“Hoy es el epicentro de los casos de tortura”, dijo un miembro

Comisaría de barrio Sol suma denuncias por apremios

viernes 30 de octubre de 2020 | 5:01hs.
Comisaría de barrio Sol suma denuncias por apremios
Comisaría de barrio Sol suma denuncias por apremios

En agosto del año pasado el destacamento policial del barrio Sol de Misiones pasó a ser la Comisaría Vigésima de la ciudad de Posadas. La dependencia tiene una jurisdicción de 20 barrios del sur de la ciudad, que involucran a unas 10.000 personas y fue un pedido de los vecinos ante hechos de inseguridad.

Sin embargo, hechos recientes lo podrían ubicar como un lugar de peligro. Según testimonios y documentación a la que accedió El Territorio, hay dos casos de apremios documentados por la Comisión Provincial de Prevención contra la Tortura de Misiones y otras dos causas penales en curso por los mismo delitos.

Es decir, al menos cuatro hechos denunciados sólo en octubre.

“Creo que hoy la Comisaría Vigésima de Sol de Misiones es el epicentro de los casos de tortura de Posadas”, alertó a este medio Francisco Souza, miembro del organismo que asesora a las víctimas privadas de su libertad.

Souza intervino ante la requisitoria de los internos e impulsó una de las causas judiciales.

El entrevistado explicó que se trata de una dependencia pequeña, en la que no hay lugar para muchos internos. Incluso cuando se presentó en el lugar este mes había sólo tres detenidos por distintos hechos delictivos. 

“Nos encontramos que hay apremios ilegales y torturas, fundamentalmente al momento de la detención, los procedimientos de detención son muy violentos. Pero, además, una vez que los detienen tenemos el registro de que en oficinas administrativas también se llevaban adelante torturas con el objetivo de que confiesen algún robo o algún hecho que se les está imputando”, explicó el funcionario.

El miembro agregó que relevaron que los efectivos a veces ingresan a los calabozos para “amedrentar o torturar a los detenidos”.

“Nosotros tenemos todo documentado a través del protocolo -se hicieron tres-, donde la persona da el consentimiento. Uno de ellos elevó una denuncia que hice a través de la Procuración General”, amplió. 

Esa presentación es investigada por la Fiscalía de Instrucción Uno de Posadas, a cargo de la fiscal Amalia Spinnato.

Souza relató que si bien los hechos de apremios y torturas son distintos, se detectó una misma metodología. Incluso expresó que los relatos de los denunciantes fueron corroborados cuando se presentaron en la dependencia a hacer el monitoreo.

“Nos denunciaban que había un efectivo policial que portaba un cuchillo de grandes dimensiones en su cintura y cuando fuimos pudimos confirmar que sí, un policía se paseaba por toda la comisaría con el uniforme, pero portando también un cuchillo de grandes dimensiones, cuando no es un arma reglamentaria”, detalló.

Souza también expresó algo que, de confirmarse, podría dar cuenta con la impunidad  con la manejan los uniformados de la dependencia. Es que quien denunció a los efectivos volvió a ser golpeado luego, por lo que deberá hacer una ampliación de denuncia en los próximos días.

“Generalmente luego de que se hace la denuncia esto se frena o las prácticas terminan, sin embargo esto se acentuó”, cuestionó.

Otro hecho

Pero además de esos tres casos, la misma fiscalía lleva adelante otro hecho de apremios denunciado el 19 de octubre, en la que se señaló a los uniformados de la División Motorizada de la dependencia, donde la víctima quedó alojada por 24 horas sin que se le avise a ningún familiar. El Territorio accedió a la denuncia.

El requirente en este caso es Juan Pablo Brítez (19), quien relató ante la fiscal Spinnato que el último domingo 18 circulaba con su motocicleta en Jauretche y calle 200, cuando advirtió que dos personas en moto le gritaron desde atrás para que se detenga, algo que no hizo porque pensó que eran motochorros, debido a que no se identificaron y circulaban “sin luces ni guiños”.

Siempre según la presentación, el hombre giró sobre la calle 200 e hizo unos metros hasta que -en movimiento- el acompañante de la motocicleta que lo seguía lo tomó de la espalda e hizo que se caiga al piso.

“En ese momento advierto que estas personas tenían uniformes de policías, me esposaron y encontrándome reducido me golpearon con el puño y la cachiporra en la parte del hombro del lado izquierdo y en las costillas del lado izquierdo”, se lee.

Entonces se produjo el traslado a la Comisaría Vigésima, donde lo alojaron en una celda.

Allí, según el documento, uno de los policía le tiró el celular -un Iphone 7 plus- al piso y lo pisó con la bota al tiempo que dijo: “Vos me rompiste mi celular ahora voy a romper el tuyo”.

“Luego de ello, estando esposado, me volvieron a golpear los mismos que me había detenido”.

El joven fue trasladado al hospital, donde el médico describió las excoriaciones y posible fractura de rótula derecha provocada por la caída de la motocicleta.

El denunciante también añadió que los uniformados le hicieron firmar un acta que decía que no tenía los papeles de la motocicleta y el carné habilitante para conducir, elementos con los que sí contaba -dijo que estaban en el casco y el celular- y los efectivos dijeron que no estaban. También que le sacaron la patente de su vehículo.

Asociación ilícita

“Lo importante acá es que la Justicia avance en el proceso y que todas esas instancias no queden solamente en la instrucción, sino una vez que se recaben las pruebas esto pueda ser elevado a juicio. Lo que pasa es que es difícil porque la Policía generalmente asiste a los juzgados, pero además siempre tienen estrategias de impunidad”, pidió Souza.

Y concluyó: “Es fundamental que se rompa la organización cambiando las autoridades y los efectivos policiales que se desempeñan en la comisaría. En todo caso suspendiendo y supeditado a la causa judicial y mientras tanto pasarlos a una especie de disponibilidad para que no sigan en contacto con detenidos”. 

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