“Hay mucho talento para decir que ya todo está escrito”

El artista Kevin Johansen celebra los 20 años de la salida de su primer disco, ‘The Nada’. Habló sobre su trayectoria y también contó que proyecta una gira por España y prepara su nuevo álbum
domingo 11 de abril de 2021 | 6:00hs.
“Hay mucho talento para decir que ya todo está escrito”
“Hay mucho talento para decir que ya todo está escrito”

Kevin Johansen está de fiesta. Su primer disco publicado cumplió un aniversario redondo. Los 20 años son una excusa para celebrarlo. Porque seguramente ese disco que en 2001 llamó The Nada no es un punto de partida sino de llegada.

Llegó a The Nada luego de un periplo que comenzó en su Alaska natal, que pasó por San Francisco, que recaló en Montevideo y en Buenos Aires, y que antes de afincarse definitivamente en La Reina del Plata, tuvo una década completa (la de los noventa) para foguearse musicalmente en Nueva York.

Moverse, como lo ha hecho siempre, aunque ahora sean tiempos pandémicos. “Porque los trabajadores presenciales estamos con ganas de volver a los escenarios y con ganas de tener el calor y el fervor del público. El contacto, la conexión -dijo, días antes de sus conciertos porteños, en el Gran Rex-. Veremos si podemos de a poquito ir sintiendo eso. Estuve, semanas atrás, en Rosario y en Córdoba, y la sensación fue muy compartida: la necesidad tanto de artistas como de público de un minuto a minuto en vivo”.

Johansen sigue adelante, desde la coyuntura, pero sin planes B. Continúa con su agenda. Hacer retrospectiva de los 20 años que pasaron desde su vuelta a la Argentina y de la edición de su primer disco en solitario. Proyectar un nuevo álbum, del que ya adelantó dos canciones en 2020 (Available 20s y Todo esto) y que tiene como título tentativo Nada está escrit…

“A pesar de todo uno sigue intentando plasmar ideas y proyectos. La causalidad no casual de los 20 años de mi primer disco solista. En abril de 2001 lo presenté por primera vez en el Club del Vino. Lo había publicado por Los Años Luz. Y ya pasaron 20 años con casi la misma formación de músicos. Con el número redondo es lindo pensar en el momento que me traje ese disco de otro mundo, cuando no caían las Torres Gemelas ni caía la Argentina en el corralito. Y cómo cambió todo en estos 20 años. Es fuerte. Pero acá estamos, tratando de celebrar la presencialidad de los artistas, y viendo qué pasará luego de los anuncios ¨(del Gobierno)” de esta semana en cuanto a la pandemia”.

¿Te movés con dos formatos: con la banda The Nada, para los dos shows de este fin de semana en Buenos Aires, y en plan “Mi guitarra y yo” para viajar al interior del país?
Sí. Y si todo sale bien tengo fechas en España. Para el norte argentino voy muy poco y esto de hacerlo sólo con la guitarra es para que también vean la esencia de las canciones. En España haré lo mismo. Le puse, simplemente, Vecino Tour porque venimos haciendo esa canción que habla de la empatía y de este momento globalizado. Estamos en la democracia de la desgracia. Estamos todos en un mismo lodo, todos manoseaos, como dice el tango.

Te pusiste discepoleano. Pasaron 20 años de la publicación del primer disco solista. ¿Desde cuándo te sentís músico?
No sé. Creo que mi vieja quería que fuera músico, aunque cuando era adolescente le daba un poco de miedo la idea. Cuando vivíamos en Alaska yo ya bailaba al ritmo del lavarropas. Eso me contaba ella. O sea que era un freak del movimiento. Estaba movilizado literalmente por la música. Después, en la Argentina, cuando llegamos, mi vieja tuvo el buen tino de mandarme a estudiar guitarra clásica. Mis profes, que eran alumnos de la gran Irma Costanzo, me dijeron que tenía oído absoluto, que era muy orejero y sacaba las cosas tal cual. Que era un avión.

Pero no fuiste para el lado de la música clásica sino de la canción.
Porque ya escribía canciones. Nunca sentí que podía ser un virtuoso con la guitarra, pero sí que en mi cabeza podía elucubrar ideas musicales. Quizás porque la generación anterior a la nuestra fue de virtuosos, algunos de nosotros tratamos de ser más creativos con la cabeza que con los dedos. Es una teoría. O quizás tiramos la toalla. No sé. Como decía don Atahualpa (Yupanqui), vislumbrar no es alumbrar. Yo considero que la canción es un género en sí mismo. A los 14 o 15 andaba con ideas musicales con poesía. En la Escuela del Sol había un gran taller literario que fue muy famoso, dirigido por Carlos María Caron y Bettina Caron. Los primeros juegos literarios de cadáver exquisito, de pasarle una línea al compañero para continuar el cuento, y todo juego con la palabra ya estaba. Eso que necesitamos los cancionistas, hacer coincidir sonoridad con sentido, ya estaba dando vueltas.

¿Estás terminado un nuevo disco?
Lo estoy cocinando. Algunas cosas van a aparecer ahora. Y en mayo, cuando vaya para España espero poder grabar con unas músicas llamadas Las Migas que son brillantes. Y con el dúo Fetén Fetén, con el que hice varias colaboraciones.

¿No está todo escrito es el nombre?
Me gusta “No está todo escrit…” así con puntos suspensivos. Es una tentativa. A veces escuchás a artistas consagrados que te dicen que no escuchan nada nuevo. Y no lo puedo creer. Me parece una falta de respeto total. En el mundo levantás una piedra y aparece un músico. Hay mucho talento como para decir que ya está todo escrito. Aparte, el contexto y la época es otra, nunca las cosas se van a repetir. La historia siempre va a ser otra. Todo es muy vertiginoso y a veces es difícil parar la pelota y ver qué hay. También es cierta aquella frase que cantaban en All That Jazz: “Everything New Is Old Again” (todo lo viejo es nuevo de vuelta).

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