Abrazado al mejor abrigo misionero

Verona, tierra de Montescos y Capuletos, Penny Lane, de peluqueros,banqueros, bomberos, pescado y papas. El arte teletransporta y eleva a hitos ciertos lugares junto a su gente, sus costumbres y sus placeres.

Pareciera que el compositor, por ejemplo, tiene un deber tácito de expresar lo que lo rodea y exportar su universo, al tiempo que encuentra cerca a quienes se identifican en él. Así lo entiende Fabián Meza, que tras abocarse a sintetizar todo lo que su pueblo natal le evoca en tres minutos, logró poner a Montecarlo en el radio nacional. Es que la canción homónima se posicionó primera en el Ranking Argentino de Canciones (RAC). Grabada en el estudio de Leandro Yahni, tiene el aporte coral de Raúl Mandagarán y Micaela Argüello.

“Tuve la posibilidad de hablar de mi pueblo, de contar sobre mi pueblo. Vender a Montecarlo en otros lugares del país”, explicó el artista sobre la llegada que le dio el proyecto de la radio pública que difunde la música nacional desde cada una de sus 50 emisoras en todo el país. Además de haber sido presentada para el centenario de la ciudad de las orquídeas en mayo y de todos los abrazos y nostalgia que recibió a la distancia, liderar el RAC fue una consagración inesperada, sobre todo en tiempos donde la cultura aún se contornea entre el streaming y la incertidumbre de la vuelta final a los escenarios.

En esta línea, festivalero de alma desde infante, Meza reconoció que extraña horrores el contacto cercano con su público. Habiendo participado de las versiones virtuales de celebraciones como la más reciente Fiesta Nacional del Chamamé, juzgó que al show le falta un poco de espíritu. “En el caso del Festival del Litoral, hay una adrenalina que se siente al subir al escenario y después de tantos años de estar ahí, grabar sin gente fue muy raro, muy extraño. Uno trata de concentrarse, pero no es lo mismo, falta esa magia, esa energía con la gente”, postuló.

“Estar presente, ir a una fiesta como la mayoría de las fiestas que se hacen en la provincia o el Litoral, tiene otra connotación. La presencialidad es compartir, charlar, es estar con la gente. Ocupa una función social”, insistió.

En coincidencia, remarcó que anhela volver a tener esas experiencias: “Extraño mucho salir a la ruta, recorrer una ciudad antes del concierto y a la noche sentir esa adrenalina y esa emoción que es el escenario. Crecí en ese ambiente, acompañando a mi viejo. Pensé que no lo iba a extrañar, pero lo extraño”.

Por otro lado, como saldo positivo de la pandemia, ponderó que todo ese cambio a la virtualidad del que se hablaba hace un tiempo, se haya acelerado y la oportunidad de ser parte de proyectos que incluyen a diferentes músicos de distintas ramas y latitudes.

Y como la internet acerca hasta los puntos más lejanos del globo, reivindicó la importancia de conocer lo nuestro, de conectar con el vecino.

“Creo que nos volvimos consumidores de todo lo que pasa en el mundo, pero necesitamos otra conexión en lo social. La cuarentena o la pandemia fue o es quizás la oportunidad para empezar a ver lo que tenemos acá. Me pasaba al recorrer la provincia que la mayoría de los chicos conocían a muy pocos músicos de la provincia”, relató Meza y agregó que en una época importante para acrecentar la difusión, se requiere “un trabajo de cada uno de los que actuamos en este mundo de la cultura misionera”.

Criado entre Bach, Led Zeppelin, Ernesto Montiel, Jaime Ross y Piazzolla, por nombrar algunas influencias, Meza abraza la versatilidad con brazos bien abiertos. “Misiones tiene una diversidad muy grande y en esa diversidad tenemos que encontrarnos. Creo que es una fortaleza tener una variedad muy grande y estar entre dos países con una importante convergencia cultural”, definió.

Cancionero de corazón costumbrista e inspirado en caminos de tierra, cursos de agua, verde fulgor, el compositor confiesa que cientos de ideas y paisajes se meten en sus obras y que si bien no se pregunta por su origen, tiene un estricto paladar para autojuzgarse y muchas composiciones no llegan a ver la luz. Caminando, viajando o incluso soñando, como su última producción en curso, surgen los proyectos que va delineando en letra y música.

De este modo, con una gira pospuesta en España y el calendario anual de espectáculos en una palpable incertidumbre, los planes a corto plazo son presentar algunas canciones nuevas, en formato single, con su respectivo videoclip.

A pesar de haberlo desvelado en plena madrugada, las composiciones no están directamente relacionadas o referidas al contexto epidemiológico reinante. Aunque, entendió, la obra es una pintura del momento, recalcó que más allá del entorno, el toque final tiene que ver con lograr ese difícil punto de convertirla en un refugio, donde el que se identifique sea más de uno.

“Para mí la música es como el abrigo del alma y creo que estamos en una provincia que va a ser fuerte en lo cultural, tengo mucha fe en eso”, alegó.

“Misiones tiene que lograr que esa diversidad se vaya mostrando cada vez más. Está en Ramón (Ayala), está en el Chango (Spasiuk), pero veo que hay una generación nueva que puede dar un aporte muy importante a  la música de Misiones y que la va a enriquecer mucho”, precisó.

No sé si empieza o termina en el río, grafica Montecarlo, la canción que comenzó a girar en el éter nacional y en parte grafica también la carrera y el trabajo de años de Meza, centrado en la canción, más allá de los géneros musicales y enfocado en el potencial de la Tierra Colorada.

Espectro nacional
Canciones misioneras.
La canción Montecarlo llegó al primer lugar del Ranking Argentino de Canciones y se difundió en todo el país. Además junto a Jazz Cartel, Jugo de Tigre, Paranaguá y Yerba Canchada, fue seleccionado este año para conformar el Catalogo de Músicas Esenciales del Ministerio de Cultura de la Nación.