Juicio por el asesinato de Evelyn Rojas (26), día 5

La fiscalía amplió la imputación y Da Silva declaró por primera vez

Martín Rau solicitó que el acusado sea imputado por alevosía y crimen de odio y la querella adhirió. Junior negó el crimen en el banquillo. El día jueves, la sentencia
martes 15 de marzo de 2022 | 5:15hs.
La fiscalía amplió la imputación y Da Silva declaró por primera vez
La fiscalía amplió la imputación y Da Silva declaró por primera vez

-¿Tenías una relación con Evelyn?

- Si, tenía.

-¿Le pagaste?

-Si, pocas veces.

-¿Le conociste a su familia?

- No, eso no.

- ¿Le pegaste a Evelyn?

- Si, una piña nomás.


La quinta jornada del juicio por el asesinato de Evelyn Rojas (26) en una estación de servicios abandonada de Posadas, ocurrido el 27 de octubre del 2016, estuvo repleta de novedades de trascendencia y cargada de mucha tensión por parte de los protagonistas y presentes en la sala de debate.

Es que tanto el Ministerio Público Fiscal como la querella - que defiende los intereses de la familia de la víctima - solicitaron ampliar la imputación contra Ramón Da Silva y que el caso se investigue también por alevosía y odio a la identidad sexual. Por otra parte, por primera vez en estos casi seis años del proceso, el acusado declaró.

El Tribunal aceptó que se realice la pericia psiquiátrica. Foto: Marcelo Rodríguez

Ante estas novedades, la audiencia de alegatos y sentencia que estaba pactada para hoy se postergó para el jueves, pero además porque los jueces del Tribunal Penal Uno aceptaron el pedido del defensor Mario Ramírez para que se le haga una pericia psiquiátrica a Ramoncito, Polaquito o Junior, como es conocido Da Silva. Esa solicitud había sido negada en dos oportunidades durante el juicio.

La audiencia empezó poco antes de las 9 con la presencia del acusado, quien solamente había estado en una parte de la primera jornada, realizada el 8 de marzo. Entonces escuchó casi tres horas las elevaciones a juicio y se abstuvo a declarar, para luego pedirle -mediante la defensa- al Tribunal estar ausente.

Es decir, no escuchó a ninguno de los testigos.

Previo a que hagan pasar a los dos citados que habían comparecido a prestar su testimonio, el fiscal Martín Rau le pidió la palabra a los jueces Viviana Cukla -presidenta-, Ángel Dejesús Cardozo y Marcela Leiva. Entonces, haciendo un repaso de lo escuchado durante la semana pasada, solicitó los agravantes.

En primera lugar la alevosía fue fundamentada en el estado de ebriedad que presentaba la víctima, 4,14 gramos de alcohol por litro de sangre, al momento de ser asesinada. El perito Carlos González, quien estuvo a su cargo el estudio toxicológico, indicó oportunamente que presentaba un grado de intoxicación comparable con un coma, por lo que había perdido todos los sentidos.

Quienes intervinieron en la escena expresaron que se sorprendieron de la violencia ejercida sobre el cuerpo de la víctima, que tenía el rostro desfigurado y falleció por una fractura en la base del cráneo. Con estos elementos se considera que Evelyn no tuvo la posibilidad de defenderse y que el asesino se aseguró de esta forma cometer el crimen.

El crimen de odio, en tanto, está enmarcado en el inciso 4 del artículo 80 del Código Penal de la Nación y a grandes rasgos contempla los asesinatos por la condición de chica trans de la víctima. Un travesticio o un transfemicio, que fue argumentado principalmente por las declaraciones de la familia de Evelyn, quienes aseguraron que -además de la violencia física constante- la hostigaba y violentaba verbalmente diciéndole “puto de mierda”, “para qué te vestís así si sos un hombre”.

En tanto, remarcó que las agresiones que sufrió la joven estuvieron dirigidas a las partes del cuerpo donde expresaba su feminidad, como el pecho o el pelo, que le fue cortado y arrancado.

La querella, comandada por la abogada Florencia González, quien había adelantado que buscaría probar un crimen de odio, adhirió a la postura del fiscal. Hasta el momento, como viene informando El Territorio, Junior estaba imputado por “la presunta comisión del delito homicidio doblemente agravado por la relación de pareja preexistente y por femicidio”.

Imputación y declaración
Ante estos nuevos elementos, el acusado se sentó frente a los jueces del Tribunal y fue notificado formalmente de las acusaciones. El defensor Ramírez, en tanto, solicitó un cuarto intermedio para estar a solas con el acusado y así explicarle sobre su nueva situación procesal, además de darle a conocer las declaraciones testimoniales que no escuchó.

Al volver del cuarto intermedio - y luego de la declaración de los testigos del día - el titular de la Defensoría del Juzgado de Instrucción Tres expresó que ya había cumplido con ilustrarle detalladamente a Da Silva esos pormenores, informó que había llegado a la conclusión de que declare por primera vez e insistió con la pericia psiquiátrica para establecer si el hombre tiene real conciencia de sus actos y las acusaciones que pesan en su contra.

Entre campante y retraído, Ramoncito se sentó entonces en el banquillo frente a las autoridades y respondió primero las consultas de su abogado, que lanzó preguntas una detrás de otra para obtener respuestas escuetas, tal y como se refleja parcialmente al inicio de este artículo. El resultado fue una serie de contradicciones, silencios y evasivas a conveniencia en una alocución que evidenció su analfabetismo.

Da Silva no pudo precisar su edad ni cuántos años lleva preso. Señaló que nació y se crió los primeros años de vida, hasta la adolescencia, en San Vicente “pero a mí me daba la calle, me daba la droga. A veces iba a la escuela y nunca aprendí a leer”.

Contó que consumía diariamente y en cantidades alcohol y marihuana, además floripón - floripondio -, una planta que tiene potentes efectos alucinógenos y que le ponía al mate. Al respecto, expresó que no se acuerda lo que sucedió la última vez que vio a Evelyn porque “estaba endrogado mal. Perdido en con el floripón, ese me dejó mal. Tomaba bastante”.

Luego de las consultas sobre las historia de vida, Ramírez consultó sobre la relación con Evelyn y como ella se autopercibía. “Que se viste como mujer” respondió cuando le consultó qué era un travesti y no supo responder cuando le preguntó la diferencia con un transexual.


- ¿Dónde trabajaba Evelyn?

- En la calle.

- ¿Tenías relaciones sexuales con Evelyn?

- Si.

- ¿Cómo se sentía ella?

- Se sentía como mujer.

- ¿Tenías problemas con eso?

- No.

- ¿La viste desnuda alguna vez?

- Si

- ¿No te parecía raro? ¿Le tenía bronca porque era así?

- No, no le tenía bronca.


Da Silva expresó que Evelyn consumía siempre mucho vino y caña y que dormían en la estación de servicios vieja, donde un hombre le había cedido el lugar. Negó haber conocido a la familia de la joven, lo que podría interpretarse como una forma de contradecir las declaraciones más pesadas en su contra.

También confirmó que sobrevivían del dinero que ganaba su pareja ofreciendo sus servicios sexuales. “Me compraba para comer y para tomar, nada de ropa y eso”.

Sobre el día de su detención en la terminal de ómnibus, expresó que “un creyente me mandó al muere” y sobre esa declaración consultaron luego tanto la querella como la fiscalía. “Yo le conté que había muerto una persona, que estaba escapando”, puntualizó.

“Pero todos los días muere alguien, por qué estabas escapando”, inquirió González, a lo que el acusado le respondió “porque yo estaba ahí”. Sin embargo, luego dijo que se había enterado por otra chica trans que Evelyn había fallecido, o que se enteró “en la Brigada” cuando ya estaba preso.

Ante la consulta de la jueza Marcela Leiva sobre los episodios de violencia, Da Silva insistió que le había pegado solamente una vez en medio de una discusión. “Ella era celosa porque yo miraba a otras mujeres de la calle. Yo iba en colectivo y yo le miraba”, describió.

Finalmente, luego de que se bordeó durante todo el interrogatorio, la magistrada fue directa y preguntó: ¿Vos mataste a Evelyn?. Da Silva tuvo un muy breve silencio, casi minúsculo, pero suficiente para interpretar que debió pensar su respuesta. “No”, concluyó seco.

 

Crudo testimonio de la amiga

El testimonio más importante de ayer fue el Norma Pedrozo (38), una mujer trans y trabajadora sexual que fue amiga de Evelyn durante más de 10 años. La mujer trabajaba con la víctima en cercanías al lugar del crimen y se fue a Puerto Iguazú pocos meses antes del desenlace.

Su comparecencia no estaba contemplada al inicio del debate, pero fue solicitada por la querellante Gonzalez. La abogada contó que cuando se enteró que iba a iniciar el juicio la mujer se vino a Posadas y pidió contar lo que vivió.

“Ellos paraban en la estación vieja y yo escuchaba todo lo que él le hacía a ella. Era muy agresivo, le pegaba, le quemaba con cigarrillos. Salía y corría a todas las chicas trans”, señaló la mujer, quien pidió que el acusado no esté presente en la sala.

Detalló que desde que la relación inició, Evelyn desmejoró mucho y que dejó, por ejemplo, de ir a la peluquería y comprarse ropas.

“El cuerpo de ella era todo negro, no era ella. Cambió montón. Le pegaba, quemaba con cigarrillos y le pegaba todo el tiempo. Cambió todo cuando ella conoció a ese chico”, insistió.

También refirió que tanto ella como otras chicas trans sufrían hostigamiento de Da Silva y este les decía “putos de mierda” o “trolos de mierda”, puntualizando que eso no ocurría con otras trabajadoras sexuales.

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