Las rutas más escalofriantes

miércoles 25 de abril de 2018 | 5:00hs.
Carretera de Los Yungas, Bolivia.
Se la conoció siempre como “la ruta de la muerte” (foto), por los accidentes y víctimas que se cobró. Conecta la ciudad de La Paz con Coroico, en la región de Los Yungas, y es famosa porque desde su altitud máxima, de 4.650 metros, desciende casi 3.000 metros en sólo 64 kilómetros, con curvas y contracurvas al borde de precipicios de hasta 900 metros, en una zona de abundantes lluvias y niebla.

Skippers Canyon Road, Nueva Zelanda.
Un camino construido a fines del siglo XIX para los buscadores de oro que hoy usan otros aventureros. Un trazado estrecho y sin asfaltar que está repleto de curvas pronunciadas y subidas y bajadas, con fuertes vientos en algunos tramos. 

Halsema Highway, Filipinas.
Se inauguró en 1930 en la isla Luzón y tiene 240 kilómetros a través de la cordillera central, uniendo las provincias de Baguio y Benguet con el norte de la isla. Además de deslizamientos de tierra y desprendimientos de rocas, tiene grandes desniveles y suelen crearse bancos de niebla que dificultan la visibilidad. Como si fuera poco, apenas tiene guardarrailes. Para valientes.

Carretera del Karakorum, Pakistán.
Con un paso a 4.733 metros sobre el nivel del mar, es la ruta internacional asfaltada más alta del mundo para conectar Pakistán y China, siguiendo un tramo de la legendaria “ruta de la seda” y atravesando gigantescas montañas y glaciares.
Es de asfalto, pero el terreno abrupto, la nieve suele cortar tramos durante el invierno y las avalanchas de barro en verano transforman la travesía en una aventura.