Seguridad, tecnología y un arma psicológica para prevenir el delito
Continuamente se incorporan nuevas tecnologías a los esquemas de la seguridad como elementos de prevención del delito y protección al medioambiente.
La tecnología aplicada a la prevención es cada vez más importante en la sociedad actual, en la que los delitos van en aumento y se vuelven más sofisticados. La incorporación de nuevas tecnologías en la seguridad ciudadana y seguridad ambiental puede ser decisiva para resolver o evitar situaciones de riesgo.
Entre los avances más recientes, se encuentra la utilización de drones, técnicamente llamados VANT (vehículos aéreos no tripulados), que se están convirtiendo en un elemento clave de la estrategia de seguridad pública junto con sistemas de inteligencia artificial, que permite prevenir delitos mediante el análisis de patrones de comportamiento y la identificación de zonas de riesgo.
Los drones son una herramienta que permite la vigilancia y observación de zonas de difícil acceso. Con su gran capacidad de maniobrabilidad, los drones proporcionan una visión en tiempo real de día o de noche y hasta en condiciones meteorológicas adversas de lo que está ocurriendo en un área determinada, lo que facilita la toma de decisiones y permite la actuación oportuna ante cualquier incidente.
En este sentido, los VANT se han vuelto fundamentales para los cuerpos de seguridad, ya que no sólo permiten detectar actividades delictivas en áreas remotas o en situaciones de crisis, sino que pueden realizar un monitoreo constante y detectar cualquier conducta sospechosa.
Más aun, los drones también permiten la creación de mapas de calor, que identifican los puntos críticos en materia de seguridad en las diferentes zonas de la ciudad. De esta manera, los cuerpos de seguridad pueden enfocar sus operativos en las áreas que requieren una atención prioritaria para prevenir la delincuencia.
Es por esto que la utilización de drones no solo es una herramienta innovadora en materia de seguridad, sino que también es un elemento que tiene un efecto psicológico en la población pasible de delinquir.
Uno de los efectos psicológicos que puede tener el uso de elementos aéreos sobre la población de personas que trasgrede la ley es el aumento del estrés, ansiedad e incremento de la paranoia de asumir una situación de observación constante. El sonido ensordecedor de los motores y la visión de un objeto en movimiento puede ser altamente perturbador. Este efecto puede llevar a que los delincuentes hagan movimientos erráticos o arriesgados.
En conclusión, la utilización de drones se convierte en una excelente herramienta para los cuerpos de seguridad, que ahora cuentan con mayores posibilidades de prevención. Con esta innovación, se pueden obtener mejores resultados en la seguridad pública, lo que se traduce en un mayor bienestar para la población. Esto reafirma la importancia de la prevención en la seguridad pública mediante elementos técnicos y tecnologías de última generación.
Por Sebastián Faifer *
Licenciado en Conducción y Gestión Operativa
*Coordinador General en Actividades de la Gerencia de Programas y Proyectos de la Nueva Gestión del Ifai
