Quién no conoce la miel

jueves 22 de septiembre de 2022 | 6:00hs.

Escribir sobre la miel de abejas es un tema, además de interesante, alegre y vital. El origen de la miel y su historia comienzan en el mismo momento en el que las abejas y las flores hicieron su aparición en la Tierra, y esto se produjo en el período que los arqueólogos han llamado Cenozoico, hace unos 65 millones de años. Por lo tanto, la miel es uno de los alimentos que ha llegado hasta hoy conviviendo con nosotros desde la prehistoria.

Desde sus orígenes el hombre ha explorado los elementos de la naturaleza. Algunos de los registros más antiguos datan de España, en las cuevas de Altamira y las Cuevas de la Araña (Valencia, España). En la primera de ellas (Altamira) se encontraron pinturas rupestres de finales de la Edad de Hielo (15.000 o 10.000 a. C.) y en Valencia las figuras datan de 7.000 años a. C. En ambas cuevas se ha graficado cómo varios hombres recolectaban miel de los árboles.

Los historiadores siguen discutiendo en que época llegó la miel al nuevo mundo (América) desde Europa. Obviamente la principal competencia se da entre británicos y españoles. Con mucha mayor rapidez las plantas españolas que trajeron a América se propagaron en el nuevo continente, y también los animales domésticos que llevaban las carabelas en sus primeros viajes, caballos, vacas, ovejas, cerdos, cabras, asnos, perros, gatos, aves de corral y otros géneros de animales domésticos, hicieron junto a aquellos colonizadores la travesía hasta las posesiones de Ultramar.

La historiadora inglesa Eva Crane ha elaborado una gráfica con la relación de las islas caribeñas y las fechas en que –de forma más o menos segura– se sabe que llegaron allí abejas europeas. Viajeros británicos, tras tomar posesión de la isla de Bermuda, la Virginia Company, en viajes sucesivos se trasladó desde 1612 un buen número de colonos para instalarse allí y trabajar sus campos. Uno de ellos, Robert Rich, fue un activo agricultor que importó asimismo cabras, ovejas y abejas. El 25 de mayo de 1617 escribía a su hermano a la metrópoli para informarle que “las abejas que enviaste prosperan muy bien”.

Según el estudio de la revista Nature, la apicultura como oficio nace hace 9.000 años, en el mismo periodo y área geográfica en que se comenzaron a cultivar plantas y a domesticar animales en la península de Anatolia (Turquía), la misma área de estudio del asentamiento de Çatalhöyük –considerada la primera ciudad de la humanidad– y del que procede una representación rupestre de una colmena.

La miel es un alimento dulce producido por las abejas a partir del néctar de las flores o de las secreciones de las plantas vivas. Las abejas van a las plantas y recolectan el néctar, lo transforman y combinan con enzimas y, finalmente, lo almacenan y maduran en sus panales. Su sabor y color dependen del origen geográfico y la época del año, por esta razón podemos encontrar mieles oscuras, casi negras, marrones, rojizas, naranjas, amarillas y color crema o hueso. En cuanto al sabor, podemos hallar mieles muy dulces hasta confitadas, con ligero sabor a licor o suaves. Existen unas 320 variedades de mieles provenientes de variantes florales.

En cada 10 gramos, la miel comercial aporta 304 calorías, 4 mg de sodio, 52 g de potasio, 82 g de azúcares, 5 mg de vitamina C, 6 mg de calcio y 2 mg de magnesio.

El sector apícola nacional cuenta un total de 1.209 salas de extracción de miel habilitadas por el Senasa (abril 2021) donde se extraen en un volumen superior estimado en 75.000 toneladas de miel anuales; nuestro país es el quinto productor mundial de miel, detrás de EE.UU., Alemania y Japón. Somos el país de mayor numero de colmenas de América del Sur. Nuestra miel es considerada una de las mejores del mundo, a tal punto que somos el segundo exportador mundial, detrás de China, mayor productor y exportador del mundo.

En este momento –en Argentina– hay aproximadamente 20.000 apicultores con unos 2,5 millones de colmenas, ubicadas mayormente en la pampa húmeda; un 50% en la provincia de Buenos Aires.

Por un medio local, Aníbal Blasco -licenciado en Comercialización- destacó a la provincia de Misiones como la capital de la biodiversidad a nivel país, por albergar el 52% del total nacional. También manifestó, que “las abejas son un factor principal en la polinización de todas las plantas que conocemos y mayormente alimenticias”. Misiones cuenta actualmente con 14 géneros y 22 especies de abejas.

La miel jamás se vence gracias a sus propiedades antibacterianas y de concentración de azúcares, por lo cual también es ampliamente utilizada para tratar enfermedades respiratorias, tos, llagas, cortes y quemaduras. Se recomienda guardarla en recipientes bien sellados, a temperatura ambiente. No es necesario refrigerarla, ya que el frío acelera el proceso de cristalización de la miel.

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