El desafío de llegar a las zonas más inhóspitas

domingo 15 de mayo de 2022 | 6:04hs.
El desafío de llegar a las zonas más inhóspitas
El desafío de llegar a las zonas más inhóspitas

Desde el jueves último, se intensificó el movimiento de los censistas en la zona rural de San Pedro. Estos primeros días permiten conocer las dificultades con las que se encuentran para llegar a las zonas más alejadas del casco urbano. De a pie por más de 10 kilómetros, por caminos terrados y arroyos, fue el desafío para los encargados del proceso, sin embargo, es la dura realidad diaria de miles de familias.

San Pedro responde al departamento más extenso de la provincia, la mayor superficie corresponde a la zona rural, donde en los últimos años existieron mejoras en cuanto a los servicios básicos pero restan muchas zonas donde no llega energía eléctrica, lo caminos son intransitables y no se cuenta con medios de comunicación; a tal punto que algunas familias no estaban informada sobre la realización del Censo de Población, Hogares y Viviendas.

La realidad en la que viven muchos hogares en las zonas más distanciadas y la falta de buenas condiciones de comunicación terrestre, están entre las cuestiones que más llamó la atención.

Fue el caso de una de las censistas, que contó la experiencia de trabajar en la fracción 08, radio 11, segmento 03, al que se llegó por ruta provincial 17 dentro del municipio de Pozo Azul. “Ingresamos caminado, recorrimos unos 8 kilómetros, nos encontramos con diferentes situaciones, a las que estamos acostumbradas hoy por hoy en el municipio. La gente que nos recibió nos atendió espectacularmente. Llegamos a lugares donde no tenían luz, no tenían noción de que estábamos realizando o que era un censo, les explicamos y realizaban preguntas sobre para qué y por qué de las preguntas”, indicó Carolina Valdez, censista y docente de Nivel Inicial de la Escuela 869 de paraje Portón Viejo, municipio de Pozo Azul.

Hizo referencia sobre la situación en la que viven las 29 familias de esa fracción, que en su mayoría tienen hijos pequeños, sobreviven únicamente de lo que cultivan y no culminaron el nivel medio. “La realidad es muy diferente a la que estamos acostumbrados sobre todo en la zona urbana, tenemos todo a disposición y ellos no tienen nada, caminamos por caminos de tierra intransitables, cruzamos por arroyos, habían caminos donde pasás y a lo mejor crees que no vive nadie pero, los vecinos nos indicaban que habían más familias”, expresó.

Pese a los desafíos y a lo conmovedor que resulta, la experiencia resultó enriquecedora para la censista. “Me encontré con realidades que no conocía, haber tenido la posibilidad de estar en el censo rural fue una vivencia hermosa, llena el alma porque la gente en toda esa humildad y carencia, te reciben con una calidez tremenda, llegás y te ofrecen lo que tienen, un mate, una mandarina. Fue una gran bendición que me haya tocado caminar por esos lugares impensados”, valoró.

En el departamento, son 83 los censistas rurales, quienes cuentan con el apoyo logístico de Gendarmería Nacional para llegar, por ejemplo, a zonas de la Biósfera Yabotí, distanciada a más de 50 kilómetros de la zona urbana. Además, guardaparques realizaron un taller de refuerzo, justamente para erradicar dudas que comenzaron a surgir. Este grupo que cuenta con conocimiento de terreno y acercamiento con los caciques, se han puesto a disposición y se ocuparán de llegar en las comunidades originarias que se encuentran dentro del lote 8, Esmeralda y otros lotes de propiedad comunitaria dentro de la Biósfera.

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