El 2 de marzo del año pasado la víctima fue asaltada por motochorros

Crimen de la catequista: buscan a tercer sospechoso

Elías F. posee dos causas previas por intento de homicidio. Durante la instrucción un testigo lo nombró pero no fue investigado. Ahora se desconoce su paradero
viernes 23 de junio de 2023 | 5:00hs.
Crimen de la catequista: buscan a tercer sospechoso
Crimen de la catequista: buscan a tercer sospechoso

Un tatuaje en el cuello y el acento “porteño” enfocaron la pesquisa por el homicidio de la comerciante y catequista Gladis Beatriz Gómez (39) hacia la pista de un tercer sospechoso cuyo nombre ya figura en el expediente, aunque en primera instancia no fue citado y luego no fue hallado.

Se trata de un hombre identificado como Elías F., quien tendría entre 27 y 30 años, según precisó un vocero de la investigación, y posee dos antecedentes por homicidio. La figura del citado cobró relevancia luego que los dos principales sospechosos que tuvo la causa -Mario Antonio A. (28) y Santiago Miguel S. (27)- fueron beneficiados con la falta de mérito y recuperaron la libertad, el pasado 23 de marzo.

De esta forma, la investigación por el crimen de Gómez volvió a foja cero, lo que generó gran indignación en los familiares de la víctima y la comunidad en general. En tanto, ahora la pesquisa está enfocada en dar con Elías F., quien en el expediente fue nombrado por al menos tres personas: los dos sospechosos que fueron excarcelados y el testigo Lucas Adrián R.

Asimismo, vale mencionar que el último también implicó a Mario Antonio A. y Santiago Miguel S., aunque en su declaración en sede judicial dijo que fue presionado por las autoridades policiales de aquel momento. “Estuve con los dos jefes de la Unidad Regional a los tres días que había pasado el hecho, me pusieron presión por Marito por un video que tenían de las cámaras de seguridad (…) Me preguntaron por un tatuaje de un trébol en el cuello, y que era porteño y se me vino Elías, tiene ese tatuaje, yo vi, y el andaba por la zona”, señaló el testigo.

Pesados antecedentes

Lo concreto es que más allá del aporte del testigo, las pesquisas posteriores no lograron dar con el citado Elías, quien luego del hecho habría viajado a la provincia de Buenos Aires, de donde sería oriundo, aunque antes del crimen residía en Oberá. También es cierto que desde un primer momento las defensas cuestionaron la instrucción y las supuestas llamadas anónimas que direccionaron la investigación policial hacia los dos sospechosos que luego recibieron la falta de mérito.

Según consta en el expediente a cargo del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, el 9 de marzo del año pasado se recepcionó un llamado a la línea 101, en el que un hombre -quien no aportó sus datos por temor a represalias, se dejó constancia- aseguró conocer a los autores del hecho, sindicando como responsables Miguel “El Chueco” y a Marito M.

En tanto, el 19 de septiembre Lucas Adrián R. declaró ante el juez Pedro Piriz y mencionó que brindó información a los jefes de UR II bajo presión, lo que derivó en la detención de los acusados. Dijo el testigo: “(…) A Marito lo reconocí en el video, me llamó la atención una remera del Barcelona que tenía, por eso lo reconocí, y al que bajó no le reconocí porque bajó de golpe y no enfocaba la cámara. Me preguntaron si sabía algo del arma, si Marito tenía un arma o si tenía conocimiento y le dije que no sabía de eso”.

En cuanto a por qué la Policía lo buscó para que le brinde información, el testigo contestó: “Porque los jefes saben que tengo antecedentes por intento de homicidio. Dos tengo, uno con arma de fuego y otro con arma blanca. Por el tema de las armas me fueron a buscar y hacia cuatro meses que había vuelto de Rosario”.

Reclamo por justicia

Por su parte, tras la excarcelación de los sospechosos y la falta de avance en el expediente, la familia de la víctima cuestionó la investigación. “El 13 de marzo pasado el juez nos dijo que había pruebas para elevar la causa a juicio, pero pasaron diez días y liberaron a los sospechosos. Acá lo único concreto es que asesinaron a mi hermana y ahora nos sacan la posibilidad de hacer justicia. Que se pongan las pilas e investiguen, no pueden jugar con el dolor de una familia”, reclamó Rafaela Gómez.

En diálogo con El Territorio, la hermana de la víctima explicitó su sorpresa por la decisión judicial de liberar a quienes durante un año fueron sindicados como los motochorros que el 2 de marzo del año pasado asaltaron el local de calle Piedrabuena y dispararon a la dueña.

A consecuencia de un impacto de bala en la cabeza, Gómez agonizó durante once días en el Hospital Samic de Oberá, donde finalmente falleció el 13 de marzo. Visiblemente molesta, lamentó que “durante un año nos aseguraron que había suficientes pruebas, pero no era así y ahora hay que arrancar de cero. Acá queda claro que agarraron dos perejiles y no investigaron como debían”.

Doble tragedia

Mario Antonio A. y Santiago Miguel S. se hallaban en custodia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y recuperaron la libertad el pasado 23 de marzo, tras ser notificados de la falta de mérito dispuesta por el juez de Instrucción Uno, Pedro Piriz. Sandra Llamosas, querellante en representación de la familia de la víctima, manifestó que adhirió al dictamen del fiscal Elías Bys “porque realmente no había ninguna prueba conducente como para elevar a juicio la causa así como estaba”.

Por su parte, María Cristina Salguero, defensora particular de Santiago Miguel S., cuestionó la instrucción del caso y lamentó que se haya perdido un año para hallar a los verdades culpables del crimen. “La realidad es que no había elementos de prueba contra mi cliente ni el otro sospechoso. La imputación no se puede sostener sólo por el hecho te tener detenidos. Nunca vi una causa tan armada. Primero la famosa llamada anónima, después ni una pericia”, cuestionó.

Según Salguero, mientras dos inocentes estuvieron presos durante un año, las autoridades “perdieron la oportunidad de investigar bien para encontrar a los verdaderos responsables. Imagino que para la familia de la víctima esto es una doble tragedia”. El sumario del caso estuvo a cargo de la Seccional Primera de Oberá y las pesquisas bajo supervisión del entonces jefe de la División Investigaciones de la Unidad Regional II, comisario Augusto Britos, quien luego fue trasladado a Alem. 

Descripciones de la misma personas

Las defensas de los primeros sospechosos que tuvo el caso cuestionaron la prueba testimonial y a la discrepancia respecto de los dichos de la víctima ante el personal policial y lo que dijo la testigo R. Q. sobre qué escuchó de boca de ésta.

Por un lado, en el acta de constatación e inspección ocular del 2 de marzo a las 21.18, se dejó constancia que en el lugar del hecho se encontraba la víctima “(…) donde al preguntarle sobre características o descripción de los mismos o de la motocicleta, por el estado en que se encontraba manifestó desconocer”, suscribió el oficial ayudante Leandro Fraga.

Luego se cita el informe del día 9 de marzo, firmado el oficial subayudante Luis De Mora, que dice: “Al pedir que nos comente cómo habría ocurrido el hecho, ella nos dijo que ingresó una persona a comprar algo y en un momento dado esta persona saca un arma de fuego, le apunta y le da un tiro, dándose luego a la fuga tras subirse a una motocicleta con destino ignorado”.

“Con respecto a las características del agresor solamente supo decir que era un delgado, alto y tez trigueña”, agregó. En tanto, también se recepcionó declaración testimonial de una vecina de la víctima, R. Q., quien contradijo lo manifestado por la Policía en los informes previos.

La testigo mencionó que la Gómez no aportó características del conductor de la moto, pero sí del acompañante, a quien definió como “grandote, morocho y que la tonada no era de acá”.

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