Fermín Fierro “me dejó la música en mi ser”

Rearma por primera vez la historia con su padre, el autor de “Mi serenata”. Dijo que le ocultaron su muerte. “No lo pude despedir”
domingo 03 de junio de 2012 | 2:00hs.
“Soy el hijo más famoso” de Fermín Fierro, afirma Leandro Fuentes (37). Conocido como Lolo, es el guitarrista de Miranda. El Territorio lo contactó y logró reconstruir una apasionante parte de su vida, pero desconocida. Hasta ahora. Contó cómo conoció al autor de Mi serenata, su padre biológico y a quien lo encontró dos décadas después de haber nacido en España. Además, confesó la indiferencia que existe con su hermana: María Eugenia Díaz, hija también de Fermín y coautora con Marcela Morelo de la célebre La fuerza del engaño.
Al frente de una de las bandas que revolucionó el sonido de la música argentina como sólo lo hizo Virus alguna vez, Lolo afirma que su talento se lo debe a su abuelo materno, Nicolás Mercado; y a su papá, uno de los folcloristas más importantes de Misiones. “Cuando voy a tocar me acuerdo siempre de mi abuelo y de mi viejo. Y siento que están de alguna manera, guiándome desde el cielo”, dijo.
Cuando Leandro Fuentes aún era un ignoto guitarrista y tenía 21 años se reencontró con su papá, contemplándolo como los demás espectadores en el Parque Centenario, de Buenos Aires. “Era un personaje Fermín”, define Lolo.
“Lo pude conocer como artista”, dijo. “Hubo algo que me marcó mucho. Era la primera vez que vi tocar a alguien muy cercano a mí, haciendo un acting y que me reivindicaba como músico. Casi me desmayo. No podía creer: un tipo con tanto carisma. Las señoras de su edad estaban como locas”, recordó.
La segunda vez que lo vio a Fermín Fierro fue en la Sociedad de Fomento Argentino- Española de Capital Federal. Su padre no consiguió una guitarra para tocar y entonces se puso a recitar.
“Cuando terminó de decir el discurso los viejos estaban todos llorando, aplaudiendo. Entonces ahí me di cuenta. Yo venía tocando la guitarra y dije: ‘¡ah!, yo quiero ser como él, quiero hacer esto”.
Por esas cosas de la vida, entre un hijo y un padre distante, sólo lo tuvo enfrente esas dos veces. “Después no nos vimos más. Él estaba en Posadas. No sé, yo estaba en Buenos Aires, sin trabajo. Saliendo de la adolescencia y entrando a ser adulto. Pero la verdad (esos encuentros) me marcaron para toda la vida y definieron lo que yo quería ser. Si bien sé que soy guitarrista, cuando empecé con Miranda no tocaba un cuarto de lo que toco ahora. Ahora tampoco soy un gran guitarrista pero lo que más me interesó es cómo él manejaba la escena. Cómo con dos palabras emocionaba a la gente. Y creo que de alguna manera a lo estoy logrando”, estimó.
Lolo siempre ha dicho que nació “por casualidad” en España. Porque a los cinco meses volvió de ese país, en brazos de su mamá y en compañía de su abuelo.
“Eran tiempos difíciles. Imaginate en los setenta: viajar con avión era medio imposible”, apuntó y reveló cómo fue que vivieron en el extranjero. “Mi mamá me decía que hacían tortillas de arroz porque no teníamos plata para comer”.
Su madre, Nora -que actualmente canta tangos-, regresó al país y alejándose del músico misionero, quien se quedó en España. “Porque Fermín era un divino pero un músico bohemio y yo que sé. Andaba de acá para allá en las peñas de España”, contó Lolo.
El autor de Mi serenata conoció en Europa a la locutora María Jesús Álvarez, quien años después se hiciera famosa en todo el mundo por decir “esperanza”, en una frase que iniciaba Javier Dotú, con la frase “próxima estación”.
Fue una grabación tomada en el subte de Madrid y que Manu Chao tomó sin autorización para la introducción de uno de sus discos, algo que le valió una denuncia de ambos locutores españoles.
En paralelo a tal anécdota, María Jesús y Fermín Fierro tuvieron otro hijo: Eduardo. “Es un personaje, un bancario. Se parece a Milhouse (de Los Simpsons)”. Lolo se presentó ante Eduardo “y cuando me conoció no entendía nada. Todos esos pelos y todo maquillado”, recordó riéndose.
 Su encuentro con María Eugenia Díaz, también hija de Fermín, no fue como Lolo hubiera deseado. “No digas nunca que sos mi hermano”, le habría dicho ella según recordó el músico. Sin embargo, “en la época que tuvo que ir a cobrar derechos (de autor) sí se hizo cargo. Nada, un desastre. Se llevó toda la plata”, lamentó Lolo.
“Aparte se llevó una guitarra blanca que usaba él (Fermín) para componer, que a mí me hubiera gustado tenerla. De la plata no esperaba nada”, acotó.
Cuando Lolo conoció a María Eugenia, ella gozaba por ser coautora de La fuerza del engaño y estaba casada con Fabián Matus, hijo de Mercedes Sosa.
“La conozco por una nota, en la revista Gente. ‘Mirá: esta es tu hermana’”, le habría revelado la artista María Gabriela Epumer. “Cuando la volví a ver (a su hermana) Matus le había pegado una patada en el o…. Lolo recordó que María Eugenia “apareció en el programa de Mirtha Legrand, en la puerta” pero él se negó a verla.
Aunque con el tiempo ella volvió a contactarse y le propuso conocer a su sobrino. “Puedo estar enojado con alguien pero tampoco ser rencoroso. Lo quiero conocer - le dijo-. lo conocimos, buena onda. Y nada, vino a pedirme plata, me sacó 1.700 pesos y después desapareció. Ahora perdí el teléfono y ya no me interesa más. Desapareció”.
El guitarrista recién conoció Misiones  cuando vino a tocar con Miranda a mediados de la década pasada. Buscó el acta de defunción de su padre, compró un disco de Fermín y fantaseó con una relación imposible. “Me hubiera gustado más cosas, que me lleve al río, tomar matecitos.Cosas que tiene el folclore. Que me diga: este acorde no se toca así. Que me pegue en la cabeza. Esas cosas de padre que son vivencias. Pero bueno, hay que estar agradecidos con la vida que te da”.
El guitarrista confiesa que el día que falleció Fermín Fierro. Nombra a Sarita, una hermana suya, que mandó a exhumar el cuerpo de su papá. “Fue como bastante oscuro y está bueno que la gente lo sepa”, dijo. “Me ocultaron un poco la muerte de mi padre. “A mí me avisaron tarde, yo trabajaba en un locutorio. Ganaba lo que ahora vendría ser, como mucho, 800 pesos. No tenía forma de viajar”, lamentó Lolo.
“Fue un momento bastante triste, porque estaba muy lejos y no lo podía despedir”, dijo. “La vida te da la herencia que te tiene que dar. No estaba en Miranda, que comenzó en el 2001. Así que la herencia más grande que me dejó fue tener la música dentro de mi ser”, apuntó Lolo.
Tienes el don que requiere curar este mal, dice el tema más famoso de Miranda. Especie de invocación que, sin notarlo, Lolo debe hacer al recordar a su padre. Es que “los genes mandan”, afirma el músico.


Walas y Cidade, un caso similar
Walas es Guillermo, el hijo famoso de José Vicente Cidade. Como Lolo, Walas se volvió a reencontrar de adulto con su papá. Nació en Buenos Aires y fue criado por su madre. Aunque Walas tuvo tiempo de acercarse a su papá y recomponer su relación. Walas, como su papá, es músico. Canta en Massacre, una de las bandas de rock más originales del país y que existe desde 1986. Telonearon a glorias mundiales, como Foo Fighters y Marilyn Manson.


Autor de más de 300 canciones
Obdulio Posse Benítez fue conocido por su pseudónimo Fermín Fierro. Es autor de “Mi serenata” y  una obra dedicada a José de San Martín, titulada “Canto al libertador, de Yapeyú a Bolougne Sur Mer”. Fermín Fierro compuso más de 300 obras y editó 35 discos. Las obras antológicas de su autoría son “Rosario gaucho” (grabada con  Los Arribeños y Alfredo Alcón) y Francisco Solano López “Mariscal de América”, en coautoría con Daniel Larrea. Dueño de una voz privilegiada, fue hijo de padre español y madre paraguaya. Su niñez transcurrió en el populoso barrio “La Picada”, de Posadas. María Helena hizo famosa su versión de “Mi serenata”. En 1966 recibió el Premio Revelación en Cosquín. A mediados de los 70 se radica en la tierra de su padre, España, más precisamente en la isla de Tenerife donde continuó su carrera de cantautor, regresando a Misiones en 1982. Falleció el 13 de Abril de 1999. Por eso esa fecha se celebra el “Día del Cantautor Misionero”

Por Ricardo Javier Vera
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