Fueron a visitar la tumba de su abuela y descubrieron que habían exhumado el cuerpo para sepultar otro

Una mezcla de incertidumbre, indignación y tristeza atraviesa a una familia que a mediados del mes pasado se encontró con que los restos mortales de su abuela fueron exhumados sin previo aviso y en un proceso aparentemente irregular en el cementerio municipal La Piedad de Oberá.

Lo supieron hace tres semanas (14 de mayo) cuando fueron a visitar la tumba de Francisca Araujo y no la hallaron porque otra persona ya había sido sepultada en ese espacio, pese a que el derecho de cementerio fue abonado en enero del año pasado, operando su vencimiento el 2 de septiembre de este año. 

Desde entonces buscan respuestas en la Comuna pero lo único que consiguieron hasta el momento fue una declaración informal relacionada a un supuesto "error de sistema" en el proceso de planificación y aprovechamiento de los espacios interiores del cementerio que implicó, inicialmente, la intimación de los herederos forzosos e interesados legítimos que adeudaban el derecho de cementerio y por ende tenían el plazo de concesión vencido durante determinada cantidad de años en relación a los restos mortales de sus familiares inhumados en las sepulturas.

María Cristina Benítez, nieta de Francisca, quien había fallecido en septiembre de 1991, contó la sorpresa que se llevaron sus padres cuando fueron al cementerio y detectaron que no había tumba. El personal del camposanto les explicó que el cuerpo había sido sacado y como tantos otros enviado al osario situado cerca de la Cruz Mayor.

"No hay ni rastros de la tumba de mi abuela", lamentó Cristina, aclarando que se trata de la mamá de su mamá y fue ésta quien descubrió la situación cuando fue a llevarle flores. "Se puso muy mal, entró en pánico. Ese domingo no paraba de llorar al punto de tener que darle un tranquilizante. Está afectada siendo una persona de 72 años".

De acuerdo a la documentación exhibida, se trata del Sector 003, Fila 028, Ataúd 0015 donde en febrero de este año fue sepultada otra persona, según consta en los registros del cementerio.

"Cuando fui a la municipalidad a plantear esta barbaridad, ingresaron los datos y aparece otra persona en el lugar. Es imposible de creer lo que hicieron", lamentó la joven, mencionando que "con patrocinio de un abogado presentamos una nota de la cual esperamos respuestas porque insólitamente lo único que explicaron fue que se trató de un error de sistema".

"Mi familia jamás adeudó el derecho de cementerio, antes de que se venciera siempre pagamos, entonces me parece gravísimo que hayan desaparecido el cuerpo de una persona y sin previo aviso, aunque está visto que no tenían por qué tocar la tumba de mi abuela", apuntó, añadiendo que "se van a tener que hacer cargo" ante una potencial demanda a las autoridades competentes.

Explicación oficial

Consultado al respecto el Director General de la Municipalidad, Guillermo Correa, dijo desconocer el caso y admitió que "se hicieron exhumaciones en el contexto del proceso de organización y optimización de los espacios en el cementerio, previo hubo un relevamiento y aviso -a través de edictos en medios oficiales y periodísticos- a los familiares que tenían deudas pendientes durante determinada cantidad de años".

"Lo que se exhumó tiene más de 30 años que no se pagó, pero pudo haber ocurrido un error que lo vamos a asumir si corresponde, pero tengo que conocer en detalle el caso", manifestó.

En la mañana de ayer se labró un acta en el cementerio (en presencia de la denunciante), cuyo texto en una parte ratifica: "Al ingresar al sistema encuentro tres cargas en el mismo sector, fila y sepultura, en una carga el vencimiento es con fecha 02/09/2001, otra 02/09/2021 y por último la fecha del vencimiento es 02/09/2023, que deja en evidencia que no estaba vencido". Fue firmada por la funcionaria encargada del camposanto.

Este caso también fue expuesto por Cristina en Facebook, motivando que en los últimos días muchas personas se acercaran al cementerio a verificar si las tumbas de sus familiares sufrieron daños o peor aún, desaparecieron así como la de Francisca Araujo.