“Nosotros no festejamos el cumpleaños de ella, sino el nacimiento de vuelta”

martes 24 de abril de 2018 | 7:55hs.
“Nosotros no festejamos el cumpleaños de ella, sino el nacimiento de vuelta”
“Nosotros no festejamos el cumpleaños de ella, sino el nacimiento de vuelta”
El domingo, un grupo de madres del Colegio San Basilio Magno de Posadas inició una campaña para juntar donaciones para la familia de las dos niñas atacadas en Pozo Azul el sábado 14. La colecta se llevó a cabo en el paseo Bosetti, donde decenas de vecinos se acercaron para colaborar con indumentaria, zapatos y juguetes.  

Ayer, dos camionetas partieron rumbo al municipio de San Pedro con el fin de acercar parte de las donaciones a los cinco hermanos de las niñas, quienes permanecen al cuidado de su tía y su abuela mientras sus padres acompañan a las menores internadas en el hospital pediátrico. En ese contexto, el progenitor aprovechó el viaje para visitar a sus otros hijos de entre 13 años y 10 meses, a quienes no veía desde el día del ataque. 

Al llegar al Norte misionero, el hombre se fundió en un abrazo con sus familiares y, entre lágrimas y sonrisas, anunció las buenas nuevas en torno a la mejoría en la salud de sus hijas. Ataviado con bolsas de donaciones repartió juguetes y mimos a sus pequeños, que lo recibieron con una alegría incontenible.  

El hombre accedió a hablar con El Territorio con el objetivo de agradecer a los profesionales de la salud y a la comunidad, que los acompañan en este difícil momento:  “Estoy muy contento por la ayuda. Agradezco a toda la comunidad, a todos los que me están ayudando. Lo que más vino es ropa. La asistencia social también nos está ayudando” 

En relación a la labor de los médicos y enfermeros, el progenitor se mostró conmovido por la dedicación que día a día le prodigan a sus hijas. “Ahora lo que más necesito es el apoyo de ellos y la ayuda de ellos, que ellos me están re ayudando con una atención tremenda ahí en el hospital, y estoy muy contento porque mi hija salió adelante”.  

Además de las tareas relacionadas a los cuidados médicos, los galenos y el personal del nosocomio acompañan a la familia en el plano emocional. Tal es el caso que el domingo pasado los integrantes del hospital decidieron celebrar el cumpleaños de la menor de las hermanas. 

En ese marco, decoraron la habitación de la pequeña con guirnaldas, globos y hasta le obsequiaron una torta. “Estoy re-conforme con el apoyo de ellos. Se acercaron los médicos, los enfermeros y armaron toda la sala y llevaron torta para ella y todo, pero ella apenas hacía carita de sonrisa nomás y carita de gracias, y ella antes era alegre”, resaltó el progenitor.  En esa misma línea, agregó: “Ayer festejamos el cumpleañitos y, como dijeron: ‘No estamos festejando el cumpleaños de ella, sino el nacimiento de vuelta’, y es así porque lo que pasó fue horrible. Dios mío, no quiero ni acordarme de eso”.  

Reflexivo y aún dolido por la situación que debieron atravesar sus “guainas”, el hombre que trabajaba como chacarero y tarefero aseveró: “Yo siento que se hizo la justicia. Pero el dolor por el ataque de aquella forma a una niña tan chiquitita, 6 añitos, no me conformo casi. Uno tiene un dolor, no lo puedo explicar. Todavía estoy mal, todavía no estoy bien. No me puedo explicar qué era. Ese no era un ser humano, no era un animal, porque ni un animal hace lo que hizo ese delincuente”.  

En relación al estado de salud de su hija menor, contó: “Ella se está recuperando, pero ella ve una persona medio extraña y ya empieza, ella grita fuerte y empieza a lagrimear, y mi señora tiene que hablar con ella y decirle: ‘No, no este fue el que te atendió, mi hija’, y a veces es un doctor o un enfermero. Pero gracias a Dios ella se está recuperando. Eso era lo que yo quería, que ella primero de todo se cure, después el resto”.  

Luego se expidió sobre la mayor, quien sufrió una fractura de cráneo producto de varios golpes con una presunta barreta: “Ella sí, ella se encuentra mejor ya, cuidada. Yo no sé si yo iba a resistir con cuatro garrotazos en la cabeza, y ella resistió con cuatro garrotazos de hierro. Ella es fuerte”.  

Por Marina Barreyro 
interior@elterritorio.com.ar