El guerrero, su dama y la campaña publicitaria

sábado 30 de julio de 2022 | 6:00hs.

Cuando el sujeto de una campaña publicitaria pierde fuerza o cansa al auditorio, la agencia que tiene la cuenta intenta otros recursos para no perderse el cliente. Una bella modelo, alguna anécdota picante, cambiarle el peinado, la ropa, algún gesto novedoso… El caso del comediante televisivo ucraniano que ocupa la presidencia en Kíev, en la célebre Casa de las Quimeras, en la calle Bánkovskaia, es un ejemplo más de este recurso. La residencia lleva ese nombre porque está ornada por bajorrelieves con imágenes de esas figuras mitológicas.
Volodimir Zelenski asumió la presidencia ucraniana en mayo de 2019 y llevó consigo a todo el elenco de ‘Kvartal 95’ (Barrio 95), el título de su célebre programa televisivo. Los analistas políticos ucranianos definieron al nuevo equipo de gobierno como el más inepto e ignorante de las seis presidencias ocurridas desde que en 1991 surgió el estado ucraniano.
El cansancio y el desengaño ya se extendieron a sus principales auspiciantes. Convencidos de que Zelenski no logrará revertir la inexorable derrota militar, los principales socios de la Unión Europea ya le informaron que no seguirían derrochando sus recursos en él y que debería aplicar sus esfuerzos en lograr la paz con Rusia, aún a costa de reconocer la existencia de las dos repúblicas autónomas del Donbass.
Por su parte, en Estados Unidos también han comenzado a reclamar por el resultado que pueda obtener Washington de las decenas de miles de millones de dólares asignados a respaldar la aventura de Zelenski y su equipo televisivo.
Jaqueado por este distanciamiento real de sus sostenedores, pese a las formales declamaciones de ayuda, el comediante comenzó a despedir a sus principales laderos. Gente que lo acompañó desde los inicios juveniles en los programas televisivos. Así, bajo la furibunda acusación de “traición de estado” despidió a su principal sostenedor, el mafioso empresario Igor Kolomoiski, uno de los hombres más ricos de Ucrania, implicado en sonados casos de malversación y defraudación de los dineros públicos.
La misma acusación le cayó a la procuradora general Irina Venedíktova, quien fue la que lanzó a Zelenski a la política y dirigió su campaña presidencial. También cayó en desgracia su amigo de la infancia Iván Bakánov.

La soledad del habitante de la Casa de las Quimeras no puede disimularse, y la decisión de vestirlo permanentemente al comediante con un cuasi uniforme de campaña tampoco ha logrado revertir la tendencia. Sus apariciones generan cada vez menos atracción en su anterior audiencia cautiva. El último intento instrumentado por sus relacionistas públicos ha sido incluir a su esposa Elena en estas apariciones.

Elena, una arquitecta que nunca ejerció como tal, fue la escenarista y guionista del programa televisivo ‘Kvartal 95’ desde su creación y, como tal, sabe armar el correspondiente tinglado promocional. Así es que la primera dama ucraniana habló en julio ante el congreso norteamericano reclamando ayuda militar. “Les pido armas, armas, armas”, le reclamó a los congresistas en el Capitolio.
Bella y siempre elegante, Elena pertenece a una especie de foro de “primeras damas” que todos los años se reúne a tomar el té y participar en alguna que otra actividad de beneficencia. Esto le permitió ser tapa de Fashion y otras grandes publicaciones de la moda y la high life mundiales.

En estos días, Elena fue prácticamente la productora de una nueva sesión fotográfica, esta vez para Vogue. La producción eligió fotógrafa a la famosa Annie Leibovitz, condecorada por Londres y París y retratista de la reina Isabel, de John Lennon y Yoko Ono, de la embarazada Demi Moore o de Mick Jagger, por citar algunos nombres. El centro de la producción fue mostrar la joven pareja que se esfuerza por mantener la independencia de su país.

Las fotos muestran a los Zelenski participando en la puesta en escena y cómo Elena se prepara para las tomas. El fondo elegido fue el “austero” gabinete presidencial (especialmente armado para semejar una instalación de campaña) y el aeropuerto Antónov, en la localidad de Gostómel, escenario de cruentos combates en el mes de marzo. Allí, Elena posó junto a soldados ucranianos, en especial con mujeres-soldados, en un intento por mostrar la integridad de unas fuerzas armadas que se desmoronan ante los ataques artilleros rusos y cuyos integrantes desertan por unidades enteras.

Elena, además, subrayó que el conflicto “fortaleció nuestro matrimonio” y confesó que ella y su esposo comenzaron “a interesarse más en el otro”. Agregó que Kirill, su hijo de 9 años, es el que aconseja sobre armamentos al presidente. “Él entiende muy bien la técnica y sigue con atención el equipamiento del ejército”. 

Maria Zajárova, la portavoz de la cancillería rusa y eximia diplomática, escribió en un canal de Télegram que “la imagen del presidente de Ucrania, formada por Occidente, se secó y agotó por completo, ya no lo recepciona el auditorio mundial. Por eso, sin condimentos ya no lo pueden presentar”.

Masha Zajárova destacó el papel que el poder mediático mundial le asigna a Elena: “Visita a los Estados Unidos, tapas de las revistas, sesiones fotográficas en el bunker. Hasta las entrevistas ahora el presidente de Ucrania las brinda en compañía de su esposa. Zelenski aburrió. No se vende su imagen militarizada sin victorias. Ahora este plato del menú político tiene un nombre: ‘Zelenski a la Elena’”.
El más reciente intento por revertir la imagen de la decepción política fue emprendido por el mandatario de Kíev: declaró que la fundadora de Rusia fue Kíev. En efecto, una de las localizaciones de las tribus eslavas Rus hacia el siglo IX estaba ubicada a orillas del Dniéper, el río al que se asoma Kíev, y se la conoció como la Rus de Kíev. Pero tales Rus surgieron también en otras ubicaciones, como por ejemplo en la norteña Nóvgorod, que se convirtió en la verdadera cuna del estado ruso.

Hoy, Zajárova comentó esta declaración de Zelenski y lo convocó a que, como consecuencia de sus propias palabras, se reconozca como… ruso.

Por Hernando Kleimans
Para Télam

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