Retomar una tradición familiar

El legado de Roberto Ñaú

Tras una capacitación intensiva en cerámica, Naty Agüero le dio uso al barro ñaú que guardó su esposo Roberto por 10 años. Hoy no sólo cumplió el sueño del hombre de cocer el barro, sino que ofrecerán cerámicas como el artesano solía crear
viernes 17 de diciembre de 2021 | 2:30hs.
Naty Agüero, emocionada por volver a revivir la pasión de su esposo. Fotos: Norma Devechi
Naty Agüero, emocionada por volver a revivir la pasión de su esposo. Fotos: Norma Devechi

La vida es un camino de aprendizajes, en un momento dado las personas encuentran su destino que muchas veces era totalmente inesperado descubriendo un don que los lleva al éxito.

No obstante, es un camino a prueba y error, como lo fue para Naty Agüero y su esposo Roberto, pioneros en la artesanía de Puerto Iguazú.

Su vocación nació como un juego y tomó tanta trascendencia que el hombre llegó a ser conocido como Roberto Ñaú y tras un año de su fallecimiento el recuerdo de su constancia y dedicación sigue vigente. Hoy, su talento se recuerda con más fuerza ya que  tras un curso de cerámica, su esposa y su hija volvieron a usar el barro que Roberto guardó hace 10 años en su casa.

“Mi esposo Roberto Agüero era albañil y después fue conocido como Roberto Ñaú. Entre los dos fuimos los primeros artesanos de Iguazú”, recordó Naty. “Todo comenzó cuando Roberto fue a hacer un pozo de agua y encontró arcilla, se puso a jugar, vio que era muy manejable ese barro. Entonces hizo un cacharrito y me lo trajo de regalo. Yo recibí el regalo emocionada, me pareció tan lindo y eso lo entusiasmó para comenzar a hacer más vasijas”, detalló sobre el descubrimiento.

La mujer tenía como hobby hacer flores de tela, y un día hizo varias, las acomodó dentro del cacharrito que le había regalado su esposo, y fue así que nació la idea de producir y vender.

“Después de los cacharritos, Roberto comenzó practicar para moldear tucanes, al principio le costó bastante hasta que luego le tomó la mano. Los montaba en raíces de isipó o sobre madera. Al principio colgábamos en la entrada de casa, como vivíamos en una zona transitada por turistas, se acercaban y nos compraban. Fue ahí cuando decidimos dedicarnos a las artesanías”, relató la mujer.

Naty cuenta que todo el tiempo su fallecido esposo se capacitaba y su sueño era aprender a cocinar el barro y pasar a fabricar productos cerámicos, pero nunca concretó su meta. “El sueño era cocer el barro pero nunca llegamos a hacer el horno, las piezas de Roberto no estaban cocidas pero endurecían de manera tal que hasta hoy tenemos objetos guardados”, deslizó Naty.

“Con el tiempo comenzó a trabajar los porongos, a fabricar artesanías como los tradicionales tucanes, entre otros productos. La última vez que trajo barro ñaú a casa fue hace 10 años y lo teníamos guardado en un balde en casa porque la mayor cantidad de productos lo hacíamos con porongos”, especificó sobre esta nueva vuelta de tuerca.

De esta manera, el barro ñaú volvió a tener importancia cuando esta semana el maestro ceramista de Asunción, Paraguay, Eduardo García arribo a Iguazú a brindar un taller intensivo. En base a sus conocimientos adquiridos en Itá Caaguazú de la mano de las mujeres de diez familias alfareras conocidas como Kambuchi Apo (las que trabajan el barro), dio una clase detallada sobre la materia.

“Somos una familia de artesanos, mi hija y mis nietas también fabrican artesanías. Cuando supimos del taller, nunca pensé que el barro que trajo mi esposo podría convertirse en alguna vasija y menos que aprendería a cocinar el barro cumpliendo el sueño de mi esposo. Si bien nosotras lo ayudamos siempre, ninguna aprendió a trabajar el barro con él, es por eso que este curso es tan importante, mantiene más vivo el recuerdo de Roberto Ñaú”, sentenció Naty.

Siguiendo así la tradición familiar, se enfocan en su arte que comercializan en un local anexo de la Cabaña de los Muñecos.

“Roberto armaba los tucanes y nosotras pintábamos. Hoy hacemos todo, la confección y la pintura. Desde esta semana vamos a contar nuevamente con cerámicas, ya que aprendimos a trabajar el barro. Y así, el legado de mi esposo continuará vigente”, remató entusiasmada la mujer.

El taller de cerámicas fue dictado en la Cabaña de los Muñecos durante toda la semana, los productos hechos durante la capacitación estarán en la velada de fin de año de la Cooperativa Kossa Nostra prevista para este fin de semana.

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