyectaron garitas porque el predio es grande. Se controla a las personas que ingresan y egresan del club y se implementarán carnéts de uso obligatorio. Creemos que las personas tienen un tipo de inteligencia en la zona, por eso también controlamos adentro", agregó.


En cifras

15

Quince motores a un promedio de venta de 4.000 dólares cada uno, arroja un total de 30 millones de pesos, según pudo saber este matutino.


En cifras

u$d10.000

Voceros consultados indicaron que los motores robados en San Ignacio cuestan entre 7.000 y 10.000 dólares, aproximadamente.

 

Temor latente y acciones concretas contra la inseguridad

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