¿Llegará algún día la ansiada paz?

El cemento se vuelve escombros y cae sepultando personas. Los cohetes vuelan buscando objetivos. Las balas no discriminan mientras las explosiones anuncian que la matanza continúa. ¿Cuánta sangre más deberá correr por los cauces secos, cuántos niños deberán quedar huérfanos, cuántos mutilados, locos, empobrecidos, errantes, parias por el mundo hacen falta para cambiar el curso de la historia? ¿Siglos de persecución e intentos de aniquilación mutua tendrán algún momento de raciocinio? Acaso la tolerancia es sólo una palabra? Mientras tanto, los hombres de hierro no escuchan los gritos, ni la voz ni el llanto de los que suplican paz (más información en página 14).