Alarma por hepatitis de origen desconocido

Hasta el 1 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) tenía registrados 228 casos de hepatitis infantil aguda en 20 países y otros 50 investigándose.

La mayoría son de origen desconocido y se registran en Europa, sobre todo en el Reino Unido, pero también hubo notificaciones en Norteamérica, Asia-Pacífico y Asia Meridional. Y el origen de la enfermedad sigue siendo un misterio.

Todavía no hubo reportes ni en Argentina ni en América Latina, pese a ellos los infectólogos están en alerta.

Al respecto, la médica pediatra infectóloga Liliana Fernández Sosa del Hospital Pediátrico de Posadas contó en Acá Te Lo Contamos por Radioactiva 100.7: “lo primero que hay que saber es que esta hepatitis no tiene nada que ver con las que estábamos acostumbrados, la A, B o la C”.

Tampoco tiene vacuna preventiva como la A y la B, que se colocan en los primeros años de vida.

“En esta hepatitis aparentemente el agente biológico es un adenovirus que se llama F41, no sabemos si es un nuevo adenovirus o esta pandemia de Covid-19 hizo que en el grupo etario de hasta 16 años de edad, que casi no tuvieron contacto con el adenovirus, entonces se sienten ahora muy susceptibles con una situación hepática”, explicó y aclaró que el adenovirus de por sí produce afectación hepática, así como produce enfermedad respiratoria y a veces neumonías graves en pacientes inmunocomprometidos.

Sostuvo que si bien no hubo alta tasa de mortalidad, sólo se registró un caso, sí ocurrieron 17 trasplantes de hígado. “Un número considerable”, comentó y siguió: “Hace que falle el hígado, produce una hepatitis fulminante y eso es preocupante porque si uno tiene falla hepática la mortalidad puede ocurrir”.

Luego insistió: “Se está estudiando cuál es el agente biológico que produce la enfermedad. Estamos ante una etiología desconocida y siempre cuando es una etiología desconocida uno se pone en alerta”.

La especialista pidió a los padres tener medidas de cuidado básico para este tipo de enfermedades como el lavado frecuente de manos y de alimentos antes de consumirlos. Además de su correcta cocción.

Los síntomas de alerta son vómitos, dolor de panza, diarrea, materia fecal clara y la orina oscura e ictericia, es decir, lo blanco del ojo queda amarillento. La mayoría de los casos no presentan fiebre. Y en ninguno de los casos ya reportados se detectaron los virus habitualmente asociados a estas dolencias. “También suelen estar decaídos, no comen”, finalizó.