“Estoy en una etapa de reaprendizaje”

El ambiente es propicio para que la charla sea amena. Pero a pesar de que el momento se presenta descontracturado, advierte que se siente visitante en su propio espacio, su oficina del centro posadeño. Aun así, con algún síntoma que no la deja mostrarse ciento por ciento entera, Alicia Soroka se mete de lleno En primera persona y refleja sensaciones, miedos y anhelos.

¿En qué momento estás de tu vida?

(Piensa varios segundos) Por ahí, de reaprendizaje. Empecé a trabajar muy joven. Son 30 años de equivocarte y cargar un montón de vicios. Un poco trato de lidiar con los años que vengo trabajando, como si habilitara a algún tipo de autoridad en algo, que no es así. Mucho menos ahora, donde un montón de conceptos laborales y sociales están rediscutiéndose. Si la preguntá es ¿en qué etapa estás?, diría desaprender mucho de lo aprendido y aprender cosas nuevas.

En ese contexto, ¿cuáles son tus prioridades?

Es todo, lo que hacemos con Testimonios (su programa televisivo): observar a la persona, su historia y lo que puede transmitirnos como inspiración.. Y en lo personal, eso... el periodismo en muchos momentos te obliga a categorizarte. Mi cable a tierra son las plantas, la chacra, que se conectan con los viajes al interior.

Me das pie, ¿cuál es tu vía de escape para barajar y dar de nuevo?

La naturaleza, la chacra y disfrutar de eso; en mi casa, mis plantas.

¿Qué es lo que más te preocupa?

Lo que acabamos de hablar: seguir en modo trabajo mucho tiempo, cuando debería tener más tiempo para un modo ocio. Es una señal amarilla para alguien que ya pasó los 55 años.

¿Sos una persona jodida?

(Piensa unos segundos). No, no (muy pausado). Espero no serlo, es un juicio de valor que tendría que tener el otro sobre mí. Trato de no ser complicada para nadie. Más conciliadora y firme en algunas cuestiones, obviamente. Trato de ser abierta y no complicada.

¿Cuál fue tu mayor frustración?

No tengo grandes frustraciones. Cantar, por ejemplo. Me gusta escribir y cantar. No canto porque no tengo tiempo ni posibilidades. Si tuviera un espacio para sistematizar una práctica lo haría, me encanta.

¿Y la mayor alegría?

Está ligada a la familia, los hijos, la pareja, al trabajo. Eso.

¿A qué le tenés miedo?

(Un largo silencio) Tengo miedo a algunas enfermedades. A algunas pérdidas, con las que me veré enfrentar seguramente. Me pregunto si el rol de madre lo cumplí como debía. Todo el tiempo reflexiono, como madre una toma decisiones y por ahí la forma de demostrar amor es soltando. Ahora se da algo interesante: desaprender y aprender con ellos.

En esa línea, ¿cuál fue el momento de mayor aprendizaje?

El momento del desprendimiento. Cuando cada uno (de sus hijos) empezó a elegir su camino, respetar el camino que hacen.

¿Pañuelo verde o celeste?

Veeerde... (pone énfasis), verde, verde, a full.

¿Qué ley sancionarías en lo inmediato?

Esta, la de interrupción voluntaria del embarazo, sin dudas. Creo que todo el mundo conoce, para que haya posibilidades de ejercicio de la autonomía, de la libertad. Todos saben que la ley no va a obligar a nadie, las circunstancias hoy sí obligan a las mujeres. La ley les daría opción.

Dónde te parás hoy en cuanto a pensamiento: ¿izquierda, derecha o centro?

¿Existe eso todavía? No sé, si pudieras ayudarme a decirme qué es izquierda, derecha o centro por ahí te digo dónde estoy. Son etiquetas que quedaron desactualizadas.

¿Cuál es el mayor problema de la sociedad?

En general, ¿no? El individualismo me parece, esto de salvarse uno como pueda. Obviamente hay quienes sólo pueden salvarse a sí mismos, pero a veces en sectores donde hay mayor necesidad el pensamiento es más colectivo, es más solidario.

¿Y el mayor avance?

Todo lo vinculado en tecnología, en ciencia y comunicación.

¿Tenés algún TOC?

No sé si TOC. Pero no me gusta el desorden, soy metódica con muchas cosas de mi rutina diaria.

Si tuvieras la posibilidad de una charla con alguna personalidad, ¿con quién sería?

Un montón de gente. Pensando en gente del oficio, Tomás Eloy Martínez, estaría buenísimo tomar un café y charlar. Alberto Roth, llegué a entrevistarlo pero lo conocí muy poquito. Después Bill Gates y Evita. De música y cine hay un montón de gente también que admiro. Con Nina Simone (cantante, compositora y pianista estadounidense) me tomaría un trago (risas).

¿En qué otro oficio te hubiera gustado desempeñarte?

Muy diverso, pero... psicóloga; me gusta todo lo que tiene que ver con la estética, así que en algún área de decoración y esas cosas me hubiera hallado. Y en el ámbito rural, no sé si me hubiera dado el cuero, pero algo vinculado a alguna producción agraria. Lo digo idealmente, pero conozco bien el esfuerzo que hay que hacer, de hecho hasta los 5 años viví en la chacra. No hubiera sido nada raro. Con mi hermano cantábamos en casa, no digo un disco, pero con unas clases de canto a lo mejor avanzábamos...

Si tuvieras que volver a la niñez, ¿qué momento elegirías?

Claramente esos momentos de los que recuerdo poco, pero que los recuerdo como muy intensos en la chacra. La primera infancia, esa en que empezás a hacerte amigos, después en Oberá. Esa primera infancia ajena a todo tipo de preocupaciones. ¿Qué diría un psicólogo de eso?